¿Es realista pensar en una Cuba democrática?

Cuba no sería el único país en América Latina en vivir una transición a la democracia. Chile y Argentina lograron hacer el cambio, no sin consecuencias.

El gobierno del presidente Barack Obama está listo para iniciar la transición con Cuba, pero las dudas de si los Castro también están listos persisten.

Imaginar a una Cuba democrática, en donde no se castigue a quienes piensan distinto, con elecciones con múltiples partidos y libre comercio, sigue siendo complicado hasta para los más optimistas. ​

Tras décadas de autoritarismo, es difícil pensar que los hermanos Castro podrán cambiar de la noche a la mañana el orden político que hasta el momento han manipulado a su antojo. ​

El panorama seguramente es más desconcertante para los cubanos, cuando muchos de ellos no tienen ningún recuerdo en sus vidas que no sea con Fidel y ahora su hermano, Raúl, en el poder. ​

De ahí que resulte fácil comprender la incertidumbre tanto de cubanos como de estadounidenses. ​

“Nosotros estamos bien preocupados por los anuncios con Cuba, y te digo por qué: Lo más importante en Cuba es el pueblo, que se acerquen a la libertad. Pero no vemos que eso sea la realidad. Han cambiado muchas cosas departe de EE.UU., pero de parte de Cuba no vemos cambios”, aseguró a la Voz de América Jorge Lima, director de políticas de la organización Iniciativa Libre, en Washington.​

Desde el anuncio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de iniciar un nuevo orden político con La Habana, en Cuba continúan “los prisioneros políticos y sigue la represión”, según Lima. ​

¿Pero quién podría esperar un cambio inmediato?

Lima concuerda en que todo cambio lleva su tiempo, y que hay que ser pacientes, pero insiste en que EE.UU. inició el proceso al revés

“La ley permite cambiar las relaciones con Cuba, y hasta el mismo embargo, aunque siempre se ha dicho que se puede cambiar, siempre y cuando el gobierno de los hermanos Castro empiecen a respetar los derechos humanos. Pero ahora vemos que EE.UU. ha decidido cambiar de su parte sin ningún cambio de parte de Cuba”, explicó Lima.​

No obstante una sola razón podría realmente obligar el cambio: la crisis económica que amenaza a Venezuela y Rusia, aliados históricos del gobierno cubano.​

El razonamiento se basa, según Carlos Ponce, director del programa para Latinoamérica de Freedom House, en que los militares que gobiernan la isla ven como su único escape a la crisis los dólares que pueden llegar casi de inmediato a La Habana, ante la caída del financiamiento y las ayudas que recibían de Caracas y, anteriormente, Moscú.​

“Los Castro no hacen un cambio porque deseen hacerlo. Pero la situación económica los está obligando a hacerlo. Es lo único que podría permitir cambios verdaderos en la Isla”, razonó Ponce con la Voz de América. ​

Todo cambio asusta, causa temor. Pero la democracia no se logra de formas milagrosas, es progresista, toma tiempo, por lo que la democratización de Cuba es posible, “pero también dependerá de nosotros”, agregó Ponce. ​

Ese “nosotros” incluye al “gobierno estadounidense que debe poner condiciones durante el proceso de diálogo sobre todo en términos de derechos humanos” pero también “a los cubanos, quienes deben ser optimistas, sin dejar de articular sus objetivos”, enfatizó.​

Ponce señaló que hay que darle una oportunidad al proceso de diálogo, después de todo, tanto cubanos como demócratas y republicanos buscan lo mismo, una Cuba democrática.