El presidente Joe Biden aseguró el domingo en El Paso, Texas, que su gobierno entregará los recursos que necesiten las autoridades en la zona fronteriza para hacer frente a la inmigración irregular, durante su primer viaje a la frontera entre Estados Unidos y México desde que asumió el cargo hace casi dos años.
La visita del mandatario está encaminada a evaluar la crisis migratoria en una ciudad abrumada por la llegada de migrantes irregulares que buscan vivir en EEUU.
“Necesitan recursos y se los vamos a dar”, dijo Biden a reporteros después de que se reuniera con agentes de la policía de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en el cruce fronterizo Puente de las Américas, en El Paso. Los funcionarios de la frontera detuvieron a un récord de 2,2 millones de migrantes en la frontera con México en el año fiscal 2022 que finalizó en septiembre. La cifra incluye a personas que intentaron cruzar varias veces.
Biden fue recibido en la tarde del domingo por el gobernador Greg Abbott, quien dijo a los reporteros que entregó una carta al presidente en la que "proporcionó cinco soluciones que ya existen bajo la ley actual de Estados Unidos", incluyendo la detención ilegal de millones de personas en Estados Unidos. Abbott expresó a los reporteros: "Estamos muy contentos de que el presidente esté aquí".
Consultado por reporteros acerca de si había visto la carta de Abbott, Biden extrajo un papel doblado de su chaqueta y dijo: "Todavía no lo he leído".
Biden, acompañado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, se reunió este domingo también en la frontera con el representante Henry Cuellar.
Mayorkas dijo el domingo que dos de los elementos clave que llevaron a un mayor número de migrantes a llegar a Estados Unidos -las crisis internacionales y el estancamiento legislativo- estaban fuera del control del presidente.
"Estamos lidiando con un sistema roto", dijo Mayorkas a los periodistas a bordo del Air Force One de camino a Texas.
La Casa Blanca dijo que Biden evaluaría las operaciones de control fronterizo en El Paso, donde el alcalde demócrata declaró el estado de emergencia el mes pasado, citando a cientos de migrantes durmiendo en las calles a bajas temperaturas y miles de detenidos todos los días.
El representante republicano, Jim Jordan, dijo a Fox News el domingo que su partido podría ayudar a los demócratas, pero solo si Biden adoptaba las políticas de aplicación del expresidente Donald Trump. Esas políticas incluían separar a los niños de sus padres inmigrantes como parte de un enfoque de "tolerancia cero" para disuadir la inmigración ilegal.
“Han permitido ahora una situación en la que, francamente, ya no tenemos una frontera”, dijo Jordan.
También lea “Tenía todo listo para viajar”: cubanos y nicaragüenses desconcertados por cierre de fronteras de EEUULa visita de Biden se produce días después del anuncio sobre nuevos planes para bloquear a los inmigrantes cubanos, haitianos y nicaragüenses en la frontera entre Estados Unidos y México, ampliando las nacionalidades de aquellos que pueden ser expulsados de regreso a México, y no se espera que su visita a El Paso, Texas, produzca una nueva política.
El nuevo plan de EEUU incluye una cuota mensual de 30.000 permisos humanitarios para nacionales de esos tres país más Venezuela. Los beneficiarios podrán entrar a EEUU y trabajar legalmente hasta por dos años si presentan la solicitud desde sus países de origen, pasan una verificación de antecedentes y demuestran que cuentan con un patrocinador financiero en EEUU.
La Casa Blanca ha dicho que la medida busca una emigración segura y legal, y poner a salvo a los migrantes de los traficantes de personas.
Poco antes de aterrizar en Texas, Biden escribió en su cuenta de Twitter: "Nuestras comunidades fronterizas representan lo mejor de la generosidad de nuestra nación y les conseguiremos más apoyo mientras ampliamos las vías legales para una inmigración ordenada y limitamos la inmigración ilegal".
Migrantes en El Paso "a la espera de una solución"
Aunque no se esperaba que la visita de Biden resultara en nuevas políticas, sino más bien que demostrara que se está tomando el tema en serio y que fortaleciera las relaciones con los agentes de la Patrulla Fronteriza, algunos migrantes parecían ilusionados.
En los alrededores de la iglesia del Sagrado Corazón, cientos de migrantes que esperan en un “limbo migratorio” permanecen a la expectativa “por si aparece el presidente por aquí para ver cómo estamos viviendo en las calles a la espera de una solución”, dijo a la Voz de America, Luis Rodríguez.
El templo se ha convertido en uno de los últimos refugios para migrantes irregulares y en la tarde bullía con una multitud de activistas y defensores de derechos humanos que ofrecen comida y auxilio en carpas improvisadas.
Las hermanas Jaqueline y Geraldine Guerrero, de 17 y 15 años, se acercaron hasta el Sagrado Corazón a enviar un mensaje al presidente Biden.
“No nos gusta ver a los migrantes como están, pasando frío en las calles”, aseguraron a la VOA mientras sostenían un cartel que le da la bienvenida al mandatario al tiempo que le pide que ayude a los venezolanos, nicaragüenses, haitianos y cubanos.
La crisis está en el sistema, aseguran activistas
Mientras Biden visitaba la frontera con la mexicana Ciudad Juárez, en las calles del centro de El Paso era un domingo cualquiera. Los habitantes de la localidad hacían compras y salían a comer, ajenos al revuelo causado por la comitiva del presidente.
“Es bueno que venga, que vea como tenemos una crisis aquí, todos los días veo a los pobres migrantes ahí durmiendo fuera de la iglesia y no es humano”, declaró a la VOA María Alejandro, mientras hacía compras en una de las calles adyacentes a la iglesia del Sagrado Corazón.
Para la activista Ivonne Díaz, de la organización Undocuchucos 915, que el presidente no hablara directamente con migrantes significa que tendrá solo una parte de la realidad. “Esperábamos que él se reuniera con líderes de la comunidad, que viera realmente lo que pasa, que no solamente se reúna con las personas en Fort Bliss o nada más los funcionarios electos”, insistió.
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“Queríamos que realmente hablara con los migrantes y que sepa que esas personas son seres humanos, que tratamos de buscar un mejor futuro, que la crisis realmente se encuentra en el sistema migratorio y no en las calles de El Paso”, enfatizó Díaz, una “dreamer” que asegura que “han escuchado historias horribles de los que están llegando”.
El presidente Biden llegará este domingo a México, para asistir a una cumbre junto a sus homólogos de México, Andrés Manuel López Obrador y de Canadá, Justin Trudeau.
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