El Senado de Estados Unidos confirmó el jueves a Gina Haspel como la primera mujer directora de la CIA luego de un difícil proceso de nominación que reabrió un emotivo debate sobre técnicas brutales de interrogatorio en uno de los capítulos más oscuros de la historia de la agencia de espionaje.
La votación 54-45 dividió a ambos partidos, con seis demócratas uniéndose a la mayoría de los republicanos en apoyo. El senador republicano John McCain de Arizona, que está luchando contra el cáncer cerebral, estuvo ausente en el voto.
El líder mayoritario del Senado, Mitch McConnell, republicano de Kentucky, se refirió a la elección de Haspel por parte del presidente Donald Trump para dirigir a la agencia como "la mujer adecuada en el momento adecuado".
McConnell dirigió la confirmación rápidamente a través de oponentes, incluido el enfermo McCain, cuyo rechazo a larga distancia de la candidata por su papel en el programa de tortura de la CIA fue el centro de un debate apasionado.
Antes de votar, McConnell dijo que Haspel "demostró candor, integridad y un enfoque directo" durante todo el proceso de confirmación y "silenciosamente se ganó el respeto y la admiración" de los líderes de la comunidad de inteligencia en la sede de la CIA en Langley, Virginia y en el extranjero.
Los partidarios citaron la carrera de 33 años de Haspel en la agencia. Ex altos funcionarios de inteligencia dijeron que ella se ha ganado la oportunidad de tomar el timón de la agencia de inteligencia.
Pero la nominación de Haspel fue polémica debido a su papel en un antiguo programa de la CIA para detener y brutalmente interrogar a sospechosos de terrorismo en sitios encubiertos en el extranjero después del 11 de septiembre.
Sus oponentes dijeron que no era correcto promocionar a alguien que supervisaba una prisión encubierta en Tailandia. Dijeron que EE.UU. debe cerrar para siempre el libro del programa que estropeó la imagen de Estados Unidos con aliados en el extranjero.
Varios senadores dijeron que Haspel no respondió las preguntas sobre su papel en el programa de tortura o la decisión de la CIA de destruir las pruebas grabadas de las sesiones. También tuvieron preguntas sobre su rechazo a las técnicas ahora prohibidas.
El senador Ron Wyden, demócrata por Oregón, dijo en un discurso en el pleno que Haspel "ofreció casi la clásica disculpa de Washington", y preguntó cómo el Senado podría tomarse en serio la "conversión (de Haspel) sobre la tortura".
Los senadores Rand Paul de Kentucky y Jeff Flake de Arizona estuvieron entre los republicanos que votaron en contra de Haspel.
Entre los demócratas que apoyan a Haspel hay varios candidatos a la reelección en los estados donde Trump es popular, como el senador Joe Manchin de West Virginia, la senadora Heidi Heitkamp de Dakota del Norte, el senador Joe Donnelly de Indiana y el senador Bill Nelson, de Florida. Otros demócratas que votaron sí fueron el senador Mark Warner de Virginia, el principal demócrata en el Comité de Inteligencia, y la senadora Jeanne Shaheen de New Hampshire.
Sin embargo, otros demócratas de estado pro-Trump, incluido el senador Doug Jones de Alabama, se opusieron a la nominada. La mayoría de los otros demócratas, incluidos los que podrían lanzarse como candidatos a las elecciones presidenciales en 2020, votaron en contra de Haspel en lo que podría convertirse en un tema determinante para los demócratas.
Jones dijo esta semana que "es difícil superar" el problema de la tortura.
Un manifestante en la galería de visitantes del Senado interrumpió brevemente los discursos antes de la votación con gritos contra la CIA.
El presidente Donald Trump felicitó la confirmación de Haspel en su cuenta de Twitter.
Haspel, de 61 años, es oriunda de Kentucky, pero creció en todo el mundo como hija de un militar de la Fuerza Aérea. Trabajó de manera encubierta durante casi todas sus tres décadas en la CIA en África, Europa y lugares clasificados en todo el mundo.
Haspel, que aprendió turco y ruso, fue nombrada subdirectora de la CIA el año pasado. Ella trabajó bajo el antiguo director de la CIA, Mike Pompeo, hasta que el presidente Donald Trump lo trasladó a la Secretaría de Estado. Ella ha estado sirviendo como directora en funciones.
Haspel recibió un sólido respaldo de ex funcionarios de inteligencia, diplomáticos, militares y de seguridad nacional. Entre los que apoyaron su nominación estuvieron seis ex directores de la CIA: Porter Goss, John Brennan, Leon Panetta, George Tenet, William Webster y Mike Hayden, y tres ex directores de inteligencia nacional: James Clapper, Mike McConnell y John Negroponte.
Del lado opuesto se encuentran grupos como la Unión de Libertades Civiles Estadounidenses, que dice que ella debería haberse opuesto a las prácticas de interrogatorio en ese momento.
Más de 100 ex embajadores estadounidenses que prestaron servicio a presidentes republicanos y demócratas enviaron al Senado una carta oponiéndose a Haspel, diciendo que a pesar de sus credenciales, confirmarla daría a líderes autoritarios alrededor del mundo, la licencia para decir que el comportamiento estadounidense "no es diferente al nuestro".