El viernes, un grupo de médicos inició la aplicación de pruebas de COVID-19 a diversos ciudadanos nicaragüenses que están varados en la frontera costarricense de Peñas Blancas, limítrofe con Nicaragua, y que esperan poder ingresar a su país una vez obtengan los resultados de los test.
La realización de los exámenes se logró gracias a la colaboración de varias entidades privadas, entre ellas el Centro de Derechos Laborales de Costa Rica, la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, la Universidad La Salle y el Hospital Clínica Bíblica, que se encarga de realizar las pruebas y procesar las muestras.
“Desde la Asociación Centro de Derechos Laborales Sin fronteras de Costa Rica, nos hemos unido al dolor de nuestros hermanos y hermanas nicaragüenses que están sufriendo por la prohibición de ingresar a su país de origen Nicaragua y, como promotores de derechos humanos, estamos tratando de que se les garanticen los derechos de regresar, de comer, de alojamiento y de salud", dijo Fidelina Mena Corrales, representante de la Asociación en Costa Rica.
Por su parte, José Enrique Camacho, de la Jefatura Academia y Servicios Externos del Hospital Clínica Bíblica, señaló que decidieron unirse a la causa por razones humanitarias.
“El objetivo es apoyar la misión humanitaria en la aplicación de las pruebas que detectan el virus SARS-CoV2, causante del COVID-19. Así mismo, aliviar algunas dolencias de salud que están sufriendo los migrantes”, comentó el médico en un comunicado de prensa enviado por la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica junto con las otras entidades participantes.
Desde hace días la VOA viene informando sobre las condiciones en que se encuentran este grupo de nicaragüenses y sobre cómo éstas pueden incluso complicarse hasta el punto de que se podría generar un brote de coronavirus u otras enfermedades.
(Con colaboración de Armado Gómez.)