Nicolás Maduro baila en Instagram y bromea en Tik Tok como un gobernante bonachón. María Corina Machado, su némesis opositora, comparte en WhatsApp imágenes de masivas concentraciones en poblados del interior del país, llamando a votar por el candidato del antichavismo. Las redes sociales son el ruedo donde se desarrollan las campañas electorales en Venezuela.
Estas vías de conexión e información de los nuevos tiempos son una ventana importante para que los candidatos opositores y sus socios políticos puedan difundir sus mensajes en una Venezuela donde el gobierno ejerce una “hegemonía” en los medios tradicionales, según análisis de organismos independientes, expertos y sondeos recientes. Al mismo tiempo el oficialismo se ha volcado a las redes sociales buscando una mayor audiencia.
Una encuesta de la firma More Consulting realizada en mayo a 1.500 personas reveló que el 70,8% de los venezolanos recurre a las redes sociales para informarse sobre las novedades políticas. Sólo el 23,3% lo hace por la televisión, la radio y la prensa escrita.
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El sondeo precisó que 79,3% de los encuestados utiliza “siempre” WhatsApp, seguido de Facebook (43,8%), Instagram (33,4%), YouTube (25,9%) y TikTok (22,1%).
Otra encuesta de abril de la firma Datincorp reflejó que la aplicación de mensajería directa WhatsApp (39,33%) es la vía favorita para informarse, seguida de Instagram (24,75%), Facebook (12,25%), TikTok (6,83%), X/Twitter (3,08%) y YouTube (1,5%).
Millones de venezolanos potenciales electores han migrado aceleradamente a espacios de comunicación e información donde no hay “una monotonía del discurso único” del Estado, sino “voces alternativas”, explicó a la Voz de América la consultora política experta en ciberpolítica Carmen Beatriz Fernández.
Las televisoras suelen autocensurarse y sesgarse en cuanto a los asuntos políticos y económicos, mientras el gobierno ha cerrado más de 280 estaciones de radio y más de 70 periódicos han cesado o limitado sus ediciones por falta de materia prima, de acuerdo con ONG locales y organismos internacionales defensores de los derechos humanos.
La mayoría de la gente se entera de las noticias por canales digitales en un país “con restricciones severas” en cuanto al acceso a Internet, diagnosticó Fernández, también docente de la Universidad de Navarra, España, y especialista en campañas electorales y desinformación.
La campaña electoral presidencial en Venezuela ocurre en un contexto de hegemonías comunicacionales del Estado, las libertades de las redes sociales y por “el deseo de un cambio político” de 80% de la población, dijo Fernández, citando encuestas privadas.
Las cuentas de Twitter no votan, los likes no votan".Pablo Andrés Quintero, politólogo.
El poder de las redes sociales para movilizar y convencer a un votante en Venezuela está por verse, pues no se trata de un contexto democrático tradicional, como ocurre en otras naciones del continente americano o Europa, comentó Pablo Andrés Quintero, politólogo venezolano y consultor de comunicación política.
“Las redes sociales son un espejo pequeño de una realidad del país”, advirtió.
Ambos especialistas coinciden en que WhatsApp es la plataforma preferida para la comunicación masiva entre los venezolanos y, por ende, de los candidatos.
“Es la plataforma más parecida a cómo se relaciona la gente en la vida real, es un ‘tú a tú’. Es la plataforma reina en Venezuela con gran diferencia”, dijo Fernández.
Maduro se muestra como "jovial y bonachón" en Tik Tok
Nicolás Maduro, con 10 años en la presidencia de Venezuela y acusado de violar derechos fundamentales, se proyecta en redes sociales como un gobernante jovial y sonriente, bromista incluso. En Instagram tiene 1,4 millones de seguidores, mientras que en TikTok cosecha 1,6 millones.
En redes Maduro no solo habla de política, sino que opina además sobre eventos deportivos y artísticos, como los conciertos recientes de la cantante colombiana Karol G en Caracas.
También hace transmisiones en vivo y retransmite un podcast junto a la primera dama, Cilia Flores. En días recientes ha publicado videos compartiendo con la gente en actividades de calle, como la marcha oficialista del Día del Trabajador, un ejercicio militar en Cojedes y una visita al estado occidental de Falcón, algo inusual en sus últimos tiempos políticos.
