Ciudades fronterizas como El Paso, Texas, se preparan para un muy probable incremento en las llegadas de migrantes, números que ya han roto récords y que ahora, con el fin del Título 42 este jueves, podrían poner aún más a prueba a estas comunidades cercanas al límite sur con México.
"Hemos estado trabajando para este día (...) Nos estamos preparando para lo desconocido, porque no sabemos quién viene, si son familias, si son adultos solteros", insistió el alcalde de El Paso, Oscar Leeser.
Tras un recorrido el miércoles, Leeser reconoció que los números de migrantes en las calles de la ciudad han bajado pero advirtió que aún así, estima que "entre cinco y ocho, tal vez 10.000" personas se han agrupado del otro lado de la frontera con la intención de cruzar hacia territorio estadounidense.
"Y esto es para lo que nos hemos estado preparando", dijo el alcalde en un encuentro con los medios, a los que mostró una de los refugios que la ciudad ha preparado para quienes sean procesados legalmente en los puntos de entrada fronterizos.
Continuar atendiendo a la cantidad de migrantes que se espera, en un flujo que no se espera vaya a detenerse, "será algo duro, duro todos los días", precisó Leeser.
"Hemos visto que los números han bajado, pero no sabemos lo que vendrá al día siguiente. No sabemos lo que vendrá en los próximos 10 días. Sabemos que seguirán viniendo y continuaremos asegurándonos de ayudarlos", subrayó el alcalde de El Paso.
72 horas de refugio
En total, la ciudad ha preparado tres centros de acogida temporales que irá abriendo en la medida que se necesite. El primero de ellos tendrá capacidad para unas 500 personas y junto al resto sumará más de 4.000 capacidades.
"Nuestro objetivo es asegurarnos de que estén aquí entre 24 y 72 horas. Este es solo un refugio temporal y es para asegurarnos de que los ayudemos a ir a su próximo destino", detalló Leeser.
Aunque las autoridades de El Paso no brindarán ayuda económica a los migrantes que quieran seguir camino a otras áreas de EEUU, si les brindará cobijo, comida y asistencia. "Queremos asegurarnos de ayudarlos. Necesitamos descomprimir el sistema", agregó el alcalde.
A pesar de que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, insistió en que el fin de la medida sanitaria no significaba que la frontera estaba abierta, "sino todo lo contrario", cientos de personas reunidas en el lado mexicano todavía mantienen la esperanza de poder acceder al asilo en EEUU.
Muchos aguardan para poder programar una cita a través de la aplicación CBPOne, que tras el fin del Título 42 y la aplicación del Título 8, con sus nuevas normas, será una de las pocas vías legales para acceder a la protección dentro del territorio estadounidense.
El Paso, uno de los corredores más transitados tanto por quienes son procesados en puntos oficiales de entrada, como por quienes cruzan irregularmente, decretó el estado de emergencia para manejar el inusitado incremento en la llegada de migrantes de diferentes nacionalidades, una declaratoria que le asegura apoyo federal en un esfuerzo que a El Paso le cuesta financiar.
Todavía hay mucha desinformación
" Sabemos desde hace meses sobre toda la gente que está en Juárez", dijo a la Voz de América el portavoz del Departamento de Bomberos y la Oficina de Emergencias de El Paso, Enrique Dueñas Aguilar, quien coincidió en que la comunidad ha tomado las experiencias acumuladas en los últimos meses para estar listos para esta nueva etapa.
Dueñas afirmó que "hay mucha desinformación allá afuera, sobre todo para esos grupos de migrantes", que desconocen que el levantamiento del Título 42, una medida que permitía devolver a México a los solicitantes de asilo; no significa que de pronto se abra la frontera.
Todo lo contrario, EEUU anunció este miércoles un endurecimiento en los requerimientos de asilo para migrantes irregulares bajo el Título 8.
"Hemos visto mucha gente que tiene información extremadamente errónea. (...) Entonces estamos esperando grupos grandes. Esta semana estamos por habilitar nuestros albergues y también, si es posible empezar a habilitar autobuses y traslados", indicó Dueñas.
De acuerdo al funcionario, todavía ultiman detalles, pero lo que buscan es "poder asistir a las organizaciones no gubernamentales, a los albergues de la ciudad que han estado intentando llevar toda esta emergencia que están en un punto donde están al límite y requerimos habilitar esta asistencia para poder seguir dando abasto a todo este grupo", señaló.
Los migrantes "llegan con lo puesto"
"Tenemos ya casi dos semanas trabajando con sobrecupo, el 25 de abril recibimos a un grupo de 70 inmigrantes. La mayoría de Venezuela y ese grupo creció a 150 al día siguiente y exponencialmente sigue incrementando hasta el día domingo", dijo a la VOA la portavoz del Centro de Oportunidad en El Paso, Aracelli Martín.
Según la activista, el albergue llegó a tener "850 personas afuera del edificio, durmiendo fuera del edificio, pero recibiendo servicios como comida, ropa y asesoría en cuestión de navegación del sistema de transporte".
