Las conversaciones para evitar un segundo incumplimiento de pagos de Argentina en 13 años terminaron con amargas recriminaciones el miércoles, ya que el país sudamericano señaló que no podía aceptar un acuerdo con los acreedores de fondos de cobertura estadounidenses catalogados como ‘buitre’.
El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, se mostró desafiante tras una reunión con los acreedores y un mediador designado por la corte, diciendo que el gobierno no pudo encontrar ningún punto medio antes de la fecha límite el miércoles a la medianoche que desencadena automáticamente un incumplimiento de pagos por $539 millones de dólares en intereses.
Kicillof dijo que los fondos buitre, que exigen un pago de $1.500 millones de dólares en bonos argentinos, se negaron a una oferta de compromiso, así como las solicitudes de “amparo” que habrían permitido los pagos de intereses a tiempo y evitar un default que crearía gran incertidumbre económica para los inversores y ciudadanos del país sudamericano.
El mediador designado por la corte, Daniel Pollack, dijo que el fracaso de las conversaciones desencadena una descalificación inmediata que, entre otras cosas, hará daño a los tenedores de bonos que no formaban parte de la controversia, así como a la economía argentina.
“Las consecuencias de incumplimiento no son predecibles, pero ciertamente no son positivos”, dijo Pollack.
Kicillof desestimó la decisión de la agencia de calificación Standard & Poors de rebajar la calificación crediticia en moneda extranjera del país a “default selectivo” debido a los pagos de intereses no realizados.
Las acciones argentinas se desplomaron después de las declaraciones de Kicillof en Nueva York, según reportó el periódico Clarín.