Los cristianos de todo el mundo conmemoraron el jueves con una serie de celebraciones la Epifanía, conocida como el Día de los Reyes Magos para los católicos y el Bautismo de Cristo para los ortodoxos.
El papa Francisco ofició misa desde la Basílica de San Pedro y condenó el consumismo, mientras que anoche hubo desfiles en España y los creyentes ortodoxos vieron a nadadores sumergirse en aguas heladas para recuperar cruces.
Francisco alentó a la gente a deshacerse de la “tiranía” consumista y las crisis de fe y, en cambio, encontrar el coraje para trabajar por la justicia y la hermandad en sociedades dominadas por lo que él llamó la “lógica siniestra del poder”.
La fiesta católica de la Epifanía recuerda la visita de tres magos, o sabios, al niño Jesús.
En su homilía, Francisco instó a las personas a superar las “barreras del hábito, más allá del consumismo banal”. También destacó las celebraciones de otros cristianos. “Los pensamientos de hoy van a los hermanos y hermanas de las iglesias orientales, tanto católicas como ortodoxas, que mañana celebran el cumpleaños del Señor”, dijo el pontífice.
También lea ¿Cómo se celebra en Latinoamérica el Día de los Reyes Magos?En Estambul, el líder de los cristianos ortodoxos, el patriarca ecuménico Bartolomé, celebró la misa de Epifanía antes de encabezar la ceremonia tradicional de bendición de las aguas, durante la cual varios nadadores compiten para recuperar una cruz flotante arrojada al mar.
Bartolomé se recuperó recientemente de COVID-19 y se sometió a una cirugía cardíaca en noviembre.
En Bulgaria, miles de cristianos ortodoxos ignoraron las recomendaciones para evitar aglomeraciones debido al COVID-19 y se sumergieron en ríos y lagos helados.
En contraste, las celebraciones se cancelaron o se redujeron en muchas partes de Grecia, a medida que el país lucha contra un gran aumento de infecciones provocadas por la variante ómicron del coronavirus.
En Chipre, los espectadores se mantuvieron alejados del muelle, de acuerdo con las restricciones del coronavirus, mientras una veintena de personas se zambulleron en las frías aguas de la bahía de Larnaca, en la costa sur de la isla, para recuperar la cruz arrojada por el líder de la Iglesia ortodoxa griega, el arzobispo Crisóstomo II. La mayoría de la gente vio la ceremonia a la distancia.
En España, una banda militar tocó el himno nacional frente al palacio en Madrid y el rey Felipe VI observó un saludo de 21 cañones antes de pasar revista a las tropas en un día invernal. En el interior, en el Salón del Trono, el monarca entregó medallas a 16 miembros de las fuerzas armadas, en una ceremonia que data de 1782. La asistencia al evento fue limitada por segundo año consecutivo debido a las restricciones pandémicas. La familia real, los dignatarios y las tropas llevaban mascarillas.
El país celebró desfiles de cabalgata el día antes de la Epifanía donde personas ataviadas como los Reyes Magos viajan en carrozas por las principales ciudades y pueblos de España. Niños y adultos por igual dejan sus zapatos la noche anterior y reciben obsequios el 6 de enero.
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