El oficialismo ha hecho un esfuerzo “muy llamativo” en TikTok para proyectar al aspirante a la reelección presidencial “como un tipo bonachón, que se equivoca y hace chistes, que no se da mala vida por nada” y con énfasis en las audiencias juveniles, evaluó la profesora Fernández.
“Son cosas bien logradas y que generan un efecto de cierta viralidad. Es una narrativa que obedece a una lógica estratégica: si eres tan simpaticazo y tan jovial, no puedes ser un dictador tan maligno como te están pintando en La Haya”, en el marco de la investigación de la Corte Penal Internacional sobre crímenes de lesa humanidad en Venezuela, señaló.
El 2x1 opositor con Machado en la calle
La oposición tradicional tiene dos frentes principales en las redes sociales de cara a la campaña: Edmundo González Urrutia, postulado unitario, y María Corina Machado, ganadora de la primaria de octubre, quien no pudo inscribirse por estar oficialmente inhabilitada.
González Urrutia, un diplomático septuagenario alejado de las cámaras y de bajo perfil en las redes sociales hasta su postulación este año, cuenta ya con 227.000 seguidores en TikTok, donde publicó su primer video el 27 de abril, hace dos semanas.
“Estimados amigos, los invito a seguirme. Juntos vamos a triunfar”, fue su primer mensaje en esa red social, que ha tenido 2,4 millones de reproducciones. En total, ha difundido ocho videos desde su irrupción como candidato de las dos principales tarjetas opositoras.
Machado, quien inició giras y actos de calle en varias regiones para llamar a votar por González Urrutia, tiene 958.000 seguidores en TikTok y ha acumulado 5,9 millones de “me gusta” en sus publicaciones. Tres millones de personas le siguen en Instagram.
En sus cuentas, Machado suele compartir las concentraciones masivas de los actos políticos que protagoniza a diario, como ocurrió recientemente en los estados Aragua, Falcón y Zulia.
En sus mensajes llama a la gente a instalar sus “comanditos” para defender el voto. Además, muestra frecuentemente a ciudadanos opinando sobre política al topárselos en sus actividades en distintas regiones.
“Es una campaña 2x1” con un candidato en el tarjetón que hace ofertas ante los micrófonos y una Machado recorriendo el país “febrilmente”, con unos niveles de conexión popular que Fernández dice no haber visto desde finales del siglo pasado en Venezuela, con el entonces candidato Hugo Chávez Frías.
“En la medida en que vemos a Maduro haciendo esfuerzos por entrar a las plataformas digitales y llegar a segmentos más jóvenes, vemos a Machado en una campaña muy a la antigua, analógica, hablando a la gente, recorriendo el país de palmo a palmo y pueblo en pueblo, poniendo el foco en pueblos más radicalmente chavistas”, examinó.
Los seguidores en las redes de los candidatos independientes y disidentes
Entre los candidatos que se distancian del chavismo y de la oposición destacan el humorista y empresario Benjamín Rausseo, con 2,8 millones de seguidores en Instagram y 131.000 en TikTok, y Antonio Ecarri, con 50.000 y 74.000 seguidores en ambas redes.
Rausseo, quien se posiciona como un potencial tercer lugar en una encuesta reciente de la firma Consultores 21, muestra extractos de sus declaraciones públicas, mientras Ecarri publica videos más elaborados de sus críticas al chavismo y a la oposición.
Javier Bertucci, un pastor evangélico, diputado y ex candidato presidencial en 2018 que suma 11% de intención de voto en el sondeo de Consultores 21, combina sermones religiosos y oraciones con sus actividades políticas en sus publicaciones. Tiene 112.000 seguidores en Instagram y 61.000 en TikTok.
Daniel Ceballos, del partido Arepa y disidente de la oposición tradicional, considerado por esta como un candidato distractor del voto antichavista, cuenta con 25.000 seguidores en TikTok, donde suele difundir extractos de sus ruedas de prensa y enfatizar en su mensaje de que el venezolano “vaya, vote y saque a bigote”, en referencia a Maduro.
Los otros postulados, cuyo favoritismo no supera el error muestral en la encuesta de Consultores 21 —es decir, que es menor de 4%— acumulan unos pocos miles de seguidores en redes sociales. En algunos casos, como el de Luis Eduardo Martínez, de la fracción judicializada de Acción Democrática, que la oposición tradicional acusa de traidora, apenas supera el millar en TikTok.
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