En 2022 unos 547.000 colombianos se fueron del país, de acuerdo con un reporte del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), una cifra histórica que supera las registradas hace más de 20 años, cuando Colombia vivió una grave crisis económica y de seguridad.
En el año 2001, la cifra de colombianos que salieron del país fue de 282.000, lo que corresponde al período de crisis que caracterizó los dos últimos años de la presidencia de Andrés Pastrana (1998-2002).
El documento dice que Colombia es un país en el que, todos los años, aproximadamente 200.000 personas salen en búsqueda de otros rumbos, pero que el año pasado, la migración “fue 2,7 veces el promedio de nacionales que emigraron cada año desde 2012”.
Las causas, según explicó Jorge Restrepo, profesor de la Universidad Javeriana y director del CERAC, a la Voz de América, pueden estar relacionadas con la devaluación del peso colombiano, “que hace mucho más rentable enviar el producto del trabajo desde el exterior a Colombia”.
En segundo lugar, explicó, la reducción del transporte internacional durante las restricciones por la pandemia, que llevó a que muchas personas a aplazar viajes al exterior.
“En Colombia existe cada vez más dificultad de hacer rentable la formación para el trabajo, la formación profesional” y es un país con “enormes dificultades para la movilidad social, para poder lograr un acceso a los servicios sociales”, agregó Restrepo.
También se refirió a otros motivos que llamó “más especulativos”, como “ese remezón al mercado de trabajo” que dejó la pandemia y que llevó a numerosas personas a plantearse el buscar una oportunidad fuera de Colombia.
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Uno de esos colombianos fue el arquitecto Alfredo Amorocho, quien decidió buscar mejores oportunidades hace casi un año en Estados Unidos: “Mi profesión no es una profesión fácil. A pesar de que tengo una hoja de vida bastante buena, el mercado colombiano no la reconoce”.
Para él, a Colombia “le falta una madurez económica”.
“Tanto cambio político y tanta corrupción pues hacen que los mercados sean controlados por los empresarios y pues, en términos generales, a los profesionales ahora no se les paga bien”, afirma.
Amorocho dijo a la VOA que a pesar de contar con su propia empresa en Bogotá, viajó inicialmente como turista para buscar más recursos y poder solventar cuestiones financieras pendientes en su país.
Finalmente, su historia se ha tejido positivamente. Obtuvo una visa de estudiante y está a la espera de un posible patrocinio y contratación de una empresa en EEUU para trabajar en su rama.
Los perfiles
El análisis indica que la mayor proporción de la población migrante colombiana es joven, el 35 % de los migrantes nacionales está entre los 18 y 29 años de edad, el 23 % tiene más de 30 años y menos de 40, y el 19 % es menor de edad. Restrepo añade que hay, hasta cierto punto, un balance entre hombres y mujeres que migran, en particular, en la población joven. En los mayores 40-45 años de edad, la mayoría son mujeres, “probablemente por motivos de núcleos familiares”.
Kelly Huérfano, una comunicadora social de 38 años, explicó a la VOA que su motivación para migrar fue la familia, en especial sus sobrinos.
Esta colombiana, que se radicó en junio del año pasado, en Sidney, Australia, cuenta con visa de estudiante, trabaja como vendedora en una tienda de productos de belleza y también en otro emprendimiento en el área de mercadeo. Ella confiesa que comenzar una nueva vida no es fácil, pero la compañía de su familia le hace más llevadera la situación.
A la vez expone que para ella “es muy difícil hacer plata” en Colombia, razón por la cual se marchó del país. No obstante, asegura, su plan es volver algún día. “En estos países es más fácil… Volvería, pero ya teniendo plata para poder comprar vivienda e invertir”, aclara.
Aunque el director del CERAC aclara que migrar es una situación positiva para quienes buscan mejores oportunidades fuera de sus países de origen, para Colombia esto significa un “enorme costo, porque esta es la población que tiene el mayor potencial productivo, es la población que tiene la capacidad empresarial” y, de esta manera, se pierde la capacidad productiva “que incidirá en una menor tasa de crecimiento económico en el país”.
Principales destinos
El análisis de la organización también indica que los principales países de destino de los colombianos son Estados Unidos, Chile y México.
Precisamente, para Amorocho, el arquitecto de 45 años, EEUU fue alguna vez un lugar para únicamente vacacionar, pero al que le tiene un afecto especial, desde hace mucho tiempo, porque “la calidad de vida, la cultura y otras generalidades de este país son bastante maravillosas”.
“Aquí uno se siente seguro, se siente respetado… La educación de la gente es elevadísima. La infraestructura con la que cuenta este país es maravillosa”, asegura.
También lea Cambia la composición de flujos migratorios hacia EEUU, aseguran expertosAmorocho considera que emigrar es cuestión de valor y que aunque parezca que se está huyendo de la realidad, es una “situación valiente” a la que acudió con “la esperanza de poder brindarle un futuro mejor a esas personas que ama” y que, en su caso, es su hija de cuatro años, quien aún vive en Colombia.
“Estoy pagando su universidad y estoy procurando que tenga un amplio espectro … quiero brindarle oportunidades a mi hija de lo que ella quiera hacer. Lo único que me interesa es que sea feliz y yo estoy aquí para que ella sea feliz”, señala el colombiano, que reside en Washington.
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