Organizaciones sin fines de lucro estadounidenses están asistiendo humanitariamente a los menores que cruzan solos la frontera sur del país, quienes si son capturados deben enfrentar procesos de deportación como cualquier otro indocumentado.
"Esto es algo nuevo, no es algo que haya pasado antes", dijo la hermana Norma Pimentel, de la Iglesia del Sagrado Corazón, en McAllen, Texas, en el valle del Río Grande en la frontera con México.
El estacionamiento de la iglesia se ha convertido en un centro de paso y ayuda humanitaria para los niños inmigrantes.
"Nosotros tenemos un flujo continuo de madres y niños que llegan, quienes han sido detenidos y, a pesar de ser menores de edad, enfrentan procesos de deportación”, dijo Pimentel.
Se estima que unos 52 mil niños han cruzado solos la frontera en lo que va de 2014, según la Patrulla Fronteriza de EE.UU.
"Hay muchos más muchos más jóvenes en este año que antes que años anteriores”, dijo Margaret Martin, del Departamento de Servicios Comunitarios de la ONG Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Nueva York. "Hay leyes muy específicas de refugio y por eso los niños son como los otros inmigrantes. Sin abogados es muy difícil ganar un caso en corte de inmigración".
De todas formas, Martin reconoce los esfuerzos que está haciendo el gobierno estadounidense para asistir a los menores, como por ejemplo la reciente implementación de una línea telefónica de la Oficina Federal de Reasentamiento de Refugiados, para que los padres de estos niños puedan localizar a los menores.
"Me parece que el gobierno está trabajando mucho en ese problema para hacer cosas diferentes, es lo que veo con los oficiales con quien yo trabajo", concluyó Martin.