El presidente Barack Obama instó a los padres de familia de Flint, Michigan, a hacer exámenes de detección de plomo a sus hijos, al tiempo que aseguró que el agua filtrada de la ciudad era segura para cualquier persona mayor de seis años y que no esté embarazada.
Obama, que tomó de un vaso con agua filtrada durante su visita a la ciudad, dijo que demorará más de dos años reemplazar la red de tuberías de Flint y prometió que su gobierno "no descansará" hasta que cada gota de agua que fluya por las cañerías de la ciudad sea segura.
El presidente dijo que el agua limpia es una responsabilidad básica del gobierno en EE.UU, y señaló que lo sucedido en Flint fue un desastre causado por seres humanos que no tenía que ocurrir.
La crisis en Flint surgió en 2014 cuando el gobierno de la ciudad, carente de fondos, buscó ahorrar sacando agua de un río local en lugar de obtenerla del sistema de agua de Detroit, sin tratarla adecuadamente para evitar la contaminación con plomo.
La falla se descubrió meses después, cuando se supo que los residentes de Flint no fueron informados sobre el agua contaminada. Aproximadamente 100.000 residentes de Flint no tienen acceso confiable a agua potable y agua para el aseo desde que comenzó la crisis.
La Casa Blanca dijo que la visita del presidente fue generada por la carta de una niña de ocho años de nombre Amariyana "Mari" Copeny, quien pidió discutir la crisis personalmente.