La "máquina de energía verde", diseñada por la compañía Gulf Coast Green Energy, está destinada a aprovechar la energía residual de los procesos industriales para generar electricidad.
El 60% de toda la energía que se genera a día de hoy en el planeta se pierde a través de procesos residuales, según Loy Sneary, el CEO de la compañía Gulf Coast Green Energy. Esta empresa quiere aprovechar parte de esta energía de grandes cantidades de petróleo y gas texanos y convertirla en electricidad.
“Tenemos más electricidad potencial de la que podría ser generada por las plantas de carbón, gas natural y energía nuclear de todo el mundo”, afirmó.
El funcionamiento de la “Green Machine” que Sneary ideó se basaría en un sencillo proceso. Como el experto explicó, el planeta Tierra ya está caliente, y si se inserta una perforadora en roca dura o en pizarra, alcanza una mayor temperatura. El líquido la enfría, y ahí es donde la máquina de energía verde entra en acción.
Albergada en una caja cuadrada más pequeña que un coche compacto, la máquina conduce el agua caliente a través de una tubería, situada junto a otra caja llena de refrigerante. El refrigerante hierve y se evapora a bajas temperaturas, y el resultado se usa para generar electricidad.
“Podemos usar estas bajas temperaturas en fuentes de agua caliente y transferir la energía”, dice Sneary, “y una vez que el refrigerado está expandido y presionado, funciona de la misma manera que una turbina de vapor”.
Las máquinas de energía verde no sólo convierten la energía residual a través del petróleo y del gas, sino que también pueden trabajar con matrices de energía solar, plantas de cabrón, motores de combustión interna y, posiblemente, con cualquier otro proceso industrial que produzca calor residual.
“Tenemos más electricidad potencial de la que podría ser generada por las plantas de carbón, gas natural y energía nuclear de todo el mundo”, afirmó.
El funcionamiento de la “Green Machine” que Sneary ideó se basaría en un sencillo proceso. Como el experto explicó, el planeta Tierra ya está caliente, y si se inserta una perforadora en roca dura o en pizarra, alcanza una mayor temperatura. El líquido la enfría, y ahí es donde la máquina de energía verde entra en acción.
Albergada en una caja cuadrada más pequeña que un coche compacto, la máquina conduce el agua caliente a través de una tubería, situada junto a otra caja llena de refrigerante. El refrigerante hierve y se evapora a bajas temperaturas, y el resultado se usa para generar electricidad.
“Podemos usar estas bajas temperaturas en fuentes de agua caliente y transferir la energía”, dice Sneary, “y una vez que el refrigerado está expandido y presionado, funciona de la misma manera que una turbina de vapor”.
Las máquinas de energía verde no sólo convierten la energía residual a través del petróleo y del gas, sino que también pueden trabajar con matrices de energía solar, plantas de cabrón, motores de combustión interna y, posiblemente, con cualquier otro proceso industrial que produzca calor residual.