Hace pocas semanas que Elsa Escobar, una joven mexicana residente en el sur de la Florida, lanzó su propia línea de lentes de sol. “Desde siempre había querido hacer algo por mí misma y emprender mi negocio”, cuenta la fundadora de la marca KVIKA.
Después de muchos meses de arduo trabajo, con la estrategia de venta y el diseño de los productos con un toque “energético e innovador”, por fin ya está empezando a vender sus productos. Y lo está haciendo mayoritariamente a través de internet.
“Hemos visto la diferencia (en las ventas) en los últimos días porque ahora estamos registrando un aumento de las ventas, parece que todo el mundo se está preparando para las fiestas, para los regalos de Navidad y de final de año”, agrega Escobar, oriunda de Tijuana, México.
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La empresaria ha encontrado en internet la plataforma idónea para vender su línea de gafas elaboradas a mano durante la temporada navideña.
“Es una forma perfecta para llegar al gran público; no necesitas una tienda física, ya que haciendo una buena estrategia de venta por internet puedes llegar a todo el mundo, algo que no pasaba”, admite ante la Voz de América.
Esta emprendedora hispana ha fijado su negocio en Estados Unidos y México, principalmente, aunque no descarta ampliar las fronteras a otros países de la región viendo la buena aceptación que está teniendo su producto gracias a las redes sociales y a las páginas de venta por internet.
“Hemos incrementado el equipo de trabajo porque hemos crecido bastante y ahora, la verdad, lo que queremos es que todo llegue a tiempo porque eso es algo que cuidamos mucho dentro de la empresa”, subraya.
El auge del comercio electrónico en América Latina
El aumento del volumen de trabajo que está experimentando la compañía de Escobar gracias al comercio electrónico no es algo aislado en América Latina y el Caribe.
Según las últimas estimaciones de Statista Digital Market Insights, este sector alcanzó un valor de ventas minoristas de 117.000 millones de dólares en 2023, marcando un hito sin precedentes. Y las proyecciones para 2028 indican que esta cifra podría superar los 205.000 millones de dólares, lo que representaría casi el doble de su tamaño actual.
También lea ¿Cómo protegerse de las estafas en línea ante el inicio de la temporada de fiestas?Además, se estima que para las fiestas de final de año, el volumen aumenta casi un 30 % en comparación con el resto del año, lo que supone una época lo suficientemente importante para este sector.
Pero hubo un momento clave en los últimos tiempos que lo aceleró todo: la pandemia.
“El impacto de la pandemia de COVID-19 en el comercio electrónico no puede subestimarse. Las estrictas medidas de confinamiento y las restricciones a la movilidad impuestas durante los momentos más críticos de la pandemia impulsaron a millones de consumidores a adoptar las compras en línea como una alternativa segura y eficiente”, explica Fabiola Malka, experta en mercadeo digital.
Agregó que “este fenómeno provocó un salto anual del 30 % en las ventas en línea entre 2020 y 2021, una aceleración sin precedentes en la región”.
A pesar de ese escenario tan positivo, en 2022 se registró “una moderación en el crecimiento”. “Después del auge, el mercado experimentó una leve contracción del 1,2 % en comparación con el año anterior. Este descenso fue atribuido a factores como el regreso de los consumidores a las tiendas físicas y los desafíos económicos que enfrentan muchos países de la región, como la inflación y la desaceleración del crecimiento económico”, apunta Malka.
También lea Una aplicación utiliza inteligencia artificial para que los sordos puedan mantener una conversación fluidaA pesar de este ajuste temporal, el futuro del comercio electrónico en América Latina y el Caribe es optimista. La región se está consolidando como un mercado atractivo para empresas tecnológicas y minoristas digitales, gracias a factores como el aumento de la penetración de internet y el uso de dispositivos móviles, así como la creciente confianza de los consumidores en las transacciones digitales.
“Los países con los mercados más grandes, como Brasil, México y Argentina, lideran esta transformación. Sin embargo, también se observa un crecimiento significativo en economías más pequeñas, donde las iniciativas gubernamentales para digitalizar economías y reducir la brecha digital están teniendo un impacto positivo”, sostiene la experta consultada por la VOA.
