“Mucho trabajo por hacer”: casi la mitad de hispanos en EE. UU. no se ha vacunado

Un grupo de personas, en su mayoría hispanos, hace fila para vacunare en La Colaborativa, Chelsea, Massachusetts, el 11 de junio de 2021.

Los expertos aseguran que la falta de información sobre cómo obtener las dosis y la preocupación por los efectos secundarios son algunas de las razones por las que este grupo poblacional está registrando una tasa tan baja de vacunación en el país.

Un estudio publicado recientemente señala que el 47 por ciento de los adultos latinos en Estados Unidos todavía no han iniciado con el proceso de vacunación contra el COVID-19.

Los números cambian dependiendo de los segmentos poblacionales, lo que hace que en algunos casos los resultados sean aún más sorprendentes. Por ejemplo, entre los jóvenes hispanos de entre 18 y 29 años, la tasa de no vacunados llega hasta el 56 por ciento, mientras que entre los mayores de 65 años está en torno al 20 por ciento.

La encuesta, realizada conjuntamente por la entidad Colaborativa de Investigación Afroamericana (AARC en inglés), la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO en inglés) y Commonwealth Fund, muestra que entre los latinos no vacunados, un 54 por ciento dice que no sabe si lo hará o que no planea inocularse.

“Estos números sobre los latinos que aún no se han vacunado representa el trabajo que aún nos queda por hacer”, admitió Erica Bernal Martínez, directora de operaciones para el Fondo Educativo de NALEO, en declaraciones a la Voz de América.

Falta de información

Según Bernal, los hispanos y los afroamericanos registran una tasa mucho más alta de no vacunados que el resto de los grupos poblacionales en Estados Unidos, por lo que considera que es importante implementar nuevas estrategias para “proveer información” y “animar a aquellos que no lo han hecho a que consideren vacunarse”.

“Existe una necesidad de proveer información básica para que la gente sepa que las dosis son gratuitas, que no necesitan pagar para obtenerla, y que todas las personas son elegibles para obtener la vacuna sin importar el estatus migratorio”, agregó.

Bernal reconoció que la población que abiertamente se niega a ponerse la vacuna justifica su decisión por la preocupación por los efectos secundarios. Según ella, esos comentarios avalan su teoría de la falta de información que hay al respecto, por lo que es “indispensable” que se ponga en marcha un plan para dar “más confiabilidad” a la población acerca de la vacuna contra el coronavirus.

“Hay preocupación sobre los efectos secundarios, sobre los coágulos de sangre, y eso nos muestra que la gente necesita más información. Al mismo tiempo, la encuesta nos muestra que hay una receptividad en ese grupo, por lo que aquellos que se han vacunado y no han tenido ningún problema tienen la oportunidad de hablar con sus familiares y amistades para asegurarles que se sienten bien tras la vacuna”, explicaba.

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Más confianza en consultorios médicos

Matt Barreto, presidente de BSP Research, otro organismo de investigación que dio apoyo al estudio, resalta que “un hallazgo muy importante de la encuesta es que un porcentaje muy alto de latinos que dudan entre vacunarse o no quieren recibir la dosis en el consultorio de su médico”.

A su parecer, eso se debe a que los “médicos y enfermeros locales, que también son latinos, son muy confiables”, y pueden ayudar a fomentar la vacunación a nivel comunitario.

“Por lo tanto, nuestro mejor camino a seguir es trabajar con los médicos y enfermeros locales, que son parecidos a nosotros, que son de nuestra comunidad, y que nos animan a que vayamos a sus oficinas a vacunarnos”, manifestó Barreto.

Esta encuesta tiene la muestra más grande de hispanos, afroamericanos, asiático americanos, isleños del Pacífico y nativos americanos de cualquier estudio sobre la vacuna del COVID-19 hasta la fecha, según confirman desde la organización a la VOA.

“Sus preguntas tenían como objetivo averiguar qué pensaban actualmente los estadounidenses, especialmente las personas más difíciles de alcanzar, los estadounidenses rurales, las personas de color y los no vacunados, sobre la vacuna del COVID-19, sus preocupaciones y cómo podrían abordarse”, detallan.

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Otras conclusiones del estudio:

- Que los latinos en áreas rurales también tienen muchas menos probabilidades de ser vacunados.

- Que los latinos de habla hispana tienen tasas de vacunación más altas que los latinos de habla inglesa, aunque los no ciudadanos tienen tasas de vacunación mucho más bajas que los ciudadanos naturalizados nacidos en el extranjero.

- Aproximadamente un tercio de los hispanos que aún no se han vacunado informaron haber escuchado que inscribirse para la vacunación podría complicar su estatus migratorio y que casi 1 de cada 10 latinos no vacunados señaló que esa cuestión los hace menos propensos a obtener una dosis.

- Entre los latinos no vacunados, el 26% planea hacerlo lo antes posible, mientras que el 51% dice que seguramente no lo hará.

- La mitad de la comunidad latina no vacunada reconoce que no sabe cómo obtener las dosis.

- El 57% de la muestra de latinos no asegurados y no vacunados dicen ser muy reacios a ponerse la dosis.

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