En las últimas horas de este jueves 18 de julio la ciudad de Detroit, se declaró en bancarrota ante una Corte Federal de Estados Unidos, y se convierte así, en la mayor quiebra de un municipio en la historia del país.
A veces lo peor ocurre y a veces se hace historia no por la razón correcta. Y eso es básicamente lo que le ha ocurrido a la "Ciudad del motor".
En las últimas horas de este jueves 18 de julio la ciudad de Detroit, se declaró en bancarrota ante una Corte Federal de Estados Unidos, y se convierte así, en la mayor quiebra de un municipio en la historia del país.
La decisión llegó después de meses de fallidas negociaciones para conseguir un acuerdo con los acreedores y mientras la ciudad es administrada por Kevin Orr, un gerente de emergencia designado por el estado.
El anuncio de adherir al capítulo 9 de la Ley de Bancarrotas es el último capítulo de una historia que incluye una fuerte declinación de la población, caídas en la recaudación, y una persistente corrupción y errores de manejo financiero.
El administrador de emergencia trató infructuosamente de resolver un déficit presupuestal de $300 millones de dólares y una deuda de largo plazo que ha subido hasta los $20 mil millones de dólares.
Modelo monoindustrial demasiado frágil
Sn embargo eso no fue todo.
El profesor de la Universidad de Michigan, Eric Scorsone, afirma que el camino de Detroit hacia la bancarrota no se produjo de un día para otro.
“Esta ciudad era un ejemplo de modelo monoindustrial. A diferencia de Chicago y Nueva York por ejemplo, así como otras tantas ciudades en el país donde existe una diversidad industrial, en Detroit todo giraba alrededor de la industria automotriz y sus proveedores, y nada más. Y cuando ellos se fueron, la ciudad comenzó una larga declinación que se fue produciendo, escencialmente, durante los últimos 50 años”, afirma Scorsone.
En el mejor momento de la ciudad, a comienzos de los años ’50, la población de Detroit alcanzaba a 1 millón 800 mil habitantes. Pero ya en el año 2010 la población estaba por debajo de los 700.000 habitantes, y la gente seguía abandonando la ciudad en medio de las tensiones raciales y la declinación de las oportunidades de empleo.
De una forma similar opina el profesor de Planificación Urbana de la Universidad Estatal Wayne State, Robin Boyle, quien subraya que la mayoría de los residentes de Detroit comenzaron a mudarse a los suburbios o directamente a abandonar el área.
“Muchos residentes tenían ingresos tan bajos para reinvertir en sus comunidades que si lograr juntar algún dinero simplemente partían o se mudaban a los suburbios o trataban de encontrar trabajo en cualquier otro lugar, lo que generó un circulo vicioso que fue haciendo decaer la ciudad más y más. Cómo terminar con ese círculo destructivo es el verdadero desafío que enfrenta Detroit”, aseguró Boyle.
La declinación
En apenas una década, lo que ya era una situación mala en Detroit, empeoró cuando la industria que le dio el nombre a Detroit de “La ciudad del motor”, se vió frente a la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de los años ’30.
La crisis se profundizó con una caída en la venta de automotores, una pérdida de valor de las propiedades inmobiliarias en la ciudad y una actividad crediticia muy rígida, algo que como dice el profesor Eric Scorsone, golpeó a Detroit más fuerte que a otras ciudades.
“Lo que creo que realmente ocurrió en los últimos 10 años, es que Michigan atravesó una recesión muy significativa que duró 10 años, a diferencia de lo que pasaba en el país como un todo, y allí es cuando las autoridades electas debieron haber actuado y no lo hicieron”, sostiene el profesor de la Universidad de Michigan.
El alcalde de Detroit en ese momento, Kwame Kilpatrick, se vió involucrado en escándalos de corrupción que lo forzaron a renunciar e incluso terminó en prisión, todo lo que representó una distracción más a todo el problema financiero que enfrentaba la ciudad.
Las causas de la caída
Sin embargo el profesor Scorsone dice que Kilpatrick no es el único responsible de los problemas financieros del país.
“Cualquier ciudad en la misma situación iba a enfrentar enormes dificultades sin importar cuán efectivas pudieran ser las autoridades electas y los gerentes contratados. Así que, para ser justos, creo que ambos factores actuaron juntos. Creo que fue una combinación de problemas en la administración y una declinación económica. Lo que es difícil decir es en que porcentaje cada uno fue responsable, pero sin dudas ambos factores pesaron”, agrega Scorsone.
Algo de esperanza
Pero aún en medio de la actual decadencia, el profesor de la Universidad Estatal Wayne, Robin Boyle, dice que todavía hay señales de esperanza en el área central de Detroit que es ahora reconocida por el deterioro urbano que por su vitalidad.
De todas formas ahora “General Motors se ha mudado al centro y el área comienza a experimental una revitalización a través de las actividades de uno o dos inversionistas inmobiliarios, y ese es un punto fuerte”, explica Boyle.
Lo que viene en el corto plazo después de haber presentado la declaración de bancarrota bajo el capítulo 9 de la Ley de Quiebra, será un período de uno a tres meses para que el planteo sea revisado por un juez federal. Si el proceso consigue avanzar, podría tomar años antes de que Detroit finalmente salga de la bancarrota.
