Un incendio avivado por el viento arrasó una población del norte de California que se recuperaba de las llamas del año pasado.
El fuego destruyó un centenar de viviendas y obligó a miles de personas a huir, informaron las autoridades.
El siniestro parecía calmarse el domingo, hasta que las ráfagas avivaron las llamas que arrasaron barrios enteros de Lower Lake, un pueblo de 1.200 habitantes a 140 kilómetros al norte de San Francisco.
En la calle principal quedaron destruidos el correo, una vinería y varios comercios mientras se alzaba un nubarrón de humo negro y denso.
Se perdieron más de 100 viviendas, dijo el vocero de bomberos Daniel Berlant. Las autoridades dijeron que miles de comercios y otros edificios estaban amenazados, pero no tenían cifras precisas.
No hubo heridos y las autoridades tenían esperanzas de que no se produjeran ráfagas de viento como las de la víspera.