La organización Human Rights Watch (HRW) condenó el despido en Nicaragua de diez médicos del sistema de salud pública que expresaron su preocupación por el manejo de la crisis del coronavirus y afirmó que el gobierno debería reintegrarlos a sus labores.
“El régimen de (Daniel) Ortega debería permitir de inmediato que los profesionales de la salud se reincorporen a sus puestos, compensarlos por los salarios que no percibieron y adoptar medidas efectivas para responder a la pandemia”, afirmó HRW en un comunicado divulgado el martes.
Los despidos, que afectaron entre otros, al principal epidemiólogo del país, Carlos Quant, quien venía compareciendo junto a la vicepresidenta Rosario Murillo en sus informes diarios sobre la pandemia, se produjeron luego de que el 18 de mayo, unos 700 doctores firmaran una carta en la que pedían al gobierno que reconociera que en el país hay contagio comunitario y que se adoptaran medidas efectivas.
“Contradiciendo el discurso oficial, según el cual el virus ha tenido poco impacto en el país, [los médicos] destacaron que el precario sistema público de salud nicaragüense tiene una “alta probabilidad de colapsar en los próximos días, lo que pone a la población general en un elevado riesgo de muerte”, agregó HRW.
También lea Escritores de todo mundo salen en defensa de médicos despedidos en NicaraguaEl gobierno de Nicaragua ha afirmado que ellos siguen el “modelo sueco”, que no ha sido explicado, y no ha adoptado las medidas sugeridas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), tales como la suspensión de clases, el cierre de negocios no esenciales o el distanciamiento social, entre otros.
“Ortega busca intimidar y castigar a profesionales de la salud por intentar proteger la salud de los nicaragüenses y por ejercer su derecho fundamental a la libertad de expresión”, señaló José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. “El gobierno pasó de negar la pandemia a intentar ocultar de manera deliberada las consecuencias de su vergonzosa falta de respuesta frente al virus. Despedir arbitrariamente a profesionales de la salud en un contexto de pandemia sólo incrementa la posibilidad de que ocurra un desastre”.