Ecuador da por terminado polémico acuerdo con empresa China sobre campo petrolífero

Un manifestante participa en una protesta contra el gobierno por la adjudicación a un consorcio chino-canadiense del campo petrolero más grande del país, en Quito, Ecuador, el martes 11 de marzo de 2025.

Un manifestante participa en una protesta contra el gobierno por la adjudicación a un consorcio chino-canadiense del campo petrolero más grande del país, en Quito, Ecuador, el martes 11 de marzo de 2025.

El gobierno de Ecuador anunció el fin del acuerdo con un consorcio chino-canadiense para la administración del campo petrolero Sacha, el más grande del país, después de solo nueve días de haberlo adjudicado sin licitación.

El gobierno de Ecuador pone fin al acuerdo con el consorcio chino-canadiense para administrar el campo petrolero Sacha, tras solo 9 días de haberlo adjudicado sin licitación.


Nueve días después de adjudicar sin concurso ni licitación, y en medio de protestas, el campo petrolero más grande de Ecuador a una empresa de participación China, el gobierno anunció el miércoles que dio por terminado el acuerdo aduciendo que el consorcio no había pagado un anticipo de 1.500 millones.

El acuerdo preliminar sobre el campo Sacha, en la Amazonía ecuatoriana, contemplaba que un consorcio chino-canadiense lo administraría por 20 años y pagaría a Ecuador un bono inicial de 1.500 millones de dólares.

El plazo para pagar terminaba el martes, pero según la ministra de Energía, Inés Manzano, el dinero no fue transferido. “El plazo era hasta las 9 de la noche, a las nueve y un minuto no hubo el tema de la prima”, detalló el miércoles al canal de televisión Ecuavisa.

“No hay nada más que hablar, sencillamente el plazo se les venció”, recalcó.

Ecuador había llegado a un acuerdo preliminar con el consorcio, integrado por las empresas Amodaimi Oil Company S.L, subsidiaria de la china Sinopec, y Petrolia Ecuador, filial de la canadiense New Stratus Energy, aunque de por medio no hubo licitación ni concurso internacional, lo que generó críticas por parte de varios sectores políticos y gremiales.

La tarde del martes, medio centenar de personas de grupos de izquierda, sociales y sindicales realizaron una protesta pacífica frente al ministerio de Energía, en el norte de la capital, para rechazar la adjudicación de Sacha a ese consorcio.

El analista Pablo Dávalos, catedrático de la universidad Católica de Quito, afirmó a The Associated Press que la decisión gubernamental tiene que ver con que “la presión social fue muy fuerte, la que empezó a afectar aún más la reputación electoral en plena campaña presidencial”.

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La falta de pago fue “como una puerta trasera para una salida digna a un problema que le estaba generando un desgaste muy fuerte" al presidente, apuntó Dávalos.

El derechista Noboa aspira a su reelección en el balotaje del 13 de abril frente a la izquierdista Luisa González, después de que ambos quedaran prácticamente en un empate técnico en la primera vuelta de febrero. Noboa aspira a mantenerse en el poder otros cuatro años.

"Esto tiene que ver con la política interna, nada tiene que ver con con cuestiones de geopolítica y la influencia China”, señaló el analista.

La amplia presencia de China y su avance en proyectos de inversión e infraestructura en Latinoamérica está en el foco del nuevo presidente estadounidense Donald Trump que se resiste a que el país asiático tenga más influencia en el continente. Un ejemplo del rol del país asiático en la región es el puerto de Chancay, en Perú, llamado a ser el epicentro del comercio marítimo que conecte Sudamérica con Asia.

El campo Sacha está ubicado en la provincia de Orellana, en la Amazonía ecuatoriana, y produce más de 77.000 barriles de petróleo diarios, una quinta parte de la producción nacional. Tiene más de medio siglo y su infraestructura está al límite de su vida útil, según argumentó Manzano.

El gobierno justificó la adjudicación sin licitación con el argumento de que cumple con mandatos constitucionales y con la ley de hidrocarburos, que establece que se puede delegar “de manera excepcional" la exploración y explotación petrolera a empresas nacionales o extranjeras de probada experiencia y capacidad técnica y económica.

Aunque el contrato debía firmarse a inicios del próximo mes, Noboa exigió la semana pasada el pago del anticipo de 1.500 millones de dólares hasta el 11 de marzo a las 9:00 de la noche, lo que según Manzano no ocurrió.

En su momento, el mandatario dijo en un comunicado que si ese consorcio no responde “con la urgencia que el pueblo ecuatoriano merece, analizaremos otras opciones”.

Tres gobiernos anteriores —los de Rafael Correa, Lenín Moreno y Guillermo Lasso— intentaron sin éxito concesionar ese campo a la empresa privada.

El campo Sacha produce un crudo considerado liviano y el de mejor calidad en el país a través de 50 pozos ubicados en una superficie de 355 kilómetros cuadrados. Tiene reservas probadas por 367 millones de barriles de petróleo y 96 millones de pies cúbicos de gas.

Ecuador cerró el año pasado con una producción inferior a los 477.000 barriles de petróleo, con cuya venta se generan una de las mayores fuentes de ingresos de la caja fiscal.

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