La Santa Sede se apresta a elevar a la categoría de santos el próximo 27 de abril a dos papas, Juan XXIII y Juan Pablo II.
Según expertos, la doble canonización forma parte del proyecto del actual papa Francisco para reconciliar a liberales y conservadores dentro de la iglesia católica.
Desde que Juan Pablo II falleció en 2005, sus seguidores han reclamado que se le santifique, mucho más después de que en 2011 fue acreditado el segundo de sus milagros: la curación de una costarricense.
Juan Pablo (1978-2005) es el más popular de los dos pontífices, por algo se le conoce como el papa peregrino, pero Juan XXIII (1958-1963) convocó el Segundo Concilio Vaticano, que modernizó a la iglesia.
De acuerdo con el cura jesuita experto en el Vaticano Thomas Reese, se trató de un acontecimiento “extraordinario” porque durante mucho tiempo no había ocurrido ningún concilio, rompió con la exclusividad del latín y abrió el diálogo con otras religiones.
Para Reese, algunos tradicionalistas consideran que Juan XXIII y su concilio fueron muy lejos, en tanto que algunos liberales estiman que Juan Pablo II fue dogmático y encubrió los abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
La canonización de ambos, es una “forma simbólica” de reconciliar ambas corrientes y hacer de la iglesia católica “una sola familia”, dijo Reese.
Según expertos, la doble canonización forma parte del proyecto del actual papa Francisco para reconciliar a liberales y conservadores dentro de la iglesia católica.
Desde que Juan Pablo II falleció en 2005, sus seguidores han reclamado que se le santifique, mucho más después de que en 2011 fue acreditado el segundo de sus milagros: la curación de una costarricense.
Juan Pablo (1978-2005) es el más popular de los dos pontífices, por algo se le conoce como el papa peregrino, pero Juan XXIII (1958-1963) convocó el Segundo Concilio Vaticano, que modernizó a la iglesia.
De acuerdo con el cura jesuita experto en el Vaticano Thomas Reese, se trató de un acontecimiento “extraordinario” porque durante mucho tiempo no había ocurrido ningún concilio, rompió con la exclusividad del latín y abrió el diálogo con otras religiones.
Para Reese, algunos tradicionalistas consideran que Juan XXIII y su concilio fueron muy lejos, en tanto que algunos liberales estiman que Juan Pablo II fue dogmático y encubrió los abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
La canonización de ambos, es una “forma simbólica” de reconciliar ambas corrientes y hacer de la iglesia católica “una sola familia”, dijo Reese.