Definitivamente, a veces también se hace historia, pero no precisamente por la razón correcta.
En las últimas horas de este jueves 18 de julio la ciudad de Detroit, se declaró en bancarrota ante una Corte Federal de Estados Unidos, y se convierte así, en la mayor quiebra de un municipio en la historia del país.
La decisión llegó después de meses de fallidas negociaciones para conseguir un acuerdo con los acreedores y mientras la ciudad es administrada por Kevin Orr, un gerente de emergencia designado por el estado.
El anuncio de adherir al capítulo 9 de la Ley de Bancarrotas es el último capítulo de una historia que incluye una fuerte declinación de la población, caídas en la recaudación, y una persistente corrupción y errores de manejo financiero.
El administrador de emergencia trató infructuosamente de resolver un déficit presupuestal de $300 millones de dólares y una deuda de largo plazo que ha subido hasta los $20 mil millones de dólares.
Sn embargo eso no fue todo.
El profesor de la Universidad de Michigan, Eric Scorsone, afirma que el camino de Detroit hacia la bancarrota no se produjo de un día para otro.
“Esta ciudad era un ejemplo de modelo monoindustrial. A diferencia de Chicago y Nueva York por ejemplo, así como otras tantas ciudades en el país donde existe una diversidad industrial, en Detroit todo giraba alrededor de la industria automotriz y sus proveedores, y nada más. Y cuando ellos se fueron, la ciudad comenzó una larga declinación que se fue produciendo, escencialmente, durante los últimos 50 años”, afirma Scorsone.
En el mejor momento de la ciudad, a comienzos de los años ’50, la población de Detroit alcanzaba a 1 millón 800 mil habitantes. Pero ya en el año 2010 la población estaba por debajo de los 700.000 habitantes, y la gente seguía abandonando la ciudad en medio de las tensiones raciales y la declinación de las oportunidades de empleo.
De una forma similar opina el profesor de Planificación Urbana de la Universidad Estatal Wayne State, Robin Boyle, quien subraya que la mayoría de los residentes de Detroit comenzaron a mudarse a los suburbios o directamente a abandonar el área.
“Muchos residentes tenían ingresos tan bajos para reinvertir en sus comunidades que si lograr juntar algún dinero simplemente partían o se mudaban a los suburbios o trataban de encontrar trabajo en cualquier otro lugar, lo que generó un circulo vicioso que fue haciendo decaer la ciudad más y más. Cómo terminar con ese círculo destructivo es el verdadero desafío que enfrenta Detroit”, aseguró Boyle.
La declinación
En apenas una década, lo que ya era una situación mala en Detroit, empeoró cuando la industria que le dio el nombre a Detroit de “La ciudad del motor”, se vió frente a la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de los años ’30.
La crisis se profundizó con una caída en la venta de automotores, una pérdida de valor de las propiedades inmobiliarias en la ciudad y una actividad crediticia muy rígida, algo que como dice el profesor Eric Scorsone, golpeó a Detroit más fuerte que a otras ciudades.
“Lo que creo que realmente ocurrió en los últimos 10 años, es que Michigan atravesó una recesión muy significativa que duró 10 años, a diferencia de lo que pasaba en el país como un todo, y allí es cuando las autoridades electas debieron haber actuado y no lo hicieron”, sostiene el profesor de la Universidad de Michigan.
El alcalde de Detroit en ese momento, Kwame Kilpatrick, se vió involucrado en escándalos de corrupción que lo forzaron a renunciar e incluso terminó en prisión, todo lo que representó una distracción más a todo el problema financiero que enfrentaba la ciudad.
Las causas de la caída
Sin embargo el profesor Scorsone dice que Kilpatrick no es el único responsible de los problemas financieros del país.
“Cualquier ciudad en la misma situación iba a enfrentar enormes dificultades sin importar cuán efectivas pudieran ser las autoridades electas y los gerentes contratados. Así que, para ser justos, creo que ambos factores actuaron juntos. Creo que fue una combinación de problemas en la administración y una declinación económica. Lo que es difícil decir es en que porcentaje cada uno fue responsable, pero sin dudas ambos factores pesaron”, agrega Scorsone.
Algo de esperanza
Pero aún en medio de la actual decadencia, el profesor de la Universidad Estatal Wayne, Robin Boyle, dice que todavía hay señales de esperanza en el área central de Detroit que es ahora reconocida por el deterioro urbano que por su vitalidad.
De todas formas ahora “General Motors se ha mudado al centro y el área comienza a experimental una revitalización a través de las actividades de uno o dos inversionistas inmobiliarios, y ese es un punto fuerte”, explica Boyle.
Lo que viene en el corto plazo después de haber presentado la declaración de bancarrota bajo el capítulo 9 de la Ley de Quiebra, será un período de uno a tres meses para que el planteo sea revisado por un juez federal. Si el proceso consigue avanzar, podría tomar años antes de que Detroit finalmente salga de la bancarrota.
Definitivamente, a veces también se hace historia, pero no precisamente por la razón correcta.