Mildret Mayrena lleva más de una hora y media haciendo fila en los exteriores de un almacén en el centro de la ciudad de Miami. Esta madre nicaragüense ha venido hasta aquí junto a sus hijos porque sabe que aquí están organizando un banco de juguetes para Navidad. “Es un evento muy bonito porque ayuda mucho a la comunidad y da mucha alegría a los niños, por lo menos a mis hijos”, dice la joven mientras espera para entrar.
Ella es una de las más de 350 personas que esperan turno. “Ha sido un año muy duro”, reconoce al tiempo que agrega que “la situación económica cada vez es peor y comprar un regalo para los hijos supone un gasto que afecta muchísimo a la economía de la casa”.
“Estamos viviendo unos momentos muy duros, quizás hoy tenemos, pero mañana no. Estas navidades están siendo muy duras”, comenta satisfecha porque este tipo de proyectos “es un gran alivio para el bolsillo de toda la comunidad”.
El encarecimiento de los precios de los productos básicos a causa de la alta inflación hace que muchos, como Mildret, se vean abocados a tener que ahorrar más que nunca. Especialmente en estas fechas tan señaladas, donde se acostumbra a gastar más de la habitual con la llegada de Santa Claus.
“Este año será diferente”, explica el salvadoreño Javier Edit Jaquín en declaraciones a la Voz de América. Él también es otro que espera para entrar al recinto para que sus hijos puedan agarrar dos regalos cada uno.
“Están viniendo los niños más necesitados de nuestra comunidad para que puedan agarrar diferentes juguetes”, dice Gaby Socorro, una venezolana que en sus ratos libres hace de voluntaria en esta organización para “entregar sonrisas” a los más pequeños de las casas.
También lea ONU: Gaza es el lugar más peligroso del mundo para los niñosLleva varios años colaborando con esta iniciativa, consciente de “que hay muchos niños que lo pasan mal” debido a la situación económica que afecta a muchas familias.
Detrás de este reparto de regalos se encuentra la fundación The Little Lighthouse que ha impulsado distintos proyectos para ayudar a la comunidad con menos recursos del sur de la Florida. En esta ocasión, se aliaron con la empresa Global Empowerment Mission (GEM), que durante todo el año se encarga, a través de una red de voluntarios, de enviar material humanitario a zonas de conflicto. En los últimos tiempos, sus esfuerzos se han dedicado a enviar ropa y otros enseres de primera necesidad a Ucrania y a la zona de la Franja de Gaza.
“Creo que la figura de este tipo de organizaciones es esencial para que se puedan llevar a cabo este tipo de iniciativas de ayuda a la comunidad”, explicaba Fernando Ponce, otro de los voluntarios que regularmente viene acá a aportar su granito de arena a la causa.
Recientemente, la Oficina del Censo de los Estados Unidos confirmó la disminución de la mediana real de ingresos de los hogares en comparación al 2022. Además, la tasa de medición suplementaria de la pobreza (SPM) experimentó un aumento considerable del 12,4 %, lo que supone un incremento de 4,6 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Este incremento representa el primer aumento en la tasa total de SPM desde el 2010, lo que indica una situación económica más precaria para ciertos sectores de la población.
“La situación está fea, todo está mucho más caro y la gente no gana lo mismo que antes, por lo que no tiene ni siquiera capacidad de ahorro. Eso hace que, obviamente, la tasa de pobreza incremente”, lamenta Alexandra Grandes, otra voluntaria que ha visto como este año “ha aumentado el flujo de personas que se han acercado en busca de regalos para sus hijos”.
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