La crisis nuclear de Japón ha generado una ola de consecuencias que han llevado a extremar las precauciones en el resto de centrales nucleares de todo el mundo.
China ordenó nuevas inspecciones de seguridad en sus instalaciones y exigió que se realicen estudios de riesgos de sustancias radioactivas que ingresan al país desde Japón.
La Administración General de Calidad de Supervisión de Beijing emitió la orden, mientras busca terminar con la oleada de rumores de expansión de la radiación divulgados en algunos países a través de mensajes de texto y redes sociales.
En Filipinas, decenas de activistas exhortaron al presidente Benigno Aquino a que deje de lado todos los planes de desarrollar energía nuclear como una forma de superar la escasez de electricidad por la que atraviesa el país.
En Tailandia, el primer ministro Abhisit Vejjajiva informó que no existe riesgo de radiación procedente de Japón en el país, en parte gracias a que los vientos la han alejado de la zona.
Cooperación internacional
El secretario de Energía de Estados Unidos, Steven Chu, dijo que el pueblo estadounidense puede tener total confianza en que las plantas nucleares del país son seguras.
El Departamento de Energía está proveyendo a Japón de ayuda en el terreno, y prevé mejorar la seguridad de las instalaciones nucleares estadounidenses.
La energía nuclear continúa siendo clave en la estrategia de Obama para que Estados Unidos obtenga el 80% de su energía de fuentes limpias para 2035. Actualmente, el 20% de la energía eléctrica proviene de plantas nucleares.