El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU. suscribe una carta abierta a los padres que envían a sus hijos menores de edad a cruzar solos la frontera desde Centroamérica.
El secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Johnson, suscribió una carta abierta a los padres que en Latinoamérica envían a sus hijos menores de edad solos para que entren como indocumentados a EE.UU.
En el mensaje, difundido por la agencia EFE, el alto funcionario dijo que solo en mayo, la cantidad de niños no acompañados por su madre o su padre que cruzaron la frontera sur alcanzó una cifra superior a los 9 mil.
Tras indicar que 2014 habrá una cantidad récord de esos casos puesto que en lo que va de año se acercan ya a los 47 mil, precisó que la mayoría “provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala, donde la violencia generada por las drogas y las pandillas aterroriza a la sociedad”.
Johnson advirtió que “mandar a un niño a realizar el largo viaje desde América Central hasta EE.UU. es peligroso” porque lo menores quedan en manos de contrabandistas sin escrúpulos.
“Muchos niños experimentan situaciones traumáticas y sufren abusos psicológicos—dijo—a causa del viaje; o, lo que es peor, son golpeados, mal alimentados, violados o vendidos en el mercado del sexo y se encuentran expuestos a todo tipo de abusos psicológicos por parte de criminales”.
Johnson aclaró que cuando concluyen el viaje a los menores no les espera un salvoconducto, y al igual que sucede a los adultos que cruzan ilegalmente la frontera, están sujetos a “deportación prioritaria”, independientemente de su edad.
Estos niños, aclaró, no tienen derecho a acogerse al programa del gobierno estadounidense Acción Diferida para los Llegados en la Infancia también conocido con el nombre de DACA.
“Para cumplir con los requisitos de DACA—precisó—el niño debe haber entrado a Estados Unidos antes del 15 de junio de 2007, hace siete años”.
En el mensaje, difundido por la agencia EFE, el alto funcionario dijo que solo en mayo, la cantidad de niños no acompañados por su madre o su padre que cruzaron la frontera sur alcanzó una cifra superior a los 9 mil.
Tras indicar que 2014 habrá una cantidad récord de esos casos puesto que en lo que va de año se acercan ya a los 47 mil, precisó que la mayoría “provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala, donde la violencia generada por las drogas y las pandillas aterroriza a la sociedad”.
Johnson advirtió que “mandar a un niño a realizar el largo viaje desde América Central hasta EE.UU. es peligroso” porque lo menores quedan en manos de contrabandistas sin escrúpulos.
“Muchos niños experimentan situaciones traumáticas y sufren abusos psicológicos—dijo—a causa del viaje; o, lo que es peor, son golpeados, mal alimentados, violados o vendidos en el mercado del sexo y se encuentran expuestos a todo tipo de abusos psicológicos por parte de criminales”.
Johnson aclaró que cuando concluyen el viaje a los menores no les espera un salvoconducto, y al igual que sucede a los adultos que cruzan ilegalmente la frontera, están sujetos a “deportación prioritaria”, independientemente de su edad.
Estos niños, aclaró, no tienen derecho a acogerse al programa del gobierno estadounidense Acción Diferida para los Llegados en la Infancia también conocido con el nombre de DACA.
“Para cumplir con los requisitos de DACA—precisó—el niño debe haber entrado a Estados Unidos antes del 15 de junio de 2007, hace siete años”.