La tormenta Eta, degradada a depresión tropical, continuaba este jueves volcando intensas lluvias sobre Honduras, que provocaban inundaciones y deslaves en su camino hacia una salida al mar por la costa del Caribe.
Eta, que tocó tierra en Nicaragua el martes como un potente huracán de categoría 4, dejó una senda de destrucción a su paso por el norte del país, comenzando por la ciudad costera de Bilwi.
La tormenta, una de las más fuertes que azota a Centroamérica en muchos años, derribó árboles y postes de electricidad, e inundó comunidades completas.
Dos mineros perecieron en un deslave de lodo. Otra persona murió en Guatemala, donde las lluvias derribaron árboles y provocaron deslizamientos de tierra. En Honduras, dos menores murieron: una niña de 13 años y un adolescente de 15.
Autoridades hondureñas informaron que unas 379 casas quedaron destruidas, en su mayoría por las inundaciones; al menos 38 comunidades estaban incomunicadas por el cierre de caminos, y cinco puentes fueron derribados por las corrientes de los ríos.
Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos pronosticaron que Eta podría arrojar todavía entre 380 y 635 milímetros de lluvia en algunas partes de Nicaragua y Honduras, y hasta 1 litro en ciertas zonas aisladas.
En la mañana de este jueves, Eta tenía vientos sostenidos de 45 kilómetros por hora y se movía en dirección oeste-noroeste a una velocidad de traslación de 15 kilómetros por hora en territorio hondureño, 130 kilómetros al suroeste de La Ceiba.
Se esperaba que la tormenta se mueva por Honduras todo el día el jueves, para salir durante la noche al Golfo de Honduras, desde donde se encaminaría a las islas Caimán y al centro o el oeste de Cuba durante el fin de semana.
El Centro Nacional de Huracanes pronosticó también que Eta se fortalecerá hasta la categoría de tormenta tropical a su paso por el mar Caribe.