El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, justificó este miércoles su decisión de nominar a Lloyd Austin para que se convierta en el próximo secretario de Defensa, un nombramiento que podría convertirse el primer enfrentamiento del futuro comandante en Jefe con el Congreso.
“Es la persona que necesitamos en este momento”, aseguró Biden durante el anuncio oficial de la futura nominación de Austin, celebrado en Wilmington, Delaware. "Necesitamos a alguien con conocimiento de primera mano del Pentágono para ayudarnos a reformar el Departamento de Defensa".
El demócrata describió al exmilitar como un líder que “mantiene la cabeza fría bajo el fuego enemigo", pero sobre todo, como un "hombre de Estado", respetado tanto por las tropas como por los aliados, lo que le convierte en la persona "idónea".
A lo largo de los últimos cuatro años, el Pentágono ha sido testigo de cómo la agenda de "Estados Unidos primero" impuesta por la actual Casa Blanca, ha dañado su relación con aliados históricos, como Alemania o Corea del Sur, para desaliento de muchos republicanos.
También lea El ejército de EE.UU. se desmarca de la políticaAdemás, el Departamento de Defensa se ha visto en numerosas ocasiones en el ojo del huracán por su aparente politización, debido a su papel durante las protestas raciales que sacudieron el país a raíz de la muerte del afroestadounidense George Floyd, el pasado 25 de mayo. Finalmente, el presidente en funciones, Donald Trump, despidió en noviembre al secretario de Defensa, Mark Esper, cuando las proyecciones ya apuntaban a su derrota electoral.
“La relación civil-militar ha estado bajo gran presión durante los últimos cuatro años y sé que el nominado a secretario de Defensa Lloyd Austin va a trabajar sin descanso para encauzarla", aseguró hoy Biden.
La excepción del Congreso
El problema al que se enfrenta el futuro comandante en Jefe, es decir, Biden, quien hasta la fecha ha venido nombrando a asesores de consenso, es que en el caso de Austin cabe esperar un cierta oposición en el Capitolio.
La ley establece que el cargo de jefe del Pentágono debe ocuparlo un civil. En caso de que el candidato sea un exmilitar, como en este caso, deberá llevar siete años alejado de la vida castrense. Austin se licenció hace apenas cuatro.
La senadora demócrata Tammy Duckworth, quien al igual que Austin sirvió en Irak, ya ha expresado su rechazo en declaraciones a la cadena MSNBC: "No votaré para otorgarle la excepción. Creo firmemente que el ejército debe someterse a un control y a una supervisión civiles".
Por su parte, este jueves Biden intentó disipar cualquier duda de injerencia militar: “No me cabe ninguna duda, ninguna en absoluto, de que este nominado honrará y respetará, cada día, y aportará oxígeno al principio de lo civil sobre aspectos militares. Conozco a este hombre, conozco su respeto por la Constitución, por nuestro sistema de Gobierno".
También lea ¿Quién es Lloyd Austin, nominado de Biden para la Secretaría de Defensa?Sin una excepción del Congreso, no podrán si quiera comenzar las audiencias para el nombramiento de Austin. Es una situación poco habitual, que de hecho solo se ha dado en dos ocasiones; la última, hace cuatro años, cuando Trump nominó al general retirado James Mattis.
"Hay buenas razones para esta ley, que yo entiendo y respeto plenamente. No estaría pidiendo esta excepción si no pensara que este momento de nuestra historia lo requiere. Lo requiere", recalcó Biden al tiempo que le pidió al Congreso que aceptara la nominación de Austin, “tal y como hizo con el general Mattis”.
Por su parte, el propio Austin reconoció el dilema, pero enfatizó que siente un "profundo aprecio y respeto por la sabiduría de someter a un control civil a nuestro ejército".
En cuanto sus prioridades en caso de ser confirmado para el cargo, el exgeneral se mostró claro: “Estados Unidos es más fuerte cuando trabaja con sus aliados (…). En caso de ser confirmado, espero poder retomar este importante trabajo".