El gobierno de Guatemala decidió no prorrogar el estado de calamidad decretado el pasado 5 de marzo y que duró siete meses, según confirmó el presidente Alejandro Giammattei, quien advirtió que ahora el país está más preparado para continuar el combate contra la enfermedad.
La medida había sido implementada como parte del plan para hacer frente a la emergencia de salud generada por la pandemia de la COVID-19.
“Tenemos que liberar el estado de calamidad porque llevamos 12 semanas de forma consecutiva en que los casos han caído, las muertes han bajado dramáticamente. Hoy podemos enfrentar la epidemia de una mejor manera que hace seis meses cuando la enfermedad era desconocida”, indicó Giammattei.
Con esa medida, queda sin vigencia el toque de queda que ordenaba a los guatemaltecos permanecer en casa de nueve de la noche a cuatro de la mañana y se activarán los parques públicos, bares, eventos, ferias, conciertos, piscinas de uso público, gimnasios, cines y teatros, con ciertas limitaciones.
Pese a ello la ministra de Salud, Amelia Flores, aclara que sigue siendo obligatorio el uso de mascarilla, el distanciamiento físico y la limpieza de manos.
“La epidemia no se ha ido, el virus está aquí, está en todas partes, pero es el momento que todos asumamos nuestra responsabilidad”, aseguró la funcionaria en una conferencia de prensa, donde agregó que en este tiempo la cartera de salud se ha preparado para atender una segunda ola de contagios, si así se diera.
Para el analista Juan Pablo Pira, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, ASIES, la liberación de medidas era algo que tenía que pasar, aunque es seguro que provocará un repunte de contagios.
“Tenemos que tener claro que estamos saliendo no porque se acabó la pandemia, estamos saliendo porque finalmente había que salir, no nos podíamos quedar encerrados para siempre”, aseguró el experto. Además, indicó que lo que se espera ahora es que la población mantenga las medidas de prevención pues los contagios continúan registrándose con un promedio de 600 diarios, lo que refleja un alto número de casos.
“Si nos quedamos encerrados para siempre no va a haber forma de salir adelante”, explicó Pira al argumentar que esta medida permitirá reactivar la economía, después de fuertes despidos registrados en marzo y abril. Dijo no obstante, que poco a poco las personas están reencontrando sus trabajos.
“La forma de trabajar ha cambiado y muchos lugares continuarán con la modalidad a distancia de ahora en adelante”, explicó el analista, referente a los cambios que ha traído la pandemia en las actividades laborales.
La Ley seca, es decir, la prohibición para para vender y consumir licor también fue modificada. A partir de este 1 de octubre, esta restricción se dará de las 9 de la noche a 6 de la mañana del día siguiente, con excepción para 24 y 25 de diciembre por las fiestas de Navidad y 31 de diciembre y 1 de enero por la festividad de Año Nuevo.