El presidente Barack Obama deja a un lado su habitual diplomacia pública cara a cara con los estadounidenses para involucrarse más en negociaciones directas con el Congreso.
Aunque hasta ahora Barack Obama prefirió buscar apoyo público a sus planes visitando ciudades, centros de trabajo y escuelas, ante las nuevas batallas presupuestarias que se avecinan el presidente ha modificado su táctica acercándose más al Congreso.
Luego de invitar a una cena a senadores republicanos la semana pasada, Obama organizó además un almuerzo privado en la Casa Blanca con el legislador republicano y excandidato a la vicepresidencia, Paul Ryan, y el legislador demócrata Chris Van Hollen, para discutir prioridades legislativas.
Los republicanos celebraron que Obama haya cambiado de actitud y decidido implicarse más en negociaciones directas a fin de forjar acuerdos, y de hecho el presidente planea ir esta semana tres veces al Capitolio para dialogar con legisladores tanto de un partido como de otro, en ambas cámaras del Congreso.
Luego del almuerzo con Obama, Ryan, que preside el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, dijo haber tenido un “intercambio franco y muy bueno” con el presidente pero que sólo en las próximas semanas se sabrá si es sincero y real su esfuerzo por encontrar una posición común.
Cuando este martes se reabran la discusiones sobre el presupuesto para el año fiscal 2014, se prevé que Ryan presente un plan que reduciría el gasto federal en unos $5 billones de dólares durante una década sin elevar los impuestos y además recortando el crecimiento anual de los gastos gubernamentales.
La ocasión será aprovechada por los republicanos para intentar de nuevo revocar la ley de salud conocida como “Obamacare”, un esfuerzo cuesta arriba ya que con los demócratas en control del Senado es virtualmente imposible que puedan lograrlo, aunque la intención es al menos obstaculizar la reforma sanitaria privándola de fondos.
Tras los drásticos recortes al presupuesto de $85 mil millones de dólares que entraron en vigor el 1ro de marzo, algunos senadores republicanos han amenazado con retener el voto sobre las extensiones presupuestarias que permitirían al gobierno seguir funcionando hasta septiembre, y que vencen a fines de mes, a menos que se reduzcan los fondos al “Obamacare”.
Senadores demócratas dijeron tener ya lista una propuesta de presupuesto de ahora hasta septiembre, pero como las versiones de las dos cámaras del Congreso son diferentes al presidente no le queda mucho tiempo para buscar una fórmula intermedia antes de que la Cámara de Representantes recese el día 22 de este mes.
Luego de invitar a una cena a senadores republicanos la semana pasada, Obama organizó además un almuerzo privado en la Casa Blanca con el legislador republicano y excandidato a la vicepresidencia, Paul Ryan, y el legislador demócrata Chris Van Hollen, para discutir prioridades legislativas.
Los republicanos celebraron que Obama haya cambiado de actitud y decidido implicarse más en negociaciones directas a fin de forjar acuerdos, y de hecho el presidente planea ir esta semana tres veces al Capitolio para dialogar con legisladores tanto de un partido como de otro, en ambas cámaras del Congreso.
Luego del almuerzo con Obama, Ryan, que preside el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, dijo haber tenido un “intercambio franco y muy bueno” con el presidente pero que sólo en las próximas semanas se sabrá si es sincero y real su esfuerzo por encontrar una posición común.
Cuando este martes se reabran la discusiones sobre el presupuesto para el año fiscal 2014, se prevé que Ryan presente un plan que reduciría el gasto federal en unos $5 billones de dólares durante una década sin elevar los impuestos y además recortando el crecimiento anual de los gastos gubernamentales.
La ocasión será aprovechada por los republicanos para intentar de nuevo revocar la ley de salud conocida como “Obamacare”, un esfuerzo cuesta arriba ya que con los demócratas en control del Senado es virtualmente imposible que puedan lograrlo, aunque la intención es al menos obstaculizar la reforma sanitaria privándola de fondos.
Tras los drásticos recortes al presupuesto de $85 mil millones de dólares que entraron en vigor el 1ro de marzo, algunos senadores republicanos han amenazado con retener el voto sobre las extensiones presupuestarias que permitirían al gobierno seguir funcionando hasta septiembre, y que vencen a fines de mes, a menos que se reduzcan los fondos al “Obamacare”.
Senadores demócratas dijeron tener ya lista una propuesta de presupuesto de ahora hasta septiembre, pero como las versiones de las dos cámaras del Congreso son diferentes al presidente no le queda mucho tiempo para buscar una fórmula intermedia antes de que la Cámara de Representantes recese el día 22 de este mes.