Todo el mundo habla del fenomenal Kylian Mbappé y de la victoria 4-3 de Francia sobre Argentina. Mientras espera saber si podrá contar con Edinson Cavani, Uruguay prefiere enfocarse en otras lecciones dejadas por el duelo entre franceses y argentinos: Mbappé no ha enfrentado una defensa tan organizada como la uruguaya y Argentina demostró que Francia es vulnerable.
Los hermanos rioplatenses dejaron muchas enseñanzas útiles a Uruguay de cara a su compromiso del viernes con Francia por los cuartos de final de la Copa Mundial. La más relevante es el hecho de que Argentina, con un equipo carente de identidad y de jugadores de talento capaces de aprovechar las cualidades de Lionel Messi, llegó a estar 2-1 arriba después de ir perdiendo 1-0.
El marcador final tal vez no refleje la superioridad de los franceses en un encuentro en el que Mbappé, con sus escasos 19 años, se confirmó como la nueva luminaria del fútbol mundial, capaz de disputarle la condición de número uno a Neymar cuando el paso de los años baje a Messi y Cristiano Ronaldo del pedestal que ocupan desde hace una década.
Pero mostró las dos caras de Francia, cuyo rendimiento ha sido desparejo. En un Mundial en el que incluso los grandes parecen más preocupados en no perder que en buscar sin complejos la victoria, muchos le echan en cara el técnico Didier Deschamps no ser lo suficientemente osado y elaborar tácticas conservadoras que no explotan al máximo las aptitudes de Mbappé y de su compañero de ataque Antoine Griezmann.
Temprano se hizo evidente que los franceses podían penetrar la defensa argentina casi a voluntad. Deschamps, sin embargo, no se propuso desbordar al rival y mantuvo una actitud cautelosa después de anotar el primer gol.
Cuando Argentina dio vuelta el marcador, Francia pisó el acelerador y decidió el juego con tres tantos en once minutos.
Uruguay, en todo caso, está convencido de que tiene herramientas para frenar a los franceses.
“Contra Argentina, sus jugadores claves tuvieron un partido muy bueno, pero si algo tenemos nosotros es que sabemos limitar las virtudes de los otros equipos”, afirmó el uruguayo Nahitan Nández esta semana en la concentración celeste.
“Vamos a hacer lo que venimos haciendo hasta ahora. Tratar de estar compactos, de hacer nuestro juego, de defender todos juntos como lo venimos haciendo”, acotó su compañero Rodrigo Betancur.
Nández y Betancur son dos de las caras nuevas que han revitalizado una selección “charrúa” que incluye nueve jugadores que disputan su tercer Mundial, incluidos cinco titulares: el arquero Fernando Muslera, el lateral Martín Cáceres, el central Diego Godín y la dupla goleadora de Luis Suárez y Cavani.
La experiencia podría resultar un factor, sobre todo teniendo en cuenta que en su debut Francia alineó a cinco jugadores que jamás habían estado en la cita máxima del fútbol.
Uruguay dispone de un andamiaje defensivo muy difícil de vulnerar que gira en torno a la seguridad de sus dos zagueros centrales, Godín y José María Giménez, compañeros en Atlético de Madrid, y arriba tiene a delanteros de la talla de Suárez y Cavani. Además es letal en jugadas con pelota detenida.
El gran interrogante es si podrá contar con Cavani, autor de tres tantos en lo que va del mundial, incluidos los dos en la victoria 2-1 de octavos de final sobre Portugal, que sufrió un edema en el gemelo izquierdo en ese partido y está tratando de acelerar una recuperación que generalmente toma como mínimo una semana.
Juegue o no Cavani, Deschamps anticipa un partido mucho más difícil que el de Argentina.
Los uruguayos, dijo en una entrevista televisiva, son un equipo “sólido y agresivo... cualidades que no mostró Argentina”.
Uno que no siente la falta de experiencia es Mbappé, que muestra el aplomo de un veterano y una soltura envidiable.
Mbappé marcó dos goles ante Argentina y es apenas el segundo adolescente que se apunta un doblete en un partido de la Copa Mundial. El único que lo había hecho hasta ahora había sido Pelé, que tenía 17 años en 1958 cuando anotó dos tantos en un encuentro y tres en otro.
“Seamos serios, Pelé está en otra categoría”, dijo Mbappé cuando empezaron las comparaciones con “o rei”.