Estados Unidos está convencido de que el presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro, está acorralado después de las nuevas medidas tomadas por Washington contra él y sus colaboradores, que incluyen cargos por vínculos con el narcotráfico y una recompensa de 15 millones de dólares por su captura.
Esto se suma a un plan presentado por la administración del presidente Donald Trump para que Venezuela pueda regresar a la comunidad democrática y levantar las sanciones si celebra elecciones presidenciales y legislativas libres y justas, con todas las garantías para la población, la prensa y los participantes.
Para el exembajador de Estados Unidos en Venezuela y Colombia, y ex subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos Internacionales de Drogas, William Brownfield, Maduro se encuentra en el momento de mayor presión.
“Lo que vemos en este momento es, por un lado, la aplicación de más presión a Maduro y a su grupo, y por otro lado una oferta (…) en ese plan de trabajo de cómo se puede salir de la tragedia con solo meter un elemento absolutamente no negociable. Y eso es la salida de Nicolás Maduro”, explicó Brownfield recientemente al programa Venezuela 360 de la Voz de América.
También lea "Es la tormenta perfecta" para presionar a Maduro: exembajador de EE.UU. en VenezuelaOtro alto funcionario del gobierno, Mauricio Claver-Carone, director de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, considera también que Estados Unidos lo que quiere promover es una vía democrática para Venezuela.
“Nosotros no queremos llegar a la presión máxima”, dijo Claver-Carone a la VOA. “Queremos seguir un proceso (…) que permita ver una transición democrática y pacífica”.
“Esa oportunidad todavía existe y es la que quisiera ver desarrollarse. Creo que esa iniciativa la tienen sobre la mesa, el mecanismo lo tienen sobre la mesa, y deberían aprovecharla”, explicó.
También lea Casa Blanca: Oferta de EE.UU. a Nicolás Maduro "es demasiado generosa"Claver-Carone opina que Maduro “debería tomar esta oportunidad en serio”.
“Está en una coyuntura: aquellos que cooperan con la justicia norteamericana siempre salen mucho mejor que aquellos que confrontan a la justicia norteamericana”, dijo a la VOA.
Brownfield, por su parte, sostuvo que en ese plan de trabajo hay “un elemento absolutamente no negociable. Y eso es la salida de Nicolás Maduro”.
En Venezuela, señaló Brownfield, existe “una situación de una crisis política, una crisis humanitaria y una crisis masiva global de salud pública” y la oferta en este momento es “una solución que se puede aplicar a todas las personas”.
“Cuando el departamento de Justicia o un fiscal federal de Estados Unidos hace una acusación, eso quiere decir que el fiscal ha decidido que tiene evidencias suficientes para solicitar la acusación formal y legal de un jurado de acusación”, aclaró el exembajador.
Para Claver-Carone la postura de EE.UU. responde “al liderazgo internacional de [el presidente encargado] Juan Guaidó y a la crisis que enfrenta Nicolás Maduro”.
“La comunidad internacional está dispuesta, ahora con el coronavirus, a ayudar muy fácilmente con más de 2.000 millones, que es lo que Guaidó ha anunciado que hace falta. Pero reconoce al gobierno de Juan Guaidó, no a la narco-dictadura que, francamente, lleva acabo Nicolás Maduro”.
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