Anuncian protesta frente a residencia vacacional de Trump en Florida

El presidente Donald Trump saluda mientras camina hacia el Air Force One, en la Base Aérea Andrews, en Maryland, para dirigirse a Florida donde pasará el fin de semana en su residencia de Mar-a-Lago.

Los grupos Women's March Florida y South Florida Activism asumieron la organización del evento luego de que el organizador original la cancelara por preocupaciones de seguridad.

Dos grupos asumieron la protesta de llamada March to Mar-a-Lago convocada originalmente por Stephen Milo para el sábado frente al complejo vacacional exclusivo del presidente Donald Trump.

Alex Newell Taylor del grupo Women's March Florida, dijo el jueves que su organización y South Florida Activism, asumieron la dirección de la marcha, después que Milo emitiera un comunicado cancelando el evento por "preocupaciones de seguridad".

Newell Taylor dijo que los dos grupos tienen más experiencia que Milo organizando protestas y creen que podrán evitar la violencia en las mismas.

Hasta el jueves unas 2.000 personas se habían registrado en Facebook para asistir a la marcha.

El presidente Trump viajó este viernes a Mar-a-Lago para pasar allí el fin de semana, por primera vez desde que asumió el poder, y para asistir a un evento de recaudación de fondos de la Cruz Roja.

A su llegada al aeropuerto en West Palm Beach, lo recibió la primera dama Melania Trump, quien ya se encontraba en Florida, y juntos se acercaron hasta una zona acordonada donde un grupo de partidarios les dio la bienvenida.

Una persona le gritó "bienvenido a casa", y el presidente le respondió "les dije que ganaría esa elección".

Periodistas que acompañaron al mandatario en el vuelo a Florida, informaron que en el aeropuerto se encontraban también Wilber Ross, el asesor económico del presidente y Stephen Schwarzman, el presidente y director ejecutivo de Blackstone, con quienes Trump se reunió más temprano en la Casa Blanca durante un encuentro con ejecutivos empresariales del país.

Los activistas protestarán contra las restricciones migratorias impuestas por la administración Trump a refugiados de siete países de mayoría musulmana y contra otros temas.

Aunque es altamente impopular en el extranjero, la medida que prohíbe el ingreso a EE.UU. por 90 días a ciudadanos de siete naciones es apoyada por casi el 50% de los estadounidenses según encuestas recientes, y es consistente con reiteradas promesas hechas por Trump durante su campaña electoral.

El jefe del Departamento de Seguridad Nacional, John Kelly, insistió en una conferencia de prensa esta semana que la restricción no está dirigida específicamente a musulmanes, y agregó que la misión de su agencia es "salvaguardar al pueblo estadounidense, nuestro territorio y nuestros valores".