La creciente demanda de estas aeronaves no tripulada, ha hecho que se incrementen los entrenamientos para operarios que las dirigen.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses se están apresurando a entrenar más operadores de aviones piloteados a control remoto, a media que crece su dependencia en las aeronaves teledirigidas en lugares como Afganistán y Yemen.
En la base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México, que ha sido durante largo tiempo un centro de pruebas para aviones de guerra de última generación, se centra una revolución en entrenamiento bélico.
Por estos días, aviones de entrenamiento alemanes son las pocas aeronaves tripuladas que se ven. Los cielos de Holloman están ahora dominados por aviones dirigidos a control remoto por tripulantes que nunca dejan la tierra.
“Lo que nos taladraba nuestra mente desde el primer día es que no es un juego de video. Esto es real. Por último, podríamos ser puestos en situaciones donde usamos armas para quitar la vida de combatientes enemigos”, señaló Jay, uno de los entrenadores.
Usar un avión a control remoto cuesta una fracción de lo que cuesta un vuelo tripulado y el entrenamiento total toma 126 días, casi la mitad de lo necesario para vuelos tripulados. Para entrenadores como Lindsay, quien recientemente dio a luz un bebé, hay otras ventajas.
“El hecho de que no estoy físicamente allí. Estoy sentada en Estados Unidos controlando un avión que está en un escenario diferente. Es difícil pensarlo. Sin embargo es también verdaderamente sensacional en el sentido de que tienes tiempo para regresar a tu familia”, resalta Lindsay.
Los pilotos no dan sus nombres completos, en parte, debido a amenazas de muerte que reciben, principalmente de adentro de Estados Unidos.
En la base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México, que ha sido durante largo tiempo un centro de pruebas para aviones de guerra de última generación, se centra una revolución en entrenamiento bélico.
Por estos días, aviones de entrenamiento alemanes son las pocas aeronaves tripuladas que se ven. Los cielos de Holloman están ahora dominados por aviones dirigidos a control remoto por tripulantes que nunca dejan la tierra.
“Lo que nos taladraba nuestra mente desde el primer día es que no es un juego de video. Esto es real. Por último, podríamos ser puestos en situaciones donde usamos armas para quitar la vida de combatientes enemigos”, señaló Jay, uno de los entrenadores.
Usar un avión a control remoto cuesta una fracción de lo que cuesta un vuelo tripulado y el entrenamiento total toma 126 días, casi la mitad de lo necesario para vuelos tripulados. Para entrenadores como Lindsay, quien recientemente dio a luz un bebé, hay otras ventajas.
“El hecho de que no estoy físicamente allí. Estoy sentada en Estados Unidos controlando un avión que está en un escenario diferente. Es difícil pensarlo. Sin embargo es también verdaderamente sensacional en el sentido de que tienes tiempo para regresar a tu familia”, resalta Lindsay.
Los pilotos no dan sus nombres completos, en parte, debido a amenazas de muerte que reciben, principalmente de adentro de Estados Unidos.