El primer debate de primarias del Partido Republicano marcará el inicio de la carrera hacia las elecciones presidenciales de 2024. El Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés) ha establecido las reglas y condiciones para este importante encuentro, que está programado para el miércoles, 23 de agosto en Milwaukee, Wisconsin.
“El criterio establecido es que tengan un mínimo de representatividad para poder entrar en la competencia. El espíritu de la ley es la amplitud democrática y que no se excluya a nadie, pero tampoco que entre un candidato que no tiene un mínimo de apoyo y no sea un elemento de distracción electoral, un fenómeno que se da mucho en Latinoamérica”, comenta Javier Maza, consultor político que ha dirigido varias campañas en Estados Unidos, en declaraciones a la Voz de América.
El expresidente Donald Trump, quien figura al frente en las encuestas para la nominación republicana, confirmó el domingo que no participará en el primer debate de las primarias presidenciales republicanas previsto para el miércoles, ni en otros.
En las últimas semanas, el exmandatario había dado señales de que podría preferir mantenerse al margen y conservar su ventaja en las encuestas sobre su rival más fuerte, el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis.
También lea Certificación de resultados electorales presidenciales en EEUU arranca con calma“Esta es una campaña diferente”, afirma el analista y estratega político Fernando Godo, que en los últimos años ha estado vinculado a las campañas de Ron DeSantis cuando aspiraba a gobernador de Florida y también de Donald Trump durante los comicios presidenciales.
Godo recuerda que, en 2016, un total de 16 candidatos se presentaron para la carrera presidencial y que todos ellos, más o menos, salían en igualdad de condiciones. “Era una carrera en la que todos arrancaron parejos, este no es el caso de esta campaña. Este año hay un claro favorito, que es Donald Trump”, afirma el estratega consultado por la VOA.
Los sondeos: Trump vs DeSantis
A principios de agosto, una encuesta de la Universidad de Siena para el diario The New York Times señalaba que Trump contaba con el 54 % del apoyo de la bancada conservadora y que le sacaba 37 puntos de ventaja al actual gobernador de Florida, que obtendría el respaldo del 17 % de los votantes republicanos.
Otro sondeo de CBS News y YouGov reflejaba datos muy parecidos y pronosticaba que el 61 % del electorado republicano daría su apoyo a Trump, mientras que DeSantis se tendría que conformar con el 23 % de los votos.
Según Maza, Trump parte con la ventaja de que ya fue presidente y que “él viene del mundo mediático”. “Es un hombre que tiene un excelente manejo del lenguaje televisivo y el debate político por televisión, primero es un evento televisivo y luego es un evento político”, dice convencido de que “quién domina las técnicas televisivas tiene una enorme ventaja sobre quién no la tiene”.
Thomas Kennedy, otro analista político que también ha trabajado en varias campañas de candidatos demócratas, apunta a otro elemento que perjudica a Ron DeSantis al considerar que la agenda ultraconservadora de DeSantis no ha calado entre los republicanos.
“Él es el candidato más conservador, incluso él es más conservador que Donald Trump, que incluso está fuera de contexto de lo que quiere la mayoría de la gente de este país porque no está hablando de temas económicos, que impactan en el día a día de los votantes, está hablando de homofobia, de personas transgénero”, explica Kennedy sobre algunas de las medidas que propone DeSantis.
En esa línea, Godo cree que no tiene sentido entrar en una contienda de este tipo cuando los sondeos dan una victoria tan clara a uno de los candidatos, a menos de que haya una estrategia tras bambalinas. “¿Vas a entrar en una carrera en la que sabes de antemano que vas a perder o hay algo preparado detrás de eso, que sólo ellos saben?”, se pregunta.
Ante este panorama, cuando todos los sondeos que se han realizado dan una amplia ventaja al exmandatario sobre Ron DeSantis, surge la duda de si este tipo de debates tiene algún impacto entre el electorado.
“Los debates influyen pero no determinan”
Para el consultor político Javier Maza estos debates entre los candidatos republicanos pueden tener cierta influencia entre el electorado, pero no son determinantes. “Hay una cuestión que tenemos siempre los consultores que trabajamos mucho en los debates y es el efecto que tienen. Yo tengo una convicción, de acuerdo a mi experiencia como consultor, y es que los debates influyen, pero no determinan”, señala.
