El tradicional mensaje de los sábados a la nación no fue difundido esta vez por el presidente de EE.UU. sino por una de las madres que perdieron sus hijos en la masacre de Newtown.
En un gesto sin precedente, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cedió su lugar en el discurso semanal que dirige a la nación y este sábado fue pronunciado por Francine Wheeler, una madre cuyo hijo de 6 años de edad murió en la masacre de la escuela primaria de Newtown, en Conneticut, el pasado mes de diciembre.
“Miles de otras familias en todo EE.UU. son también partícipes de nuestro dolor. Por favor, ayúdennos a hacer algo antes de que nuestra tragedia se convierta en vuestra tragedia”, dijo conteniendo las lágrimas la madre, cuyo hijo, Ben Wheeler, fue uno de los 20 menores que con seis adultos fueron baleados en la escuela Sandy Hook.
Según la Casa Blanca, Francine y su esposo David Wheeler, quien durante el discurso permaneció sentado junto a ella en silencio, escribieron el mensaje que tradicionalmente se difunde los sábados y que por primera vez no es leído por el presidente o el vicepresidente de la nación.
"Algunas veces cierro los ojos y todo lo que puedo recordaer es aquel horrible día esperando por el niño que nunca regresaría al hogar (…) Pero otras veces siento su presencia llenándome de valor para lo que tengo que hacer, por él y por todos los otros que nos fuerron arrebatados tan rápido y de forma tan violenta”, dijo la madre.
Refiriéndose a los padres de las víctimas, Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, dijo que “el presidente considera que sus voces y presencia han sido fundamentales para el continuo progreso que hemos visto en el Senado” en los esfuerzos por endurecer las leyes y reforzar el control de las armas de fuego en el país.
El presidente Obama trajo a Washington en el avión presidencial el lunes a las familias de las víctimas de Newtown, quienes se han estado reuniendo con los senadores para instarlos a apoyar nuevas leyes que, entre otras cosas, obliguen a los vendedores de armas a investigar los antecedentes criminales de una persona que busca comprar una.
“Miles de otras familias en todo EE.UU. son también partícipes de nuestro dolor. Por favor, ayúdennos a hacer algo antes de que nuestra tragedia se convierta en vuestra tragedia”, dijo conteniendo las lágrimas la madre, cuyo hijo, Ben Wheeler, fue uno de los 20 menores que con seis adultos fueron baleados en la escuela Sandy Hook.
Según la Casa Blanca, Francine y su esposo David Wheeler, quien durante el discurso permaneció sentado junto a ella en silencio, escribieron el mensaje que tradicionalmente se difunde los sábados y que por primera vez no es leído por el presidente o el vicepresidente de la nación.
"Algunas veces cierro los ojos y todo lo que puedo recordaer es aquel horrible día esperando por el niño que nunca regresaría al hogar (…) Pero otras veces siento su presencia llenándome de valor para lo que tengo que hacer, por él y por todos los otros que nos fuerron arrebatados tan rápido y de forma tan violenta”, dijo la madre.
Refiriéndose a los padres de las víctimas, Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, dijo que “el presidente considera que sus voces y presencia han sido fundamentales para el continuo progreso que hemos visto en el Senado” en los esfuerzos por endurecer las leyes y reforzar el control de las armas de fuego en el país.
El presidente Obama trajo a Washington en el avión presidencial el lunes a las familias de las víctimas de Newtown, quienes se han estado reuniendo con los senadores para instarlos a apoyar nuevas leyes que, entre otras cosas, obliguen a los vendedores de armas a investigar los antecedentes criminales de una persona que busca comprar una.