EAGLE PASS / WASHINGTON, EEUU — Pasan las once de la noche y las alambradas se abren: hombres, mujeres y menores entran a territorio de Estados Unidos. Llegan mojados después de cruzar el Río Grande.
Casi todos han atravesado pueblos, ciudades, la selva y vivido muchas malas experiencias que cuentan a todo el que se les acerca. Lloran, se abrazan y lo hacen -exponen algunos- por la alegría de haber llegado a suelo estadounidense. Muchos son venezolanos, pero también hay cubanos y colombianos.
La Voz de América lo constató hasta bien entrada la noche del lunes en el punto fronterizo de Eagle Pass, una ciudad ubicada en el condado de Maverick en el estado de Texas, donde de acuerdo con el censo más reciente de 2020 tenía una población de entonces era de unos 28.130 habitantes.
"Llegamos", dicen algunos una vez que cruzan la alambrada en la que otros antes que ellos -y ellos mismos- dejaron ropas que usaron para protegerse las manos de las púas mientras se apoyaban para traspasar la barrera.
Un venezolano, alzando las manos poco después de traspasar los alambres, dijo: "Ay Dios mío, un mes y una semana sufriendo".
VOA: Cómo se sienten.
Migrantes a coro: Felices. Llevamos mucho tiempo huyendo.
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En la madrugada del lunes, al igual que durante todo el día, la VOA fue testigo además de cómo la Guardia Nacional removía cada cierto tiempo -y con gran rapidez- partes del alambre de púas apartado por los migrantes para cruzar. Pocos minutos después instalaban una nueva alambrada.
Muchos de los migrantes irregulares entrevistados durante dos días no tenían claro por qué habían decidido este puerto de entrada. Muchos siguieron recomendaciones de otros migrantes para seguir esta ruta.
Durante la madrugada del lunes, las fuertes lluvias cambiaron el panorama en el punto fronterizo que ha sido usado por los migrantes en Eagle Pass. El área desértica se convirtió, de la noche a la mañana, en un pantanal. No obstante, el lodo, que supone otro obstáculo para los migrantes, no fue impedimento para quienes cruzaban el alambre de púas buscando entregarse, pues tomaban una ruta aledaña para llegar hasta las autoridades.
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El martes, el consejo municipal de la ciudad aprobó una extensión a la declaración de emergencia declarada hace una semana por “el impacto a la ciudad de la llegada de miles de personas”. La nueva declaración se extiende durante siete días adicionales.
Durante la reunión del consejo, realizada en la tarde del martes, las visiones de los ciudadanos parecían encontradas. En intervenciones de residentes de la ciudad algunos aseguraban que la declaración de emergencia “era una manera de mostrar crueldad a los migrantes”. Otros aseguraron que era la única manera de “proteger a la ciudad de la inseguridad”.
Según la resolución del consejo municipal de Eagle Pass, aproximadamente entre 800 y 900 inmigrantes indocumentados llegaron desde el interior de México, en trenes que partieron de la Estación Depósito de Ferromex en Piedras Negras, Coahuila.
Así mismo, el texto indica que aproximadamente entre 1.100 y 1.200 inmigrantes indocumentados “cruzaron de México a Estados Unidos a través del marcador 1416, de la ciudad”, desde el pasado domingo, “con números similares o mayores de cruces de indocumentados ocurriendo diariamente desde entonces”, lo que ha agotado, agrega, los recursos para hacer frente a la situación.
El consejo municipal también señala que “miles de inmigrantes indocumentados” siguen arribando desde Piedras Negras, tras ser transportados en trenes desde el interior de México, aunque también llegan a pie o en tránsito, “creando en el proceso una crisis humanitaria insuperable y un problema de seguridad fronteriza”, según las autoridades locales.
La extensión de la declaración de emergencia continuará “hasta que dicha acción sea terminada” por el Consejo Municipal de la ciudad y activa el Plan de Manejo de Emergencias.
