Trump visita Kenosha, culpa a "temeraria" oposición por disturbios

El presidente Donald Trump inspecciona los destrozos en las calles de Kenosha, Wisconsin, después de una semana de protestas.

El presidente rechazó pronunciarse sobre si el país sufre de racismo sistémico y sostuvo que los casos de violencia policial se deben a "un puñado de manzanas podridas".

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este martes la localidad de Kenosha, Wisconsin, que ha sido escenario de múltiples protestas luego de un incidente de violencia policial, en el que el afroestadounidense Jacob Blake recibió siete tiros a manos de agentes del orden. El presidente culpó a "los temerarios políticos de extrema izquierda" de incitar a los disturbios.

"Los temerarios políticos de extrema izquierda continúan insistiendo en el destructivo mensaje de que nuestra nación y nuestras fuerzas del orden son opresoras o racistas", sostuvo el mandatario durante una mesa redonda celebrada en Kenosha.

En el evento también estuvieron presentes el secretario de Justicia, William Barr, y el secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Chad Wolf; pero no asistieron el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, ni el alcalde de Kenosha, John Martin Antaramian, quienes habían pedido a Trump que no visitara la ciudad por temor a que su presencia reavivara las protestas.

Durante el vuelo a Wisconsin, Trump calificó a Antaramian de "tonto" por mantenerse del lado de los manifestantes, aún cuando un grupo de ellos cercó su casa el lunes por la noche.

El candidato demócrata a la Casa Blanca, el exvicepresidente Joe Biden, acusó al mandatario de subir la temperatura con su visita.

"Necesitamos un presidente que baje la temperatura y una al país, no uno que la suba y nos aleje aún más", opinó Biden en Twitter.

Ola de protestas

Estados Unidos ha sido testigo en los últimos meses de una oleada de protestas que se iniciaron debido a la muerte, el pasado 25 de mayo, del afroestadounidense George Floyd, cuando se encontraba bajo custodia policial y que se reavivaron la semana pasada después de que agentes de la policía dispararan siete veces por la espalda a Blake.

Además, de actos de vandalismo, en los últimos días se han registrado tres muertes durante estas protestas. Dos de ellas se produjeron en Kenosha, la ciudad donde Blake fue baleado, después de que el adolescente Kyle Rittenhouse disparara contra los manifestantes; la tercera se produjo el pasado fin de semana en Portland, adonde acudieron miembros del grupo de extrema derecha Patriot Prayer, que dispararon bolas de pintura y echaron gas pimienta sobre los manifestantes.

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Trump evitó pronunciarse este martes sobre si cree que Estados Unidos sufre un problema de racismo sistémico y aseguró que los casos de violencia policial se deben a "un puñado de manzanas podridas".

El presidente descartó reunirse con la familia de Blake, afirmando que querían involucrar abogados en la conversación. "Ya tengo suficientes abogados en mi vida", bromeó.

Antes de la mesa redonda, Trump visitó el epicentro de las protestas, donde se registraron numerosos daños, y aseguró que "algo como esto no debería haber sucedido nunca". El presidente aseguró que Kenosha ha sido "devastada por los disturbios de anti-policías y anti-Estados Unidos".

“Ley y orden, algunos creen que son dos palabras terribles", reiteró el mandatario, quien en las últimas semanas ha centrado en ese mensaje su campaña de reelección de cara a los comicios del próximo 3 de noviembre.

El mandatario anunció que el Gobierno federal prestaría ayuda financiera al municipio para hacer frente a la situación: un millón de dólares para la policía local, cuatro millones que ayudarán a las empresas a sufragar los arreglos y 42 millones para contratar fiscales estatales adicionales.