Numerosas escuelas estadounidenses están luchando para proporcionar servicios a la gran cantidad de niños, niñas y adolescentes que cruzaron la frontera solos en los últimos meses.
Los menores no acompañados se han trasladado a comunidades de todos los tamaños en casi todos los estados, según datos del gobierno federal, mientras esperan el resultado de sus procesos en las cortes de inmigración.
El Tribunal Supremo ha dictaminado que las escuelas tienen la obligación de educar a todos los estudiantes, independientemente de su condición migratoria, por lo que los centros educativos se han convertido en un refugio seguro para muchos de las decenas de miles de estos jóvenes.
El condado rural de Sussex de Delaware ha atraído inmigrantes, en parte por el trabajo en las fábricas de pollo y los campos de soja y maíz. La población del distrito es más de una cuarta parte hispana, y durante años ha ofrecido un programa de estimulación temprana para los que no hablan inglés.
Aun así, los funcionarios fueron sorprendidos por unos 70 nuevos estudiantes, en su mayoría de Guatemala que se inscribieron el año pasado, sobre todo en la Sussex Central High School. Durante las vacaciones de verano, el Distrito Escolar Indian River rápidamente proporcionó clases especiales para los que necesitan ayuda adicional con el inglés.
Los educadores de Delaware y en otros lugares dicen que muchos de estos estudiantes, que huyeron de la pobreza y la violencia, tienen lagunas en su escolaridad. Para los adolescentes, el aprendizaje en inglés puede resultar más difícil que para los estudiantes más jóvenes. También pueden estar viviendo con familiares u otras personas que no conocían, y el funcionamiento de una escuela americana puede ser confuso.
Otros experimentaron traumas, ya sea en su país de origen o al cruzar la frontera, y pueden necesitar ayuda en salud mental.
“Es una nueva cultura y se pueden sentir solos. ... Algunos de ellos no tienen a sus padres aquí”, dijo la instructora de inglés Alina Miron en Broadmoor High School en Baton Rouge, Louisiana. La escuela cuenta con alrededor de una docena de estos estudiantes matriculados.
En distritos como el de Miron, la llegada de estos menores ha necesitado la contratación de nuevos profesores de inglés.
Dos fundaciones donaron dinero para el Distrito Escolar Unificado de Oakland, California, para ayudar a financiar servicios de navegación para unos 150 estudiantes, quienes necesitan servicios legales y sociales, ya que muchos no cuentan con representación en las cortes de inmigración.
“Nos sentimos que tenemos la obligación moral de servir a estos estudiantes, siempre y cuando se encuentren en Estados Unidos”, dijo Troy Flint, un portavoz del distrito. “Hasta que se decida su destino, somos responsables de garantizar que reciban una educación”.
En Miami, la junta escolar votó solicitó ayuda federal después de que 300 estudiantes nacidos en el extranjero, muchos de Honduras, se matricularan hacia el final del último año escolar.
Margie McHugh, director del Centro Nacional para la Integración de los Inmigrantes del Instituto de Política Migratoria, dice que es fundamental que a los niños se les permita integrarse a la vida estadounidense, lo que significa que sean educados.
Los oficiales del Distrito Escolar Indian River de Delaware dicen que ese es el plan.
“Tenemos un corazón muy abierto y una mente abierta y a cualquier estudiante que llegue a nuestro sistema, le vamos a dar los servicios más apropiados que podamos”, dijo el superintendente del distrito, Susan Bunting.