El Smithsonian pone en marcha una iniciativa que promete revolucionar la forma en que los investigadores, escuelas y el público en general se interrelacionan con el museo en Washington.
La Institución Smithsonian, la mayor agrupación de museos del mundo, está poniendo en práctica una iniciativa de escaneo e impresión tridimensional para hacer más accesible a escuelas, investigadores y al público en general su enorme colección de objetos.
Un equipo de expertos ha emprendido la tarea de crear modelos 3D, en tres dimensiones, de algunas de las más importantes piezas entre las 137 millones que colecciona la institución, y entre ellas figura el primer aeroplano creado por los hermanos Wright.
También el traje de aviadora de Amelia Earhart, moldes del rostro del presidente Abraham Lincoln de cuando la Guerra Civil, un arma de fuego de un misionero del siglo XIX, y un fósil de mamut que data de una glaciación.
Muchas constituyen piezas históricas de las que la gente ha oído hablar pero raramente puede ver de cerca, y con tal finalidad el Smithsonian implementó en Internet un visor tridimensional que da la oportunidad a las personas de observar estos artefactos de cerca y en su propia casa.
Mientras algunas escuelas podrían adquirir una impresora 3D que hoy en día se consigue en el mercado por alrededor de $1.000 dólares, las que no simplemente pueden examinar las piezas en una computadora.
El hecho es que el abaratamiento en los últimos años de la tecnología 3D ha ofrecido a los museos la posibilidad de revolucionar no solo la manera en que coleccionan y conservan los artefactos sino también cómo educan a la gente.
Gracias a eso, según Gunter Waibel, director de digitalización del Smithsonian, los museos están inmersos en la tarea de redefinir su relación con los espectadores y transformarse en instituciones más interactivas.
Un equipo de expertos ha emprendido la tarea de crear modelos 3D, en tres dimensiones, de algunas de las más importantes piezas entre las 137 millones que colecciona la institución, y entre ellas figura el primer aeroplano creado por los hermanos Wright.
También el traje de aviadora de Amelia Earhart, moldes del rostro del presidente Abraham Lincoln de cuando la Guerra Civil, un arma de fuego de un misionero del siglo XIX, y un fósil de mamut que data de una glaciación.
Muchas constituyen piezas históricas de las que la gente ha oído hablar pero raramente puede ver de cerca, y con tal finalidad el Smithsonian implementó en Internet un visor tridimensional que da la oportunidad a las personas de observar estos artefactos de cerca y en su propia casa.
Mientras algunas escuelas podrían adquirir una impresora 3D que hoy en día se consigue en el mercado por alrededor de $1.000 dólares, las que no simplemente pueden examinar las piezas en una computadora.
El hecho es que el abaratamiento en los últimos años de la tecnología 3D ha ofrecido a los museos la posibilidad de revolucionar no solo la manera en que coleccionan y conservan los artefactos sino también cómo educan a la gente.
Gracias a eso, según Gunter Waibel, director de digitalización del Smithsonian, los museos están inmersos en la tarea de redefinir su relación con los espectadores y transformarse en instituciones más interactivas.