Una creciente multitud de migrantes centroamericanos retomaron su avance hacia la frontera estadounidense al sur de México el domingo, abrumando al gobierno mexicano en sus intentos por detenerlos.
El número de migrantes alcanzó los cinco mil la noche del sábado, según reportes tanto de The Associated Press como de organizaciones de derechos humanos.
Con las primeras luces de madrugada, el grupo comenzó su camino hacia la ciudad mexicana de Tapachula. Otros cientos más también aplicaron para obtener el estatus de refugiado en México y se estima que unos 1,500 siguen en el lado guatemalteco del río Suchiate, esperando para poder entrar legalmente.
No se sabe con claridad de dónde provienen los viajeros adicionales, ya que alrededor de 2.000 estaban reunidos en el lado mexicano el sábado por la noche. Sin embargo, las personas se unen y dejan la caravana a diario, algunos caminando a su propio ritmo, y extendiéndose en una serie de columnas mientras atraviesan Guatemala.
La caravana, que salió de Honduras la semana pasada, fue detenida por las autoridades mexicanas en un puente en la frontera con Guatemala; sin embargo muchos nadaron o utilizaron botes improvisados para atravesar el río.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés) el cual está monitoreando la caravana, ha alertado sobre la actividad criminal contra aquellos que atraviesan México.
“Mientras que monitoreamos de cerca la crisis de la caravana, debemos recordar que existen organizaciones criminales transnacionales y otros criminales que acechan la vulnerabilidad de aquellos que emprenden la travesía de la migración irregular”, dijo la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen en un comunicado el domingo.
Agregó que EE.UU. trabajará con sus aliados en la región “para investigar y enjuiciar hasta las últimas consecuencias de la ley a todo aquel que promueva y se lucre de la migración irregular”.
La Cruz Roja dijo en un comunicado el sábado que “muchas de las personas que están apoyando, que en su mayoría son mujeres y niños, están sufriendo de deshidratación, infecciones estomacales y heridas en los pies, mientras avanzan por el largo camino”.
Walter Cotte, el director regional para Américas, dijo también en un comunicado que es “imperativo que la dignidad y la seguridad de las familias sea resguardada y que las mantengan unidas”.
La caravana de casi tres mil personas salió de San Pedro Sula en Honduras a finales de la semana pasada, avanzando a través de la fangosa selva guatemalteca y calles residenciales hasta alcanzar la frontera con México y esperando eventualmente llegar a EE.UU.
El presidente Donald Trump advirtió que la caravana debe parar antes de llegar a EE.UU. Trump ha convertido el tema en una cuestión política ante la cercanía de las elecciones de medio en Noviembre, al igual que ha amenazado con suspender la ayuda a la región, cerrar la frontera con México y desplazar tropas hasta allí, si México no consigue atajar a los migrantes.
México se rehusó a permitir la entrada masiva de migrantes en el puente pero en cambio ha aceptado procesar a pequeños grupos. Los individuos deben mostrar un pasaporte o una visa para cruzar la frontera o aplicar al estatus de refugiado.
El gobierno de México ha buscado ayuda de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para para procesar a los migrantes que buscan obtener el estatus de refugiados, lo que podría ayudar a dispersar la caravana.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, dijo en una entrevista con la cadena Televisa que aquellos que quieran aplicar al refugio en México están bienvenidos a hacerlos “si vienen de una situación de vulnerabilidad en su país de origen”.
La mayoría de los migrantes son hondureños que citan la pobreza generalizada y la violencia de las pandillas como las razones por las que quieren irse de su país. Honduras tienen una de las tasas de homicidio más altas del mundo.
“Uno no puede vivir allá”, dijo a The Associated Press Fidelina Vasquez, una abuela que viaja con su hija y su nieto de dos años.
Después de una reunión de emergencia en Guatemala, los presidentes de Honduras y Guatemala dijeron que un estimado de 5.4000 migrantes habían entrado a Guatemala desde que la caravana fue anunciada hace una semana y que alrededor de 2.000 personas habían vuelto voluntariamente a Honduras.
ACNUR: Personas que buscan asilo tienen derecho a entrar a EE.UU.
La agencia para los refugiados de la ONU indicó que Washington está en un terreno legal movedizo al prohibir que los solicitantes de asilo centroamericanos entren a EE.UU.
ACNUR recordó que las personas que huyen de la persecución y la violencia tienen el derecho a la protección internacional.
La agencia de la ONU no cuestionó el derecho soberano de las naciones a controlar sus fronteras, pero sí dijo que el derecho internacional gobierna la manera en que los países deben comportarse hacia los refugiados y solicitantes de asilo.
ACNUR dijo que reconoce que la llegadas de miles de migrantes hondureños en caravana a EE.UU. es abrumadora. Sin embargo, el portavoz Charlie Yaxlie dijo que cerrar las fronteras a la caravana no es la solución y probablemente cause daño a aquellos que temen por sus vidas.