El gobierno de Joe Biden ha sostenido que la frontera no está abierta. Una vez que estos migrantes cruzan, se entregan a la Patrulla Fronteriza, donde son procesados y enviados a centros de procesamientos.
Las autoridades fronterizas explicaron que lo que están haciendo es "rescatar" a migrantes en condiciones de vulnerabilidad pero no admitiendo una entrada legal.
El migrante venezolano Darwinson López, por ejemplo, pasó siete días bajo la custodia de las autoridades fronterizas en Eagle Pass, Texas. Explicó que le otorgaron un parole condicional para presentarse a un tribunal de Miami el 24 de marzo de 2024. Una vez liberado -agregó- fue llevado al único refugio existente en la ciudad. De acuerdo con su testimonio, le cobraban 50 dólares por movilizarlo hasta San Antonio, pero decidió dejar el albergue y buscar transportación por su cuenta.
Un taxista de la ciudad de Eagle Pass -que ofrece servicios de traslado a San Antonio para los migrantes y que pidió no ser identificado- explicó que muchos salen con temor del refugio, donde les advierten que pueden correr peligro si salen del lugar. "Le llaman la terapia del miedo porque les empiezan a decir (infundir) miedo por todos lados (...) pero si ellos salen, pueden encontrar servicio por 40 o 50 dólares", dijo el taxista sobre migrantes a los que les ofrece el servicio.
La mayoría de las personas consultadas buscaban entregarse a la Patrulla Fronteriza, mientras unos pocos valoraban entrar al país sin entregarse, lo que es difícil dado que la zona está altamente custodiada por agentes estadounidenses.
Alcalde de Eagle Pass: "Somos una ciudad de recursos limitados"
En entrevista con la VOA, el alcalde de Eagle Pass, Rolando Salinas Jr., describió como "muy difícil" la situación en la ciudad que ha visto pasar en la última semana a unos 12.000 migrantes provenientes de Piedras Negras, en México.
"Es algo que me preocupa, mucha gente de la comunidad está frustrada porque ven grupos grandes de gente caminando por las calles y nadie sabe quiénes son estas personas, no se sabe si estas personas tienen antecedentes penales", afirmó el alcalde.
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El alcalde dijo que espera reunirse este martes con el jefe de la Patrulla Fronteriza en la zona y tener respuestas "porque se está tardando mucho esta situación".
"Somos una ciudad de recursos limitados", reconoció el alcalde, poniendo como ejemplo que solamente cuentan con 50 policías uniformados y una cifra reducida también bomberos. "No tenemos los recursos para sostener a tanta gente", agregó.
Salinas Jr. adelantó a la VOA que la declaración de emergencia de siete días que vence hoy será extendida por una semana más probablemente este martes en la tarde, durante una reunión del consejo prevista para la tarde.
“No ha sido controlada [la entrada irregular de migrantes]”, argumentó el alcalde respecto a la prevista extensión de la declaración de emergencia vigente desde la pasada semana.
Ser inmigrante "no quiere decir que eres un criminal"
Juanita Martínez, portavoz del consejo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) en Eagle Pass, Texas, explicó que esta organización ha trabajado en ambos lados de la frontera con migrantes, muchos de los cuales están preocupados por el trato que podrían recibir en EEUU.
“Simplemente porque eres un inmigrante no quiere decir que eres un criminal”, dijo a la VOA, argumentando que los migrantes que están cruzando el alambre de púas tienen “justificación” para hacerlo debido a la “situación de peligro que viven” en sus países.
“Si yo estuviera en una situación donde mis hijos arriesgaran perder su vida, pasaran hambre, donde están viendo una violencia, claro que yo haría todo lo posible por llevar a mis hijas a un lugar donde estén seguras”, agregó.
Martínez, junto a grupos de organizaciones locales, apoyan a migrantes en Eagle Pass y en Piedras Negras, México, entregándoles donaciones como artículos de limpieza y juguetes para niños.
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