Con esta afirmación, Maza defiende que los debates “ayudan a mover el voto indeciso y a fortalecer el voto duro, es decir, que los simpatizantes de Trump o DeSantis reafirman su simpatía, su preferencia, su lealtad por sus candidatos cuando los ven en un buen debate”.
Otro efecto que pueden tener los debates de las primarias en Estados Unidos es que “aquellos electores que todavía no habían pensado en un candidato, les puede jalar el ojo el hecho de ver un buen candidato en un debate”.
“Ya sea que les llame la atención, que les impresione, que les haga pensar en si ese señor o esa señora podría ser quien ocupe la Casa Blanca, y ese efecto también es muy interesante”, agrega Maza.
Marco Rubio, el antecedente frente a Trump en 2016
De hecho, hace cuatro años se vivió una situación parecida. Fernando Godo recuerda que en 2016, cuando Trump era un simple candidato, que al principio no contaba con un gran apoyo, se midió con el senador por Florida, Marco Rubio, que en ese entonces aspiraba a ser presidente de Estados Unidos.
“El antecedente de esto lo podríamos encontrar en Marco Rubio, senador electo de la Florida. Fue una elección primaria contra Trump en marzo de 2016, cuando un senador electo por residentes de la Florida, recibe una derrota aplastante frente a Donald Trump”, explica el analista convencido de que “si tú no ganas en el estado en el que a ti te eligen tus mismos votantes, es muy difícil avanzar en la contienda”.
Godo asegura que la “brillante” actuación de Donald Trump en los debates lo ayudó a ser el escogido en la nominación republicana, mientras que Rubio tuvo que abandonar la contienda.
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Los debates de las primarias republicanas deberían servir “para que los votantes acabaran decidiendo su voto por el candidato”, según explica Javier Maza. Pero Trump insiste en que él no necesita acudir a este tipo de encuentros políticos porque las encuestas respaldan su liderazgo y no necesita competir con el resto de candidatos.
“Todos están hablando de los debates republicanos, pero ninguno tuvo mi aprobación ni la aprobación de la Campaña Trump antes de anunciarlos”, declaró el expresidente a finales de abril a través de la plataforma que lanzó como alternativa a Twitter.
También lea La aplicación Truth Social de Trump llega a la App Store de AppleTodo esto podría obedecer a las tensiones entre el Comité Nacional Republicano y Donald Trump. La organización republicana pretende llevar el proceso de una forma abierta y participativa, de manera que todos lo que quieran aspirar a los comicios puedan hacerlo siempre y cuando cumplan con los requisitos. Pero el magnate no cree lo mismo y considera que él no debe someterse a las tradiciones del partido republicano porque, asegura, él cuenta con el apoyo mayoritario de los votantes conservadores.
¿Un formato desfasado?
Para Javier Maza esas afirmaciones de Donald Trump obedecen a una estrategia de Trump para que hable sobre ello antes del debate. “Lo que quiere es crear un debate previo y que la gente comience a hablar, porque él sabe que va con ventaja ya que cuenta con recursos, tiene retórica, tiene presencia mediática, dominio escénico y sabe el dominio televisivo”, subraya.
En ese sentido, aclara que si finalmente Trump decide no participar de los debates de las primarias “sería un error, pero estaría siguiendo el manual de debates” que siguen muchos consultores políticos. “Lo que dice básicamente es que si vas por encima, con más de 15 puntos, no vayas al debate, eso es cierto. Pero las reglas de la comunicación política son relativas y se tienen que aplicar en el escenario y en el momento en el que se esté viviendo”.
Con todo, Maza cree que los formatos de los debates no están desfasados y cumplen con el objetivo de abordar las problemáticas que interesan a los electores. “Los formatos de los debates aquí en Estados Unidos han servido de escuela para los debates en Latinoamérica y considero que el formato que se utilizó en la última campaña electoral es lo más cercano a lo que debe ser un debate”, sostiene el experto consultado por la VOA.
También lea ¿A qué se debe la ausencia del presidente Biden en los debates de primarias?En su opinión, el formato actual de los debates, que no atienden a tiempos marcados para cada tema, sino que se abre la puerta a un debate abierto es algo que acaba resultando muy atractivo.
