El Pentágono rechazó nuevamente el lunes una solicitud del Distrito de Columbia para obtener asistencia de la Guardia Nacional para lidiar con los miles de migrantes que son enviados a la capital estadounidense en autobús desde Texas y Arizona.
De acuerdo con una copia de una carta enviada a la ciudad y a la que The Associated Press tuvo acceso, el Departamento de Defensa señaló que el uso de la Guardia Nacional de D.C. sería inapropiado y perjudicaría la preparación general de sus elementos, obligando a algunos de ellos a cancelar o alterar su entrenamiento militar.
La misiva indicó que a la agencia le preocupa poner a miembros militares uniformados en contacto directo con los migrantes para proporcionarles alimento, higiene y demás apoyo, señalando que los elementos no tienen experiencia o entrenamiento en ese ámbito.
El secretario de Defensa Lloyd Austin rechazó una solicitud similar de D.C. hace unos días, y la alcaldesa Muriel Bowser había dicho que enviaría una propuesta "más específica".
Bowser había pedido originalmente un despliegue indefinido de 150 miembros de la Guardia Nacional al día, así como una ``locación federal adecuada'' para ser utilizada como albergue y centro de procesamiento, mencionando la Armería de D.C. como una ubicación lógica. La nueva solicitud pedía ayuda por sólo 90 días.
El Pentágono también rechazó el uso de la armería, señalando que no cuenta con aire acondicionado y se le tendrían que hacer costosos cambios y reparaciones para que fuera apta para albergar a personas por la noche.
También lea Encuentran a 73 inmigrantes escondidos en Washington DC parte de una red de tráfico de personasCuando el Departamento de Defensa rechazó la primera solicitud, funcionarios señalaron que el programa de alimentos y albergues de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus iniciales en inglés) había destinado fondos para el problema, y ha indicado que dicho monto es suficiente a estas alturas. La carta más reciente señaló que la ciudad debería seguir colaborando con grupos no gubernamentales para atender el asunto.
Durante la primavera, el gobernador de Texas, Greg Abbott, y su homólogo de Arizona, Doug Ducey, ambos republicanos, anunciaron planes de enviar a los migrantes en autobús hacia Washington D.C., en respuesta a la decisión del presidente Joe Biden de retirar una orden de salud pública relacionada con la pandemia, la cual restringe el número de ingresos de migrantes al negarles la posibilidad de solicitar asilo. El mandato permanece en vigor por una orden de la corte.
Hasta el 5 de agosto, Texas había enviado a más de 7.000 migrantes a Washington D.C. y más de 900 a la ciudad de Nueva York, según la oficina del gobernador. En tanto, Arizona ha enviado 1.516 migrantes a la capital en 41 viajes hasta el 22 de agosto, de acuerdo con la oficina de Ducey. Cada semana salen dos o tres buses con hasta 40 migrantes a bordo cada uno.
Los gobernadores describen la práctica como un traslado voluntario gratuito - pagado por los contribuyentes de sus estados- para acercar a los migrantes a sus familiares o a redes de apoyo.
Pero Bowser ha asegurado que los solicitantes de asilo están siendo ``engañados'' ya que muchos de ellos no se acercan lo suficiente a su destino final y algunos de ellos son abandonados en Union Station, cerca del Capitolio federal y la Casa Blanca. A menudo llegan sin recursos y no tienen idea de qué hacer.
También lea Los 10 peligros de cruzar el Darién, el “infierno verde” de las AméricasDucey, quien inició el programa en mayo, dijo que todos los que abordan los autobuses lo hacen de forma voluntaria para llegar a la capital del país y acercarse a su destino final en ciudades de la costa este. Salen desde el condado de Yuma, una pequeña localidad fronteriza que no cuenta con la infraestructura necesaria para albergar y procesar a la gran cantidad de solicitantes de asilo que llegan en estos momentos.
Cuando se rechazó su solicitud inicial, Bowser señaló que esperaba que el problema empeorara y que si D.C. fuera un estado, ya habría usado a la Guardia Nacional para brindar asistencia.
Los gobernadores estatales controlan el uso de sus elementos de la Guardia Nacional para cualquier deber estatal. Pero, como alcaldesa, Bowser no tiene la autoridad para ordenar personalmente un despliegue de la Guardia Nacional, un tema que se ha vuelto más delicado en los últimos años como símbolo del estatus del Distrito, el cual no es considerado una entidad o Estado.
Su autoridad limitada fue un factor en la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal por parte de los simpatizantes del expresidente Donald Trump. Una vez que quedó claro que la Policía del Capitolio había sido rebasada por las multitudes, Bowser no pudo desplegar de inmediato a la Guardia Nacional del distrito. En su lugar, se perdió valioso tiempo en lo que su solicitud era analizada en el Pentágono y los manifestantes irrumpían en el recinto.
Una coalición de grupos locales de beneficencia ha estado trabajando para alimentar y albergar a los migrantes, con la ayuda de una subvención de 1 millón de dólares de la FEMA. Pero los organizadores han estado advirtiendo que sus recursos y personal se están agotando. Bowser ha dicho que depender de los grupos no es sostenible debido a que su capacidad está rebasada y no cuentan con fondos suficientes.
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