Facilidades de venta por internet
El papel del comercio electrónico ha sido crucial en esta transformación. Plataformas como Amazon han facilitado el acceso a herramientas y recursos que de otra manera serían costosos o complicados de implementar.
Janet Carega, portavoz de Amazon, recalca que este tipo de servicios permiten a los pequeños emprendedores alcanzar un mercado global sin necesidad de grandes inversiones. “Para alguien que no tiene una tienda física, estas plataformas brindan la oportunidad de competir en un nivel global”, señala.
El internet se ha convertido en una herramienta indispensable para emprendedores como Ana Sofía Guzmán, fundadora de Binibi, una empresa salvadoreña que ofrece libros bilingües infantiles diseñados para enseñar a leer en inglés y español. Guzmán destaca cómo la conectividad ha sido clave en su crecimiento.
“Sin el internet no estaríamos acá. Internet nos ha permitido empezar un negocio con muy pocos recursos y poder tener una mayor expansión, llegando a clientes que, de otra forma, no hubiésemos podido llegar”, afirma a la VOA.
También lea Analistas: Economías de Latinoamérica podrían aprender de la creatividad de TaiwánLa experiencia de Guzmán refleja una tendencia generalizada entre los emprendedores hispanos. Walter González, con base en Miami, Florida, es un ejemplo de cómo el comercio electrónico puede transformar negocios. En 2009, fundó Goja, una compañía que ha logrado consolidarse como una de las principales vendedoras en Amazon.
Según González, la clave de su éxito ha sido adaptarse al mercado digital: “Nos dimos cuenta de que el negocio se iba hacia las plataformas de mercados de internet”.
Para él, la presencia en línea es más que una ventaja, es una necesidad. “Hoy en día, hay muy pocos negocios que puedan sobrevivir sin ninguna estrategia de comercio electrónico”, asegura González.
Convirtiendo crisis en oportunidad
En la misma línea, en Ciudad de México, un emprendimiento nacido en plena pandemia ha demostrado que las crisis pueden convertirse en oportunidades. Daniel Aranda, junto a su hermano, creó “Hasta la raíz”, una plataforma dedicada a la venta de artesanías mexicanas elaboradas exclusivamente por mujeres, convirtiendo un momento de incertidumbre en un modelo de negocio innovador.
El proyecto surgió de una necesidad urgente: las medidas de confinamiento habían dejado a muchos artesanos sin sus habituales puntos de venta en mercados y calles.
“Nos dimos cuenta de que la única manera de seguir adelante era buscar nuevas formas de llegar a los clientes. Lo que más nos preocupaba era la situación de quienes dependían completamente de estas ventas para subsistir”, recuerda Aranda.
Así que ambos decidieron enfocar su esfuerzo en mujeres artesanas, muchas de ellas madres solteras o embarazadas, quienes enfrentaban enormes desafíos económicos. “Nos pareció importante centrar nuestro proyecto en ellas, no solo para generar ingresos, sino para ofrecerles una plataforma que amplificara su trabajo”, explica.
También lea Expertos: empresarios latinoamericanos deberán actualizarse para atender a los consumidores post pandemiaDesde su lanzamiento en 2020, “Hasta la raíz” ha operado exclusivamente en línea, sin necesidad de una tienda física. Cada producto que venden es único, elaborado a mano por las artesanas. Según Aranda, esta estrategia no solo les permitió superar los retos del confinamiento, sino también expandir su alcance mucho más allá de los mercados locales.
“Gracias a las plataformas digitales, hemos podido conectar con clientes de cualquier parte del mundo, algo que antes era impensable para muchos artesanos”.
Con todo, este emprendedor defiende que “Hasta la raíz” no solo es un negocio, sino una forma de preservar las tradiciones mexicanas mientras se generan oportunidades para quienes más lo necesitan.
“Lo que hacemos no es solo vender productos, sino contar historias, mantener vivas las raíces culturales y, al mismo tiempo, crear un impacto positivo en las comunidades”, apostilla.
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