“Utilizar esos compartimentos temáticos con tiempos de participación muy esquemáticos, con dos minutos para la presentación, un minuto para la réplica y 30 segundos para la dúplica, realmente atenta contra el espíritu del debate, y creo que es bueno dejar a los candidatos debatiendo y que el moderador pueda hacer precisiones y preguntas”, dice.
Un debate en medio de los procesos judiciales contra Trump
El inicio de los debates de las primarias del Partido Republicano se realizará en una situación atípica y sin precedentes. El exmandatario, que aspira a ocupar de nuevo el sillón presidencial de la Casa Blanca, tiene que hacer frente a la justicia de EEUU tras haber sido imputado en cuatro casos distintos: supuestos pagos para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels; el mal manejo de documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida; su presunta vinculación en el asalto al Capitolio; y la acusación de interferencia electoral en los resultados de Georgia en 2020.
El avance de los procesos legales del exmandatario podría ser visto por algunos candidatos como una herramienta para confrontar a Donald Trump en las primarias republicanas. Para Frank Rodríguez, analista y asesor económico de campañas políticas, cree que la situación con la justicia no solo no afecta al exmandatario, sino que le está ayudando.
“Hasta ahora, cada vez que ha tenido una acusación, Donald Trump recibe más apoyo de los republicanos y yo creo que cualquier republicano que esté en la contienda tiene que tener en su mente la posibilidad de que uno de los caballos en la carrera se caiga y ellos poder tomar su lugar”, explica Rodríguez.
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Según él, en muchas campañas de los candidatos republicanos están abordando la posibilidad de que el presidente pueda ser inhabilitado para los comicios presidenciales, algo que se considera improbable porque se da por hecho de que el proceso judicial se alargará más de un año como mínimo y las elecciones se celebrarán antes.
“Aunque no lo digan, todos ellos están pensando en si el presidente es inhabilitado. Pero es un tema muy complicado porque no hay nada en la Constitución sobre estar condenado y poder ser presidente, puesto que el requisito de la Constitución no habla nada de ello. Pero si lo acusan de un delito como de insurrección sí que podría quedar inhabilitado”, agrega al respecto.
Kennedy, de ideología más liberal que estuvo en el equipo de campaña del senador Bernie Sanders en su carrera a la Casa Blanca, también está en la misma línea y opina que estos procesos legales también están ayudando a consolidar el apoyo republicano entorno a Donald Trump. “Creo que de cara a las primarias, desafortunadamente, lo ayuda porque la base republicana que vota en las primarias tiene un complejo persecutorio de mártir y han hecho este mito del expresidente, que lo único que ha hecho ha sido quebrar la ley”, dice.
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Trump denuncia una maniobra política
Donald Trump, sin embargo, ha denunciado que estos procesos legales obedecen a una maniobra orquestada por los demócratas para evitar que él se presente a las elecciones presidenciales. “Estas son acusaciones ridículas y todo lo que están haciendo es esperar una interferencia electoral masiva. Eso es todo lo que quieren hacer. Quieren dañar al candidato líder”, dijo el expresidente.
Frank Rodríguez cree que el término de “cacería de brujas” encaja “perfectamente” en el caso de Donald Trump, en lo que tiene que ver con la justicia y sus aspiraciones políticas. “En los países democráticos ocurre un delito y se va a buscar quién es el culpable, en la tiranía hay un culpable y la cuestión es buscarle los delitos. Esa es la definición”, argumenta.
Pero Kennedy rechaza ese tipo de justificaciones y asegura que “esto no es una persecución política”, sino que “es el proceso judicial que existe en este país para actuar contra la criminalidad”.
“No hay que confiarse”
Sin duda, serán unos debates de primarias en un entorno muy diferente, teniendo en cuenta la ventaja de Donald Trump, pero también la influencia que podrían tener las imputaciones.
A las puertas del inicio de estos encuentros entre los candidatos republicanos, los expertos coinciden al afirmar de que en este tipo de eventos políticos “todo puede pasar”, por lo que ningún candidato debería ir “lo suficientemente confiado”, incluso si las encuestas lo respaldan.