La crisis de COVID-19 generará enormes presiones financieras y políticas en América Latina y otras partes del mundo menos desarrollado que podrían expandir su dependencia de China, opinó el profesor Evan Ellis en un artículo publicado este lunes.
Ellis, un exfuncionario del gobierno de Estados Unidos e investigador en materia latinoamericana en el Instituto de Estudios Estratégicos, afirma que la crisis del coronavirus no ha cambiado los objetivos fundamentales de China de aumentar su peso en la economía global y en organismos internacionales.
“Los controles autoritarios de China le permitieron mantener una cuarentena relativamente efectiva para extinguir el virus y luego reiniciar su producción económica de una manera relativamente ordenada”, dice Ellis en su artículo.
Mientras tanto, Estados Unidos, Europa y otras naciones desarrolladas las presiones económicas y políticas están provocando una reapertura económica parcial que puede impulsar un ciclo de nuevos brotes locales de COVID-19 y la reimposición de cuarentenas parciales, señaló el experto.
“Esto ofrece a Beijing oportunidades sin precedentes para expandir su presencia en las cadenas de suministro globales y sectores estratégicos”.
En Argentina, el incumplimiento del 22 de mayo por parte del gobierno de Alberto Fernández en sus obligaciones de deuda probablemente congele a Argentina de los mercados financieros tradicionales, dejando a China como el prestamista de última instancia con altas tasas de interés, como ocurrió con Ecuador en 2008, dice Ellis.
“Ecuador mismo está igualmente en riesgo de incumplimiento. En México, con los precios del petróleo deprimidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador podría verse tentado a permitir el financiamiento chino para PEMEX, y ya ha contratado a una empresa china como parte del consorcio para construir el Tren Maya, uno de sus proyectos emblemáticos para sacar a México de la recesión inducida por el COVID-19”, agregó.
Además, “los países de América Latina y el Caribe que actualmente reconocen a Taiwán pueden verse tentados a cambiar las relaciones con Beijing a cambio de atraer beneficios económicos”.
El aumento de la influencia comercial china sobre los gobiernos se complementará con la presencia cada vez mayor de empresas y equipos chinos en los sectores tecnológicos de América Latina, incluidas las redes 5G y las arquitecturas de vigilancia, apunta Ellis.
“Esto brindará a Beijing oportunidades sin precedentes para obtener información sobre las elites empresariales y políticas de América Latina, si es necesario empresas como Huawei para proporcionar dichos datos en virtud de la ley de seguridad nacional de 2017 de China”.
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