El exsenador republicano aspira convertirse en secretario de Defensa en reemplazo de León Panetta y tendrá que lidiar con el retiro de tropas de Afganistán, y reducción en el presupuesto.
Las audiencias para la confirmación del exsenador Chuck Hagel, nominado por el presidente Obama para dirigir el Pentágono, arrancaron este jueves en el Senado estadounidense en medio de fuertes cuestionamientos y considerables dudas de parte de algunos de los legisladores.
En su discurso de entrada ante el Comité de las Fuerzas Armadas, Hagel dijo que “ningun voto, ninguna cita, ninguna declaración por sí solas me definen, ni definen mis creencias ni mi pasado".
Hagel es una voz disidente dentro de su partido republicano, que se opuso a la guerra de Irak y que se puede convertir, si es confirmado por el Senado, en el primer veterano de Vietnam y soldado de tropa que llega a secretario de Defensa.
Pese a haber recibido la máxima condecoración militar por su heridas, Hagel promete alentar las críticas tanto en el partido demócrata como el republicano, por comentarios que aún no olvidan activistas homosexuales o miembros de los grupos de presión proisraelíes en Washington.
De momento uno de los republicanos que ya anticipó que votará contra su nominación es el senador por Florida Marco Rubio, quien en un comunicado destacó que se opone a su nombramiento entre otras cosas por “sus puntos de vista respecto a Cuba”.
Rubio mencionó también la negativa de Hagel en el pasado a fuertes sanciones contra Irán, “sus cuestionables comentarios” sobre la ayuda a Israel, su respaldo a negociaciones bilaterales con Corea del Norte, y dijo que el exsenador daría paso a una era de recortes en el Pentágono que afectarán seriamente la seguridad nacional de EE.UU.
Hagel, elegido senador por Nebraska en 1996 y retirado en 2009, se ha desmarcado en varias ocasiones de la disciplina republicana y fue un gran crítico de George W. Bush durante su presidencia, al oponerse a la invasión de Irak, que en un principio aprobó, pero que acabó criticando.
Con ese perfil de conservador moderado, se espera que Hagel acelere la transferencia de la seguridad en Afganistán, que se debe completar en 2014, y se embarque en el diseño de recortes en el presupuesto de Defensa estadounidense.
La ratificación por parte del Senado de Hagel, que ha chocado con los republicanos por defender la relajación de las sanciones a Cuba u oponerse a ampliar las sanciones de manera unilateral a Irán, promete no ser un camino fácil.
Hagel ya dijo en 2011 que considera que el presupuesto de Defensa estadounidense está sobredimensionado, algo que es objeto de debate debido a la necesidad de reducir la gran deuda pública estadounidense.
En su discurso de entrada ante el Comité de las Fuerzas Armadas, Hagel dijo que “ningun voto, ninguna cita, ninguna declaración por sí solas me definen, ni definen mis creencias ni mi pasado".
Hagel es una voz disidente dentro de su partido republicano, que se opuso a la guerra de Irak y que se puede convertir, si es confirmado por el Senado, en el primer veterano de Vietnam y soldado de tropa que llega a secretario de Defensa.
Pese a haber recibido la máxima condecoración militar por su heridas, Hagel promete alentar las críticas tanto en el partido demócrata como el republicano, por comentarios que aún no olvidan activistas homosexuales o miembros de los grupos de presión proisraelíes en Washington.
De momento uno de los republicanos que ya anticipó que votará contra su nominación es el senador por Florida Marco Rubio, quien en un comunicado destacó que se opone a su nombramiento entre otras cosas por “sus puntos de vista respecto a Cuba”.
Rubio mencionó también la negativa de Hagel en el pasado a fuertes sanciones contra Irán, “sus cuestionables comentarios” sobre la ayuda a Israel, su respaldo a negociaciones bilaterales con Corea del Norte, y dijo que el exsenador daría paso a una era de recortes en el Pentágono que afectarán seriamente la seguridad nacional de EE.UU.
Hagel, elegido senador por Nebraska en 1996 y retirado en 2009, se ha desmarcado en varias ocasiones de la disciplina republicana y fue un gran crítico de George W. Bush durante su presidencia, al oponerse a la invasión de Irak, que en un principio aprobó, pero que acabó criticando.
Con ese perfil de conservador moderado, se espera que Hagel acelere la transferencia de la seguridad en Afganistán, que se debe completar en 2014, y se embarque en el diseño de recortes en el presupuesto de Defensa estadounidense.
La ratificación por parte del Senado de Hagel, que ha chocado con los republicanos por defender la relajación de las sanciones a Cuba u oponerse a ampliar las sanciones de manera unilateral a Irán, promete no ser un camino fácil.
Hagel ya dijo en 2011 que considera que el presupuesto de Defensa estadounidense está sobredimensionado, algo que es objeto de debate debido a la necesidad de reducir la gran deuda pública estadounidense.