Lingüista del Pentágono es acusada de espiar para Hezbolá

Una mujer que trabajaba bajo contrato del Pentágono fue acusada de ofrecer información militar clasificada a un probable agente de Hezbolá. En la foto el portaaviones de EE.UU. "Gerald R. Ford".

Una contratista del Departamento de Defensa de Estados Unidos fue acusada este miércoles en Washington “de transmitir información clasificada de defensa nacional, altamente confidencial, a un ciudadano extranjero con aparentes conexiones con el grupo Hezbolá”.

Se trata de Mariam Taha Thompson, de 61 años de edad, exresidente en Rochester, Minnesota, quien trabajando en una base militar de EE.UU. en Irak ofreció información sobre activos de inteligencia y personal militar estadounidense, incluidos sus nombres verdaderos, según despacho del Departamento de Justicia.

El anuncio fue hecho por John C. Demers, fiscal general adjunto de Seguridad Nacional; Timothy J. Shea, fiscal de EE.UU. para el Distrito de Columbia; Robert Wells, subdirector interino de la División de Contrainteligencia del FBI; y Timothy R. Slater, subdirector del FBI a cargo de la oficina de campo en Washington.

"Mientras estaba en una zona de guerra, la acusada presuntamente proporcionó a un ciudadano libanés ubicado en el extranjero, información confidencial de defensa nacional, incluidos los nombres de personas que ayudan a Estados Unidos,", dijo el fiscal Demers.

De ser considerada culpable, informó el fiscal, “esta traición al país y sus colegas será castigada".

La fiscalía alega que la acción supone una grave amenaza para la seguridad nacional, porque “pone vidas en riesgo y representa una traición” a las fuerzas armadas.

En tanto el fiscal Timothy J. Shea alertó de que el resultado de este proceso “debería servir como una advertencia para cualquiera que considere revelar información clasificada de defensa nacional a una organización terrorista".

La acusada Taha Thompson fue arrestada por agentes especiales del FBI el 27 de febrero de 2020, en Irak mientras trabajaba como lingüista contratada y tenía una autorización de seguridad gubernamental de alto nivel.

Según explica el departamento de Justicia los movimientos de la Thompson fueron detectados a partir del 30 de diciembre de 2019, un día después de los ataques aéreos estadounidenses contra las fuerzas respaldadas por Irán en Irak, y el mismo día en que los manifestantes irrumpieron en la embajada de EE.UU. en ese país.

Los agentes notaron “un cambio notable en la actividad de la red de Thompson en los sistemas clasificados del Departamento de Defensa de Estados Unidos, incluido el acceso repetido a información clasificada a la que no tenía necesidad de acceder”.

Entre el 30 de diciembre de 2019 y el 10 de febrero de 2020, señala el informe, Thompson accedió a docenas de archivos relacionados con fuentes de inteligencia humana, “incluidos nombres verdaderos, datos de identificación personal, información de antecedentes y fotografías de los activos humanos”.

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En la vivienda de la acusada, encontraron “una nota escrita a mano en árabe, oculta debajo del colchón. La nota contenía información clasificada de los sistemas informáticos del Departamento de Defensa”.

Según la acusación, la mujer lo habría hecho por “un interés romántico”. Su envío de información a su cómplice fue a dar directamente a la inteligencia de EE.UU.

Thompson fue acusada de “entregar información de Defensa para ayudar a un gobierno extranjero” y de conspirar para ayudar a ese gobierno.

Si se le declara culpable, “Thompson enfrenta una sentencia máxima de cadena perpetua”, advirtieron los fiscales.