Sobrevivir en condición de refugiado en medio de la pandemia es un reto para más de 100.000 nicaragüenses que se encuentran en México y Centroamérica, afirman organizaciones que defienden los derechos humanos.
El activista nicaragüense José Alberto Montoya, que se exilió en Costa Rica tras las protestas originadas en abril de 2018, es uno de ellos.
Montoya explicó a la Voz de América que ha pasado por situaciones difíciles debido al desempleo que hay en el país vecino a causa del nuevo coronavirus.
“Sobrevivir en esta coyuntura de la pandemia, desde la perspectiva de una persona refugiada ha sido sumamente difícil”, señala Montoya.
Expuso que ha sobrevivido gracias a las remesas que le han enviado sus familiares y al apoyo de algunas organizaciones humanitarias, pero reconoce que no son suficientes.
“Una de las principales preocupaciones (para los refugiados) es simplemente no tener qué comer. Es ir a tu cocina y no tener qué hacerte de comer. Hay niños y niñas que no tienen qué comer. Hay una crisis humanitaria en el exilio, aparte de la sanitaria”, advierte Montoya.
La activista Ana Quirós, defensora de derechos humanos exiliada en Costa Rica, instó a un mayor apoyo de las organizaciones para la diáspora que huye de “la represión estatal” en Nicaragua.
Quiróz explicó que a consecuencia de la pandemia, el empleo formal e informal ha disminuido en Costa Rica, afectando de gran manera a los nicaragüenses.
“La mayoría de los exiliados contaban con empleos informales. Alrededor de un 34 % dependían de ayudas institucionales, especialmente de ACNUR, pero eso tiene un límite y ahora con el aumento del desempleo son más las personas que requieren ese apoyo”, dice Quirós.
La activista también resalta que con los cierres de los establecimientos, parte de los nicaragüenses quedaron si fuente de ingresos y también sin recursos para volver a su país.
El caso de Alberto Montoya es uno de ellos. “Las facturas siguen corriendo, pero las fuentes de ingresos ya no están. Tenés que seguir pagando la luz, el alquiler. Como yo hay muchas personas que no podemos regresar a Nicaragua porque aún hay amenazas”.
La Agencia de la ONU para los Refugiados detalló en su más reciente informe que durante los últimos dos años, más de 102.000 nicaragüenses han solicitado refugio, principalmente en Costa Rica.
Para el diputado oficialista Luis Barbosa, la oposición es la culpable del drama de los refugiados y asegura que muchos se fueron “por seguirle la campaña a los golpistas”, en referencia a los manifestantes antigubernamentales.
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“¿Por qué la oposición no hace una campaña de colecta? ¿No dicen que hay miles de nicaragüenses que se están muriendo de hambre y durmiendo en el parque de La Merced, en Costa Rica? ¿Por qué no les llevan alimentos estos que los embarcaron en un golpe de estado fallido?”, preguntó el diputado Barbosa al ser consultado sobre la crisis humanitaria.
Organismos defensores de los derechos humanos siguen instando al gobierno del presidente Daniel Ortega a que implemente un plan que garantice el retorno seguro de los nicaragüenses.