Casa Blanca: Rusia retirará aviones de Venezuela el viernes

Un cazabombardero Tupolev-160, con capacidad nuclear, realiza un vuelo de entrenamiento de combate cerca de la base Engels de la fuerza aérea en la región rusa de Saratov, unos 700 km (450 miles)al sureste de Moscú. Foto de archivo de diciembre de 1997.

Rusia informó a Estados Unidos que dos de sus bombarderos estratégicos, con capacidad para transportar armas nucleares, abandonarán Venezuela el viernes, anunció el miércoles la Casa Blanca.

La decisión de Moscú pondría fin a un despliegue que enfureció a Washington, y generó preocupación en Colombia y la OEA.

"Hemos hablado con representantes de Rusia y se nos han informado que sus aviones militares que aterrizaron en Venezuela partirán el viernes y regresarán a Rusia", dijo el miércoles la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un correo electrónico a los medios.

El lunes, Rusia y Venezuela anunciaron maniobras militares conjuntas para la eventual defensa del país latinoamericano, cuyo gobierno presidido por Nicolás Maduro, denuncia regularmente intenciones de agresión militar de Estados Unidos, sin presentar pruebas.

Los aviones llegaron a Venezuela después de que la semana pasada el presidente venezolano Nicolás Maduro realizará una visita a Rusia, donde firmó acuerdos de inversión por más de 6.000 millones de dólares, y de un contrato para el mantenimiento y reparación de armamento. Durante la visita, Rusia expresó a Venezuela, a nivel de sus Ministros de Defensa, su interés en continuar utilizando los aeródromos y puertos del país caribeño para sus buques de guerra y aviación militar.

Moscú anunció el lunes que como parte de la flota que participaría en las maniobras militares estaban dos cazabombarderos estratégicos Tupolev Tu-160, con capacidad para llevar armas nucleares: un avión de transporte An-124 y un avión de pasajeros Il-62. El anuncio no especificaba el motivo del desplazamiento, ni el tiempo que permanecerían en territorio venezolano.

El Tu-160, al que la OTAN llama "Black Jack", es el avión de guerra más grande de la historia. Es capaz de portar 12 cohetes de crucero con ojivas nucleares o convencionales y 40 toneladas de bombas.

Estados Unidos respondió el mismo lunes a la información, con el secretario de Estado, Mike Pompeo, calificando los ejercicios como un malgasto de fondos públicos de "dos gobiernos corruptos", y el vocero del Pentágono, coronel Robert Manning, resaltando que "mientras Estados Unidos envió un buque hospital para asistir a unas 200.000 personas enfermas en Sudamérica, Rusia ha enviado bombarderos".

El vocero del presidente ruso Vladimir Putin, Dmitry Perkov, reaccionó llamando "poco diplomáticos" e "inapropiados " los comentarios de Pompeo, y criticó a su vez el cuantioso presupuesto militar de EE.UU., del que dijo "la mitad podría alimentar a toda África".

El canciller venezolano Jorge Arreaza, también condenó las declaraciones de Pompeo como "irrespetuosas" y "cínicas", y apuntó igualmente al cuantioso presupuesto militar estadounidense, comparándolo con los "50 millones de pobres y familias sin acceso a la salud" en Estados Unidos, que en su opinión, podrían "sugerir un destino más justo" para esos fondos.

Como era de esperarse, la oposición criticó el apoyo militar de Rusia al gobierno de Maduro. El diputado y expresidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, aseguró que "ayuda a que la dictadura se mantenga en el poder a través del terror y la intimidación", y sugirió que el respaldo no es gratuito, y que el oficialismo lo paga "entregando las riquezas minerales" del país.

"Acto inamistoso"

El tema de las maniobras militares entre Rusia y Venezuela y los bombarderos, llamados "cisnes blancos" por los pilotos rusos por su capacidad de portar armas nucleares, fue también criticado por el presidente de Colombia, Iván Duque, quien el miércoles calificó los ejercicios como "un acto preocupante, inamistoso e imprudente" con la región, y dijo que "es motivo para estar en alerta".

Iván Duque, presidente de Colombia.

“Ese tipo de actos no dejan de suscitar preocupación, no es la primera vez que eso ocurre (...) no son un buen gesto”, aseguró Duque en una entrevista con el canal de televisión RCN. El mandatario colombiano instó a la región a no dejarse provocar por el régimen de Maduro con ese tipo de acciones y llamó al continente a "estar alerta".

Colombia, el principal receptor de miles de venezolanos que huyen de la crisis política, económica y social en su país, no tiene relaciones diplomáticas con Venezuela y Duque, quien asumió la presidencia en agosto, califica a Maduro como “dictador”.

“Esto no es solamente un acto inamistoso con Colombia, sino un acto inamistoso frente a un continente, frente a una región que tiene claro que hay un Tratado de Asistencia Recíproca donde si hay alguna agresión, todos los países deben proteger al agredido”, sostuvo Duque al asegurar que se trata de una demostración de fuerza.

De unos tres millones de venezolanos que salieron de su país en los últimos años, más de un millón están en Colombia y han puesto en aprietos los servicios de salud y de educación, obligando al Gobierno a destinar millonarios recursos y a pedir apoyo a la comunidad internacional para atender la situación.

El presidente Maduro respondió a su homólogo colombiano en conferencia de prensa el miércoles. Su respuesta fue destacada en Twitter por la Oficina de Prensa de Venezuela.

OEA expresa "extrema inquietud"

La Organización de los Estados Americanos (OEA) hizo notar su "más alta preocupación" por la posibilidad de que aviones rusos con capacidad nuclear se encuentren en territorio venezolano.

En un comunicado la Secretaría General de la OEA, dice que la presencia de la misión militar rusa "viola" la Constitución venezolana al no haber sido autorizada por la Asamblea Nacional, y la califica como "un acto lesivo" a la soberanía de Venezuela.

La OEA también sugiere que la acción ruso-venezolana podría estar "en violación de normas fundamentales del derecho internacional", porque Venezuela es signatario del 'Tratado de Tlatelolco', el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, cuyo artículo primero prohíbe el recibo, almacenamiento o posesión de armas nucleares por sí misma o por terceros en su territorio.

La violación del Tratado, que convirtió a América Latina y el Caribe en la primera región libre de armas nucleares, "es una seria amenaza a la paz y la seguridad internacionales", afirma la Secretaría General de la OEA, al tiempo que urge a los órganos establecidos en el acuerdo a adoptar las "medidas necesarias para verificar el cumplimiento del pacto por parte de Venezuela, y de comprobarlo a denunciar el hecho a la ONU y a la OEA como establece el documento".

Adicionalmente, la Secretaría General expresa su "extrema inquietud" por la participación de capacidades militares de potencias extraregionales en el Hemisferio "fuera del marco constitucional de los países", y destaca que: "Actitudes de estas características no contribuyen a la paz ni a la estabilidad continentales".

Maduro denuncia complot estadounidense


En Caracas, Nicolás Maduro denunció el miércoles que Estados Unidos busca asesinarlo para imponer una dictadura en el país petrolero, y una vez más nombró a Colombia como parte de los planes para desestabilizar su gobierno socialista.

En conferencia de prensa, el gobernante venezolano aseguró que el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, es el "encargado" de llevar a cabo el presunto plan.