Mientras el presidente Nicolás Maduro daba opción a sus seguidores para escoger entre el modelo chavista o el “antipatria”, la oposición gritaba en coro: "¡Y va a caer, este gobierno va a caer!".
Así cerró la campaña política con masivas concentraciones de opositores y chavistas en Caracas y otras ciudades venezolanas.
Aunque Maduro presidió la mayor concentración de todas, la presidencia oficialmente no está en juego el domingo 6 de diciembre. En lugar de eso, 19,5 millones de venezolanos están llamados a las urnas para elegir por un período de cinco años 167 diputados de la Asamblea Nacional, que controla el oficialismo con un centenar de escaños.
Los comicios abren múltiples escenarios: desde una profundización del modelo económico centralizado como propone Maduro, hasta un cambio en la dinámica política que ha regido al país desde que Chávez llegó al poder en 1999, como quisiera la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a la oposición.
Si bien la mayor parte de los sondeos indican que la oposición tiene la oportunidad de ganar por un amplio margen, el analista Luis Vicente León, presidente de Datanalis, una firma que realiza estudios de opinión pública, advierte que "Maduro no está desahuciado”.
León prevé en cambio “un nuevo mapa político, un balance del poder. Si la oposición gana y es inteligente, negociará para lograr cambios, pero si se imponen los radicales que quieren sacar al presidente, habrá perdido una oportunidad de oro", afirmó a la agencia francesa AFP.
El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, dijo sentir "orgullo" porque el mensaje de la oposición venezolana para estas elecciones "ha sido limpio, no queremos sustituir un egoísmo por otro, unsectarismo por otro".
"Nosotros queremos construir un país hermoso, realmente democrático, igualitario y eso se construye con buenos sentimientos, buscando la hermosura de este país, eso lo hemos hecho nosotros", aseguró.