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Una experiencia muy amarga: Colombiana Natalia Linares se queda sin final en salto de longitud


La colombiana Natalia Linares en la clasificación de salto de longitud de los Juegos Olímpicos, el martes 6 de agosto de 2024, en Saint-Denis, Francia.
La colombiana Natalia Linares en la clasificación de salto de longitud de los Juegos Olímpicos, el martes 6 de agosto de 2024, en Saint-Denis, Francia.

La colombiana Natalia Linares se quedó corta en salto para pasar a la final y buscar una medalla en París. La atleta reconoció que no es fácil aceptar una derrota, pero pone la vista en el horizonte en Los Ángeles, dentro de cuatro años.

La colombiana Natalia Linares descubrió el éxito a muy temprana edad. Tal vez es por eso que asimilar su derrota en la clasificación de salto de longitud le costó trabajo “y todavía me quedan lágrimas por evacuar”.

La colombiana de 21 años llegó a los Juegos Olímpicos después de coronarse en Juegos Centroamericanos y Panamericanos. Las expectativas eran altas, en especial las que se trazó para sí misma. Pero se quedó corta de la distancia y del objetivo. Linares saltó el martes 6,40 metros y no pudo ubicarse entre las 12 que disputarán las medallas el miércoles.

No importa cuántos años tenga, no hay consuelo.

“Duele, duele mucho no pasar a una final con tan bajitas esas marcas, porque teníamos para dar mucho, mucho más”, dijo Linares, quien atribuyó sus registros a errores en su técnica y no al nerviosismo de su debut olímpico. “Asimilarlo duele, duele muchísimo pero ya toca prepararse, levantarse para Los Ángeles 2028”.

Será una espera larga. Cuatro años que sólo aumentan el hambre, incrementan las expectativas y alimentan el espíritu competitivo de Linares. Desde el primer día de su nuevo ciclo olímpico, la mentalidad es otra.

"Tengo 21 años, estoy muy joven, pero como deportista somos muy exigentes con nosotros mismos y yo quería estar en esa final", reconoció. “No se pudo, me toca esperar hasta Los Ángeles 2028 para volver, no intentarlo, para lograrlo”.

El talento ha quedado plasmado con sus distintas competencias. La mentalidad queda tatuada en sus palabras. Tiene espacio para crecer y modelos para seguir sus pasos y llegar en plenitud a la siguiente justa olímpica.

Las lágrimas comienzan a secarse y aparece la sonrisa.

“Caterine (Ibargüen, la colombiana campeona en salto triple en Río 2016) enseñó muchas cosas, por ejemplo a no rendirse”, relató. “Tuvimos también a Óscar Figueroa (halterista) que estuvo en más de tres olímpicos y en sus últimos juegos fue medallista de oro en su retiro. ¿Por qué no soñar con nuestros atletas?”.

Linares se atreve a soñar, con paciencia y consciente que hay un futuro competitivo. A nadie le duele más la derrota que al deportista, no al aficionado, asegura, por lo que pide comprensión, paciencia y confianza en los procesos.

“Es algo muy muy difícil y sentimentalmente y psicologicamente estas derrotas a los atletas nos dan muy duro”, afirmó. “Yo cuando terminé la competencia pensé ‘ya me voy a retirar del deporte’ no sirvo. Pero todos me han dicho unas palabras que quería escuchar: hay que seguir intentado”.

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