Echando un vistazo atrás, Erika Locatelli reconoce que fue valiente al dejar su país de origen y emprender una nueva vida lejos de casa, en una ciudad diferente, pero lo hizo empujada por la situación en Venezuela. “Las condiciones en Venezuela para un profesional no están completamente sólidas para que uno pueda desarrollarse y lograr una estabilidad”, relata a la Voz de América.
Por eso, no lo pensó dos veces y en 2013 hizo las maletas en busca “de esas oportunidades y la estabilidad” que tanto anhelaba Locatelli. Con el paso de los años, considera que ahora sí, que ha cumplido lo que muchos llaman “el sueño americano”, aunque aclara que “es un constante proceso de evolución” que consiste en “seguir aprendiendo y ganar experiencia” como profesional.
“Nunca me había planteado venir a EEUU”
Es la historia de muchos inmigrantes que, como ella, un día decidieron llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor. “Siento que este país me ha acogido muy bien, obviamente sí que extraño mi país, mis cositas, mis amigos, pero definitivamente el venir acá es saber que tienes por delante un gran camino, que tienes otras oportunidades para evolucionar y seguir creciendo”, dice lamentando que “en Venezuela es imposible tener eso”.
Estados Unidos era un país que conocía muy bien porque había venido varias veces por la proximidad con Venezuela, a unas tres horas en avión, pero nunca se había planteado en serio la posibilidad de establecerse en el país norteamericano. Estaba terminando su carrera de marketing en Venezuela cuando le surgió la oportunidad de hacer una pasantía en una compañía de bienes raíces en el sur de Florida. “Ahí me di cuenta de donde quería estar y donde me quería desarrollar. Regresé a Venezuela, terminé mi carrera, trabajé dos años y me dije a mí misma que me iba a Estados Unidos”, agrega.
También lea Gustavo Cisneros, magnate venezolano de la TV: “Ser latino no ha sido una barrera para mí”Ahora trabaja en el departamento de marketing de Curalux, una compañía fundada por inmigrantes cubanos especializada en el cuidado capilar. Reconoce que su historia no es como la de muchos migrantes venezolanos cuyas imágenes cruzando la frontera sur de Estados Unidos han dado la vuelta al mundo.
“He sacrificado muchas cosas”
Ella llegó de otra manera, pero también con la ilusión de empezar una nueva vida y sacrificando muchas cosas a causa de la inestabilidad social, política y económica que se vive en su país. Agradece la oportunidad de haber estudiado en Venezuela y haberse esforzado porque, según dice, eso fue lo que le abrió las puertas para ahora estar en Estados Unidos.
“Siempre quise llegar, trabajar, ganar experiencia, conocer gente..”, explica.
Sin embargo, de alguna manera ella también siente que es una excepción. No por suerte, aclara, sino porque también se preparó para dar lo mejor de sí. Pese a eso, es consciente de que hay muchos profesionales, como médicos, ingenieros o científicos, que también han abandonado Venezuela y que ahora trabajan de cualquier cosa menos en lo que se habían profesionalizado en su país natal.
También lea EEUU lanza colección de estampillas en honor a la tradición hispana de las piñatas“Yo también tuve que retroceder, no es que empezara de una, sino que tuve que ganarme el camino hasta llegar donde estoy. Fue fácil el camino”, dice.
A pesar de haber desarrollado la mayor parte de su carrera en Estados Unidos, ella confía en “poder regresar y retomar cosas allá”. “Me encantaría poder tener de nuevo una casa, un lugar a donde llegar, un lugar que guarda tanta memoria, tantos recuerdos, tantas cosas”, comenta.
Sueña con volver para conocer el Salto del Ángel, un lugar que no ha conocido. Pero también reencontrarse con los paradisiacos paisajes de Los Roques, la Gran Sabana o el Llano.