"Estábamos trabajando con 1000 personas. Diarias y obviamente, alimentándolas (...) las personas que vienen aquí llegan con lo que traen puesto y muchas veces no han comido. Entonces, nuestro cosa inmediata es ese, pues brindarles comida y también acceso a las regaderas", explicó Martín.
Los albergues de El Paso son en su mayoría naves o instalaciones básicas que trabajan con lo indispensable para ofrecer cama y comida caliente, algo invaluable para migrantes que llevan meses en la travesía hasta EEUU. Uno de ellos, el venezolano de 22 años Miguel Ángel Peña Suárez, considera a estos refugios como una bendición.
"Buscamos la manera adecuada de acomodarnos de algún sitio, sea en el piso, sea en un barrio de un cartón, sea sobre una sábana, porque la vida como migrantes no es fácil", dijo a la VOA desde el Centro de Acogida.
Contó que el camino fue duro y que ellos duermen fuera del refugio mientras que las mujeres y los niños están más protegidos.
"Hemos venido aguantando toda esa travesía de Venezuela a Colombia, la selva del Darién, Panamá, Costa Rica. México que fue uno de los países más difíciles en pasar. Pero gracias a Dios ya tenemos nuestro documento", agregó aliviado.
Peña Suárez estuvo entre los migrantes irregulares que se entregó voluntariamente a las autoridades fronterizas este martes con la esperanza de ser admitidos legalmente.
Aunque recién llegados como este joven pronto seguirán camino, en el Centro de Acogida saben que es cuestión de tiempo para que lleguen más migrantes necesitados de ayuda.
"Estamos preparados y hemos estado trabajando en conjunto con diversos sectores, tanto del Gobierno local como de otras organizaciones no lucrativas para estar preparados para lo desconocido, porque no tenemos un número exacto del número de personas que van a venir", insistió.
Muy pocas opciones
Para la coordinadora estatal de la Reforma de Inmigración para la Alianza de Texas (RITA), Bety Camargo, "la preocupación es sobre la crisis humanitaria que se ha estado viendo desde diciembre".
La lucha porque exista infraestructura para acoger a quienes llegan a la frontera suroeste de EEUU es una que las organizaciones en defensa de los derechos de los migrantes han sostenido por décadas.
La idea es que "los migrantes puedan venir con respeto y dignidad a pedir la oportunidad de un proceso de asilo, que es estos sistemas que teníamos que se vuelvan a implementar. Ahorita no hay opciones, los migrantes no tienen opciones, entonces cuando empieza la narrativa de invasión y de criminales es, es una narrativa falsa", denunció.
Camargo sostuvo que la opción de programar citas a través de la aplicación CBPOne es muy limitada hasta ahora.
"Al 90 % de los migrantes aquí hicieron el CBPOne nunca hubo respuesta. Al otro 5 % sí se les dio una respuesta y fue negativa. Todo es a discreción de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y no hay un sistema de apelación", advirtió.
El Departamento de Seguridad Nacional anunció que ampliará los servicios de la aplicación de 300 a 1000 citas diarias y se comprometió a mejorar el sistema.
"Creo que tenemos que empezar a traer a la mesa realmente soluciones porque esto va a seguir cada 6 meses, cada 8 meses vamos a tener un flujo de migración y tenemos que ver cómo vamos a resolver", dijo la coordinadora estatal de la Reforma de Inmigración para la Alianza de Texas.
"No se va a caer el cielo"
El endurecimiento en las condiciones para el asilo en EEUU no ha sido bien acogida por otros activistas como el director de la Red Fronteriza por los DDHH en El Paso, Fernando García.
"Estamos viendo la implementación de medidas extremas en contra de los migrantes, por un lado el Título 8 que es el arresto la deportación y la cárcel para aquellos que reinciden y es va a ser terrible para muchas familias y la otra parte es el rechazo explícito y de facto de aquellos que están pidiendo asilo o sea la deportación de personas que piden refugio", señaló.
Una de las preocupaciones de García es que los migrantes no entiendan "que lo que les espera es una posible deportación, es una posible redada".
"No se va a caer el cielo, como están planteando muchos republicanos extremistas, diciendo que haber una gran invasión de personas. No va a pasar, lo que sí vamos a ver un incremento quizás inicial de personas que crucen pero se van a topar con una política agresiva, dura, muy antiinmigrante y creo que eso va digamos a disuadir", dijo.
Según el veterano activista, lo que se va a "agravar es la crisis humanitaria" que ya se ve en la frontera.
"Vamos a ver más campamentos del lado mexicano, de gente que ha sido deportada ya no expulsada, deportada. Vamos a ver también en Estados Unidos el incremento de las personas que van a ser mandadas a las cárceles por la cuestión de la reentrada, etcétera, entonces esa crisis humanitaria a nosotros nos preocupa", concluyó.
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