Santos: bajar la guardia es alargar conflicto

El presidente Juan Manuel Santos le ha dado plazos al proceso de diálogo con la guerrilla, que se opone a esos términos.

El presidente de Colombia rechazó la propuesta de una Asamblea Constituyente formulada por la guerrilla de las FARC y calificó de "absurdo" que ahora digan que no van a entregar las armas.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo enfáticamente que las fuerzas militares seguirán atacando al terrorismo en todo el país mientras no se firme un acuerdo con los rebeldes de izquierda.

Santos dijo que su intención es “llegar rápido a un acuerdo para ponerle punto final al conflicto”, mientras tanto la orden para las Fuerza Pública, destacó, es “atacando al terrorismo.”

“No podemos bajar la guardia”, dijo Santos desde una base militar en el occidente de Colombia. Y agregó que “los enemigos de la paz quieren confundir al pueblo y cuestionan el proceder de nuestras fuerzas o el proceder de su presidente. Tenemos muy claro que así es como llegaremos más rápido a la paz. Bajar la guardia o debilitar nuestra ofensiva lo único que produce es un prolongamiento de este conflicto. De manera que ahí hay una orden muy clara”.

Las declaraciones de Santos coinciden con el cierre de una nueva ronda de negociaciones en Cuba y las críticas que han generado las propuestas de la guerrilla que ha incluido temas que no estaban previstos en la agenda inicial de las conversaciones.

Luego, desde Cartagena, el presidente fue duro y directo con la guerrilla terrorista de las FARC.

“Dicen que de pronto no entregan las armas, eso es absurdo. Entonces, ¿para qué estamos conversando?”, se preguntó el mandatario y agregó: “Dijimos que no íbamos a discutir ninguna política pública, ninguna reforma fundamental del Estado. Lo que íbamos a discutir son unas reglas de juego para que las FARC, y ojalá el ELN, cambien las balas por los votos. Para que cambien las armas por los argumentos.”

Y fue más allá: “Si quieren reformas del Estado, pues que las persigan y las propongan en los canales normales de la democracia. En las plazas públicas. Y si ganan las elecciones, pues que las aprueben. (…) Por ningún motivo, se lo dijimos desde el primer día, vamos a hacer la revolución por decreto en la mesa de negociación de La Habana.”