Nominada de Trump al Supremo testifica ante un Senado dividido

El Senado de EE.UU. celebró el lunes, 12 de octubre de 2020, la primera sesión de la audiencia de confirmación para la jueza Amy Coney Barrett, candidata para suplir la actual vacante en el Tribunal Supremo.

El Senado de Estados Unidos inició el lunes el proceso relativo a la nominación de la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema del país, con el que los republicanos esperan confirmarla antes de la elección presidencial del próximo mes de cara a la oposición general de los demócratas.

La Comisión Judicial del Senado inició el lunes el proceso de confirmación de Amy Coney Barrett, nominada por el presidente Donald Trump para llenar la vacante en la Corte Suprema de Estados Unidos, en un Cámara polarizada en la que los demócratas se oponen a ocupar la plaza antes de las elecciones del 3 de noviembre.

En la audiencia se pudieron sentir el lunes los efectos de la pandemia. Varios senadores intervinieron por medio de videollamada y el senador Mike Lee, republicano por Utah que dio positivo hace poco más de una semana, apareció en persona y se quitó el tapabocas para hablar. Tres senadores , incluyendo la candidata a vicepresidenta, Kamala Harris, escribieron una carta pidiendo que se cambiara la fecha de la audiencia, alegando que no se cumplían las medidas sanitarias.

Los legisladores demócratas acusaron a los republicanos de querer llevar a cabo una proceso de confirmación exprés y así confirmar a Barrett antes del día de las elecciones para que la jueza incline la balanza en el caso Obamacare, que está programado para pasar ante la corte el 10 de noviembre y se revoque la ley sanitaria.

En caso de que la Comisión Judicial del Senado apruebe la nominación de Barrett, en un proceso que conllevará cuatro días de audiencias, su nombramiento será sometido a votación ante el pleno de la Cámara Alta, a finales de octubre.

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Barret, de 48 años, defendió en su testimonio su visión del derecho, asegurando que cree en la imparcialidad de la ley y celebró el legado de la jueza Ruth Baider Ginsburg, quien murió a mediados de septiembre y cuya vacante es la que Barrett está llamada a ocupar.

"Estadounidenses de todas las procedencias merecen una Corte Suprema independiente, que interprete nuestras leyes constitucionales como están escritas", dijo la abogada, que ejerce como jueza federal del séptimo distrito, en Illinois.

¿Proceso apurado?

El legislador republicano y presidente de la comisión, Lindsey Graham presentó a Barret, quien sirve como jueza federal en el séptimo distrito, asegurando tiene todas las credenciales y que se están siguiendo los pasos adecuados.

"No hay nada inconstitucional sobre este proceso", aseguró Graham, aunque reconoció que nunca se ha confirmado a un juez para la Corte Suprema en un año electoral después del mes de julio. En el 2016, Obama intentó confirmar un juez en febrero, pero el actual líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConell, se negó alegando que las elecciones estaban muy cerca.

Barret es la tercera candidata del presidente Donald Trump a la Corte de nueve miembros. La oposición ha calificado el proceso de nominación por parte de la Casa Blanca, apoyada por el Partido Republicano, de "acelerado".

"No es coincidencia que el Partido Republicano esté apresurando el proceso", dijo el senador demócrata por Vermont Patrick Leahy, quien acusó a los legisladores de querer obtener una Corte Suprema liderada por ideas republicanas para "revocar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio el 10 de noviembre".

Los demócratas centraron también sus críticas en el papel potencialmente decisivo de Barrett en un caso pendiente ante la Corte Suprema, programado para inicios de noviembre, en el que Trump y estados liderados por republicanos buscan invalidar la Ley del Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare.

El papel de la corte

En su intervención, la jueza Barret dijo que está lista para defender ante los senadores en su audiencia de confirmación que los tribunales "no deberían intentar" formular políticas y deberían dejar eso a los presidentes y al Congreso.

Barrett presentó una interpretación estricta del papel del tribunal superior de justicia, diciendo que "no está diseñado para resolver todos los problemas o corregir todos los errores de nuestra vida pública".

Su confirmación para reemplazar a la difunta jueza liberal Ruth Bader Ginsburg crearía una mayoría conservadora de 6-3 en la corte que podría llevar a fallos que revoquen los derechos al aborto, amplíen los derechos sobre religión y armas y ratifiquen las restricciones al voto respaldadas por los republicanos, entre otros temas.

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Los republicanos tienen una mayoría de 53-47 en el Senado, por lo que la confirmación de Barrett parece casi segura, si bien al menos dos senadoras republicanas -Susan Collins y Lisa Murkowski- se han mostrado contrarias a nombrar a un juez para el Supremo con las elecciones a la vuelta de la esquina.

Los senadores demócratas expusieron en la audiencia la narrativa de que, de ser confirmada, Barrett daría marcha atrás a los logros alcanzados en materia de derechos civiles y reproductivos en EE.UU.

"Al reemplazar a Ruth Bader Ginsburg con alguien que vaya a deshacer su legado, el presidente Trump está intentando retroceder los derechos de los estadounidenses por décadas", dijo Harris, senadora por California, además de candidata a la vicepresidencia. "Con esta nominación, la igualdad ante la ley está en riesgo".

En los próximos días se espera que Barrett, una devota católica que ha expresado su oposición al aborto, también enfrente preguntas de demócratas sobre ese tema. Los activistas cristianos conservadores han esperado durante mucho tiempo que la corte revoque el histórico fallo Roe v. Wade de 1973 que legalizó el aborto en todo el país.

El candidato demócrata a la presidencia de EE.UU., el expvicepresidente Joe Biden, argumentó su postura respecto al tema en un comunicado.

"El presidente Trump ha estado tratando de descartar la Ley del Cuidado Asequible de Salud durante cuatro años. Los republicanos han estado tratando de ponerle fin durante una década", dijo Biden. "Ella tiene un historial escrito de estar en desacuerdo con la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que defiende la Ley del Cuidado Asequible de Salud".

[Con reporte adicional de Ken Bredemeier]