Durante el último año, millones de latinoamericanos abandonaron sus países huyendo de los efectos de conflictos armados, inestabilidad política, crisis económicas y el cambio climático, según los expertos, lo que profundizó la crisis migratoria que aqueja la región.
“Una de las características más importantes de la migración en 2022 ha sido que los flujos migratorios se han convertido cada vez más hemisféricos, haciendo que la migración no solamente afecte a los países tradicionales como EEUU y México, pero también a países de tránsito, incluyendo muchos países en Centroamérica que están por primera vez viendo flujos más altos de migración, especialmente de Sudamérica, como personas venezolanas, cubanas y nicaragüenses”, dijo a la Voz de América Ariel Ruiz Soto, analista de políticas del Instituto de Políticas Migratorias en Washington DC.
La Asamblea General de la Organización Naciones Unidas (ONU) proclamó en el año 2000 el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante, ante el aumento de los flujos migratorios en el mundo. En la resolución, invita a los Estados miembros a difundir información sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de los migrantes.
La estimación actual de la ONU apunta a que en 2020 había unos 281 millones de migrantes internacionales en el mundo, lo que equivale al 3,6 % de la población global.
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En el caso de América Latina, “estamos hablando de al menos tres sistemas migratorios” críticos, explicó a la VOA Betilde Muñoz, directora de inclusión social de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Los movimientos de ciudadanos de Guatemala, Honduras y El Salvador que “usualmente” van con destino a Estados Unidos, el de venezolanos que en gran parte se concentran en otros países de América Latina y el de nicaragüenses que se asentaron mayormente en Costa Rica “luego de la crisis política y represión en el país”.
El informe sobre las Migraciones en el Mundo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de 2022, detalla la repercusión de la situación política en Venezuela en los flujos migratorios de la región y la caracteriza como “una de las mayores crisis de desplazamiento y migración en el mundo”.
Alrededor de 7,1 millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos cinco años. Entre los principales destinos de estos migrantes figuran Colombia, Perú, Chile, Ecuador y Brasil. En el caso de Colombia, apuntó Ruiz Soto, 2,5 millones de venezolanos se encuentran radicados en el país.
EEUU se mantuvo en 2022 como el principal país de destino, dijo a la VOA Liz Lizama, directora de comunicaciones de OIM. El país alberga a 51 millones de migrantes, la mayor cantidad en todo el mundo, seguido de Canadá con 8 millones y luego América del Sur.
Los desplazamientos dejan un saldo de muertes y desapariciones de migrantes que, según la OIM, este año alcanzó 1.061. Las principales causas de los incidentes son ahogamientos, accidentes en vehículos o condiciones ambientales extremas, como golpes de calor.
La pandemia de COVID-19 también alteró la movilidad. A pesar de que el número de migrantes cayó dramáticamente en el primer año, en 2022 los “números han aumentado significativamente en la región, y esta no es necesariamente una tendencia exclusiva de las Américas, es una tendencia que estamos viendo en todo el mundo”, agregó Lizama.
El COVID-19 obligó a migrantes a suspender sus planes debido a las restricciones, llevó a otros a optar por viajes arriesgados como atravesar el Tapón del Darién, lo que aumentó el empleo de traficantes en la región. Unos 178.867 adultos entraron irregularmente a Panamá a través de la selva del Darién entre enero y octubre de 2022, el 70 % de ellos eran venezolanos, según datos del informe de tendencias migratorias de OIM.
“Aun cuando el viaje es peligroso y tiene todo ese tipo de dificultades, no existe todavía una alternativa para que las personas lo puedan hacer de mejor y llegar de manera regular, ordenada y segura a EEUU o a México”, dijo Ruiz Soto.
Políticas estadounidenses influencian migración en la región
Un número récord de migrantes llegaron a la frontera de EEUU con la intensión de solicitar refugio en el país norteamericano. En el último año, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), interceptó a más de 2,7 millones de migrantes latinoamericanos que entraron de manera irregular.
Datos del Servicio de Inmigración y Ciudadanía de EEUU (USCIS), apuntan que en la primera mitad del año fiscal 2022, la cantidad de nuevos ingresos de inmigrantes con estatus legal alcanzó 209.124, de los cuales 17.681 eran suramericanos.
“Para agregar a la complejidad está la incertidumbre en cuanto a la política de la frontera de EEUU”, dijo a la VOA Kevin Appleby, director interino del Centro de Estudios Migratorios de Nueva York. Por ejemplo, la revocación a partir del 21 de diciembre del Título 42, la medida que permite expulsar a personas que crucen irregularmente a EEUU, estaría enviando mensajes “inconsistentes” sobre la postura del país hacia los migrantes, explicó.
Desde que se extendió la aplicación de Título 42 a los venezolanos, las entradas irregulares de estos ciudadanos a EEUU habría disminuido en un 85 %, según autoridades estadounidenses. Sin embargo, el número de nicaragüenses y cubanos habría aumentado, debido a que a ellos no se les aplica la medida.
“Estamos en un momento de desafío y peligro para los migrantes que hacen el viaje, porque no hay garantía de que vayan a tener el debido proceso una vez que lleguen a EEUU”, apuntó Appleby.
Vedant Patel, portavoz adjunto del Departamento de Estado de EEUU, dijo en un parte de prensa que “la administración (del presidente Joe Biden) siempre ha visto la migración como un reto hemisférico y regional, un reto que va más allá de solamente los EEUU y hemos intentado trabajar en estos retos”.
El futuro de la migración regional
En 2022, los gobiernos en las Américas se acercaron a gestiones para adoptar la crisis migratoria como un reto regional. En expresión de esto, los países del hemisferio firmaron en junio la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, bajo la que se comprometieron a ampliar las vías legales de migración y promover condiciones políticas, económicas, de seguridad, sociales y ambientales para “que las personas lleven una vida pacífica, productiva y digna en sus países de origen”.
Por otro lado, Colombia estableció el Estatuto Temporal de Protección a Migrantes, con el fin de regularizar la situación de 1,8 millones de ciudadanos venezolanos, un esfuerzo que, según la portavoz de OIM, les permitirá “convertirse en miembros activos de la sociedad y contribuir a la economía”.
“Lo que se requiere no solamente es mejores políticas, pero también una manera de comunicar a las personas exactamente cuáles son las maneras de poder entrar o llegar de manera legal a Estados Unidos y México”, dijo Ruiz Soto.
Los migrantes continúan enfrentando grandes retos en su movimiento por la región. Entre ellos, explicó la directora de inclusión social de la OEA, el acceso a ayuda humanitaria como servicios médicos, alimentación y agua potable; la otorgación de un estatus regular que les permita acceder a otros derechos en su país de destino; la inclusión social, cultural y económica de las población, y finalmente, la xenofobia y discriminación.
“Ante estos retos es clave el diseño de políticas públicas que permitan manejar positivamente la migración, no como un problema, sino como una oportunidad”, apuntó Muñoz.
Appleby aseguró que “EEUU necesita una política integral que combine la protección con algún tipo de política de larga data sobre desarrollo y gobernanza en algunos de estos países. Necesita reformar su sistema de inmigración tal como está. Tenemos una demanda de trabajadores y, básicamente, dependemos de la población indocumentada de este país para satisfacer esas necesidades”.
[Divalizeth Cash contribuyó a este reporte]
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