La nueva gestión escolar que inició el 1 de febrero en Bolivia fue planteada bajo tres modalidades: a distancia, semipresencial y presencial. La medida busca poner freno al coronavirus, manteniendo las restriccinones de la emergencia sanitaria cuando se incrementan los casos de contagios en el país.
Pocos colegios asumieron las clases presenciales, por lo que se dispuso del apoyo de la radio, la televisión, plataformas educativas y entrega de textos de aprendizaje para la modalidad a distancia. El ministro de Educación, Adrián Quelca aseguró que se debe evitar la propagación del COVID-19.
“No podemos bajar la guardia y perder de vista que el virus COVID-19 ronda entre nosotros”, indicó el ministro.
Sin embargo, los padres de familia expresaron su preocupación por las limitaciones que tienen los niños y adolescentes para la educación virtual, ya sea por el deficiente servicio de internet, la alfabetización digital, la falta de computadoras o celulares en un hogar o los costos que implican.
En un análisis sobre el tema, el experto en tecnología y comunicación, Marcelo Durán dijo a la Voz de América que la educación en Bolivia está en crisis y varios son los factores además de la pandemia.
“Yo no veo que este modelo de ahora sea mejor o peor que el de antes, sigue igual, los malos docentes van a ser malos con o sin Zoom y los buenos con o sin internet. Hay que rediseñar el concepto de educación y cómo el Estado garantiza este srvicio gratuito y de calidad”, expuso el experto.
Mientras maestros, estudiantes y padres de familia buscan las mejores alternativas para sacar adelante la gestión escolar, autoridades sanitarias anunciaron que el país está en una desescalada de contagios, pero aún se deben mantener las medidas de prevención ante el COVID-19.
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